Quackity se encontraba acompañado de Shadoune, ambos habían acordado dejar Rubius hablar con su hijo, ambos estaban muy consternados ante todo lo sucedido recién, pero eso no evitaba el hecho de que su relación estaba teniendo una gran química, los dos se llevaban sumamente bien, hablaban y tonteaban seguido, se estaban volviendo muy unidos, tanto así que, Shadoune sospechaba que tenía sentimientos encontrados hacia el pato, cosa que estaba dudoso de decir o no, pero siempre se olvidaba del tema cuando miraba a aquel chico. Me gusta. El francés lo sabía, no podía evitar pensar en él, embobarse cuando lo miraba y escucharle con atención cuando hablaba.
Por su parte Quackity no paraba de hablar de el tema de Rubius con Spreen, estaba muy molesto, no toleraba la imposición que Rubén había optado, quería abofetear a su amigo. — Oye Shadou, ¿Creés que hayan logrado hablar ya?— aquel chico mantenía un rostro enternecido, perdido ante la figura de el pato. — ¡Ey cabron! Pero contestame a la verga— el pato recrimino molesto. Shadoune salió de su burbuja y carraspeó. — ¡Ah!, No lo sé... No lo creo, ya se como es Spreen, seguro explotó y se enojo. — El dúo mantenía su camino, dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de no volver pronto y así fue.
Tuvieron unos días movidos, minaron durante días seguidos, prometían que no saldrían de allí sin un stack de diamantes, aprovecharon cada minuto para hablar, conocerse mejor y acercarse más uno al otro, sin duda alguna la pasaban muy bien juntos.
Luego de conseguir aquella cantidad de material, se volvieron a casa, pero, en el camino se encontraron a un par que, Quackity se volvió loco al encontrarlos, Roier y Mariana, sus queridos amigos mexicanos. — ¡¡No mames si es el Loielll!!— el pato festejo al ver a sus amigos llegar. — ¡Quackity!!— ambos dijeron a la misma voz, los tres amigos se abrazaron muy felices ante aquel re-encuentro. Shadoune se quedó expectante. —Ah, miren cabrones, el es Shadoune, el único francés que me cae bien— menciono el pato presentando a su amigo. — ¡¿Qué onda mi buen?!, ¿A poco si le sabes al francés?— menciono el mediano de los tres amigos. — ¡No mames Roier! Neta como eres wey— aludió Osvaldo palmeando la espalda de su amigo.
Y así fue como los tres latinos y el europeo terminaron teniendo una larga convivencia, aunque, el francés no estaba del todo agusto, un sentimiento de posesión ante su querido pato se presentó, cosa que, nunca antes había experimentado, sin duda alguna necesitaba hablar con aquel oso.
-
Rubius, no sabía que más hacer, se sentía roto, tan devastado. El sentimiento de culpa le consumía según su llanto se intensificaba, intentar buscar a Spreen era algo que no podía ni imaginar, no le encontraría por más que intentara, tenía que buscar una solución pero su mente no lograba formular más que lamentos, reconoció el hecho de que su hijo estaba pasando por uno de los cambios más difíciles de ser un híbrido, la madurez, recordaba perfectamente cuando el atravesó aquella faceta, las peleas diarias con Vegetta y sus compañeros. Oh, Vegetita. Extrañaba a su amante, el sabría perfectamente como llevar la situación, ya habría solucionado todo, es más, desde un principio. Las lágrimas no dejaban de caer, una tras otra, reconocía que lamentarse no le ayudaría en nada pero ¿Qué más podía intentar?. — Vegetita...dime que hacer— suplico a la nada, sus manos cubrían un rostro deshecho, consecuente de el llanto que no se detenía hacia ya varias horas atrás.
Rubius se mantuvo en ese lugar, con la sutil esperanza de que su cría volviera, cosa que, estaba más que claro que no ocurriría pronto, pero el oso no perdía la fé, el tiempo transcurrió y las únicas personas que volvieron fueron sus dos compañeros, verlos volver le hizo sentir un pequeño alivio, necesitaba un hombro en el que llorar. — ¡Cabron! ¿Qué chingados paso? ¿Dónde chingadas madres está Spreen?— Quackity cuestionó a su amigo, acercándose a él, mirándolo y con solo aquella mirada, pudo descifrar toda la situación.
Al contrario, Shadoune aún no entendía que estaba pasando. — Rubius. ¿Dónde está Spreen?— el de cabellos granate cuestiono, colocándose detrás de él pato — Se...Se fue...— cabizbajo, atenuó en un hilo de voz. — Namames pendejo, ¿Otra vez la volviste a cagar?, Neta como vales verga. ¡¿Por qué chingados no explicas las cosas como se debe?!— tomo a él mayor de ambos hombros mientras le sacudía con desespero. — ¡Suéltame! ¡Joder! ¡Suelta ya!— Rubius se quejo, intentando liberarse del pato, cosa que no ocurrió, empezando una pelea por parte de ambos, el francés solo se quedó espectando aquel momento, sin intensión de detener a los híbridos.
Así transcurrió el día para aquellos tres amigos, las peleas eran continúas y el aura triste de Rubius se hacía presente en cada momento, creciendo cada vez más.Fue como decidieron ir en busca de materiales, aún tenían mucho pendiente por preparar para protegerse de los demás "compañeros", tantos acontecimientos les habían distraído de su misión principal y ahora que Spreen se encontraba alejado, era más peligroso para el resto del equipo andar por ahí, es por eso que, Shadoune y Rubius se encaminaron en busca de un drop que recién aparecía en el mapa, por su parte, Quackity decidió quedarse en casa y minar bajo de esta.
El drop estaba a varios kilómetros de distancia así que, probablemente lograrían conseguir mucho lut, el viaje fue largo y un tanto riesgoso, más que nada para el mitad oso, el cual, a diferencia del resto del equipo contaba solo con dos vidas.
Al llegar a la zona se encontraron con la mala suerte de que muchos mobs spawneaban sin parar, estaba totalmente rodeado de monstruos, riesgoso y con pocas probabilidades de salir con vida, por parte del oso, no le tomaba importancia.
Se dirigió de una, son más y sin temor enfrentándose a todos los bichos posibles y luteando todo lo que se le pasase en frente, no fue mucho para cuando ya tenía la barra de vida a la mitad, le estaban acribillando — ¡Shadou! ¡Shadou que muero cabron!— grito con desespero intentando huir, estaba dando todo de si para intentar alejarse, nadando por aquella pequeña laguna, Shadoune intentaba ayudarle pero se encontraba en ese momento muy lejos, no podía hacer nada, el oso dió todo de si, combatió todo lo que estuvo en sus manos pero el desespero y el miedo a morir le jugaron en su contra, estando a tan solo tres corazones de vida, un zombie le impacto por detrás arrebatándole su segunda vida.
—
Spreen estaba pasando por muchos sentimientos encontrados al sentir aquellos labios sobre los suyos, claramente era algo que deseaba, pero su inconformidad aún seguía latente por las acciones del pasado de su "amigo", un poco ensimismado por la situación, se quedó fijado ante la mirada contraria de aquel chico.
No sabía cuanto tiempo se quedaron ante aquella posición antes de volver a enmarcar un nuevo beso, a diferencia de el primero, este se volvió un tanto fogoso, como si en aquellas miradas hablarán todo lo que estaban pensando en aquel momento. El beso fue fugaz y emocional, algo que ambos necesitaban, reconfortarse en su lugar seguro, reflejar sus sentires a través de una unión más allá de palabras matices. Juan sentía todo el reflejo de lo emocional que se encontraba su "compañero" sus befos se movían con euforia, deseosos se seguir, intentaba seguirle el ritmo pero, era bastante complicado, sentía como el aire abandonaba sus pulmones cada que el oso demandaba acceder más a sus adentros bucales.
Todo se detuvo de golpe, cuando ambos escucharon el intenso sonido de las sirenas anunciando una muerte, podían ignorar está, pero traía consigo un anunciado que dejó en un elevado nivel de tensión al pobre oso, el cual aparto a su "amigo" de inmediato, su rostro reflejaba todo el terror y el sentir una culpabilidad inexplicable.
Bueno eso es todo por hoy, me temo que la continuación de esta parte se extenderá hasta el viernes de la próxima semana, si tengo listos más intentaré publicarla días antes para no dejarlos tanto en la espera. Disfruten su lecturaaa
ESTÁS LEYENDO
A •M •E • T • H • Y • S • T
FanficUn fanfic basado en el au creado por la comunidad, Sprndobluque, C!Spreen como hijo de Rubegetta. Nos situamos en Karmaland, para también llegar a el universo de Minecraft extremo, explorando los diferentes mundos de nuestros cubitos. - ¡Eh!, chiqu...