Vamos a mojarnos

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Llegué a casa de Ryan y me prestó ropa.
—Elige lo que quieras. —Me ofrece Ryan.
—Vale... —Contesto.
Escojo ropa y me la pongo.
—Te queda genial. —Comenta feliz.
—Gracias. —Agradezco.
—¿Dormimos juntos? —Me ofrece nervioso.
—Prefiero dormir sola, si no es molestia.
—¡Oh! claro que no es molestia. —Contesta impresionado.
Nos fuimos a dormir, y al día siguiente...
—Buenos días. —Dice, con una sonrisa en su rostro.
—Hola. ¿Por qué estás despierto tan temprano?
—No sé. Simplemente me desperté y ya.
Hacemos contacto visual, y nos levantamos a la misma vez. Ryan se acerca, y se inclina para...
—Ryan —Me aparto hacia atrás.
Me acerco a él, y le susurro:
—No creas que te lo pondré fácil. No soy de esas chicas que se ilusionan por la mínima cosa, no soy una chica sencilla.
Me aparto, él y yo nos miramos. Se ha quedado roque.
-¡¡RIIIING!!
—Ah, es Alahia. Debo contestar.
—Claro.
Me aparto para coger el teléfono.
—¡TÍA! ¿¡QUÉ HA PASADO CON RYAN?! —Me pregunta asustada.
—Lahi, relájate. No ha pasado nada. Nisiquiera hemos dormido juntos.
—Ven a casa ya, anda.
Cuelgo el teléfono, y vuelvo a donde estaba Ryan.
—Debo irme. —Le digo.
—Vale. Te acompaño. —Dice éste afirmando.
Asiento.
—Quédate con la ropa, ya me la darás el lunes.
—Vale. Gracias.
Ryan y yo bajamos al portón.
—Vaya. Está lloviendo. —Protesto.
—Mhmm. —Dice él.
Abro la puerta para poner rumbo a mi casa.
—Adiós. —Me despido.
—Chao. —Responde.
Voy caminando a mi casa. Hasta que noto que ya no me cae ninguna gota de lluvia. Miro hacia arriba, y...
—¿Ryan?
—El mismo. —Dice con orgullo.
—Puedo apañármelas sola. Gracias. —Le agradezco.
—No pienso permitir que te mojes. —Afirma.
Le dedico una leve sonrisa, no significa nada, sólo se lo agradezco.
Vamos caminando juntos, agarrando el mango del paraguas con nuestras manos. Nunca me había pasado nada parecido. Supongo que lo hace porque quiere.

Una Relación Romántica Pero OdiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora