Una Relación Romántica Pero Odiosa

Literatura

Me alejé de él para mirar mi teléfono. Entré en el grupo que Lyra había creado. Leí por encima algunos mensajes y después volví a guardar el teléfono. Era el último día que pasaba con Ryan. Quería aprovecharlo.
—¿Estudiamos? —Pregunto.
—Claro.
Eran las 17:00 y nos pusimos a estudiar hasta las 20:00. Nos lo sabíamos perfectamente. Preparados para el examen de mañana. Ryan pidió de cenar sushi. Después, nos lavamos los dientes y seguimos viendo Anatomía de Grey. Me dejé dormir yo primero. Luego, Ryan puso el despertador a las 6:00 AM.
¡¡Riiiing!!! El despertador sonó y me levanté de un brinco. Después, desperté a Ryan. Sabía que le costaba levantarse y por eso siempre llegaba tarde.
—Buenos días Ly. —Se despierta y me da un pico.
Los dos como zombies, nos dirigimos a desayunar. Luego, nos lavamos los dientes, y nos fuimos. De camino a la universidad, repasamos un poco por encima lo de literatura. Tenemos el examen a primera hora, con el Sr. Diego.
—Buenos días, jóvenes. Pueden tomar asiento. En 10 min comenzará la prueba escrita de literatura. —Dice el profesor.
Estaba algo nerviosa. Lo admito. Antes de que empezara el examen me acerqué sigilosamente a Ryan y le susurré
—Suerte.
—Gracias bella durmiente, igualmente.
El profesor empezó a repartir los exámenes, lo miré un poco por encima y me alivié bastante al ver que era muy fácil. No me llevó ni 20 min completarlo todo.
—Terminé.
—¿Ya? Sólo llevamos 20 min de clase. ¿Está segura de que quiere entregar ya, Srta. Cortés? —Se queja el profesor.
—Sí, estoy segura. Sólo me ha llevado 15 min.
Me levanto de mi mesa y se lo entrego al profesor. Este a continuación se pone sus gafas y empieza a corregir mi examen.
—Vaya, felicitaciones, Srta. Cortés. Ha recibido un diez como calificación. —Comenta el profesor.
Yo salté de alegría mientras le agradecía al profesor. Sonó el timbre para el recreo y salí junto a Ryan.
—¿Cuánto obtuviste? —Pregunta.
—Un diez. —Contesto yo.
—¿¡Un diez?! ¡Vaya! Si es que ya sabía yo, eres una chica muy inteligente. Yo he sacado un 9.
—Ay, muchas gracias. Y, felicidades. También eres muy inteligente.
Nos dirigimos al patio del recreo y, escuchamos decir que, Tania ha sacado un 3 en el examen de literatura, Lyra un 8, Tom un 6, y Emily un 5.
Por dios, no era tan difícil... —Dije yo en mi mente.