Lugo

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Llegué a Lugo, y como siempre, Ryan llegando tarde. Estuve 20 min esperando por él, hasta que al fin llegó.
—¿Hola? —Saludo con desagrado.
—Ah, hola. —Saluda él.
—Escúchame bien, ¿vale? tengo algo que decirte.
—Ah, ¿está bien?.
—Dian, llevo mucho tiempo intentando que te des cuenta de lo que he tratado de decirte todo este tiempo. —Añade.
—¿Ajá? ve al grano. —Me desespero.
—Dianelys, me gustas. Por eso hacía todo lo que hacía, trataba de que te dieras cuenta pero no ha funcionado.
Me he quedado de piedra. No me lo esperaba... pero la verdad, él a mí no me gusta, no lo conozco.
—Ehh... mira, Ryan, yo... —No sé como decirlo.
No... no estoy interesada en ese momento.
Cambia la cara.
—Pero..., si quieres, podemos conocernos y ya veremos qué pasa más adelante. —Intento subirle el ánimo.
—¿¿SÍ?? —Se emociona.
—Claro. —Específico.
—DIOS, DIAN, ME HAN HECHO MUY FELIZ TUS PALABRAS. —Se inclina para abrazarme.
Guau... nunca había sentido el abrazo de una persona. Se siente... muy bien.
—¿Quieres... tomar algo? —Me pregunta avergonzado.
—Claro que sí, vamos. —Le contesto con una sonrisa en la cara.
Él se queda embobado viéndome, como si...
—¿Tengo monos en la cara o algo? —Suelto una carcajada.
—Dian, nunca te había visto tan... abierta. —Añade soprendido.
—Soy así cuando me siento segura. Y sí, sé lo que piensas, me siento segura contigo. —Le sonrío.

Una Relación Romántica Pero OdiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora