Capítulo: 6 parte 2 [ Beautiful Boy

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Gracias a Rubius, Shadoune y Quackity tenían noción de que aquel oso no era más que su compañero, aunque si estaban aterrados de encontrarse con enorme bestia, tenían que evitar que los demás habitantes de aquel mundo le hicieran daño a el cuadrúpedo, para su suerte contaban con la ayuda de Roier el Mariana, los habían encontrado en camino al spawn, fueron informados de la situación y se dispusieron a ayudar a sus amigos, a pesar de las diferencias que habían pasado con el mitad oso antes, eran amigos y se apoyaban. — ¿Como dicen que se ve?— Osvaldo pregunto a el mexicano y al francés. — Psss como un oso cabron, ¿A caso no has visto a Spreen?— el pato menciono con obviedad. Osvaldo se quedó pensativo, hasta que todos los amigos escucharon algunos ruidos que rápidamente reconocieron, haciéndolos entrar en pánico. — ¿O...Oyeron eso?— el mexicano norteño pregunto, asustado, por su parte Shadoune saco una espada, buscando de donde venía aquel sonido, un feroz gruñido se escuchó a la cercanía, haciendo temer a los tres mexicanos. — ¡Ay cabron!, ¡Vámonos a la verga!— Quackity grito asustado, haciendo que los gruñidos se escucharan más cercanos, el originario de aquellos sonidos salió de entre los árboles, haciendo que los tres amigos gritaran en sintonía, mientras que, aquel francés se quedó en su frente, guardando su arma y mostrando sus manos en señal de paz. — Avisen a Rubius, ¡Ahora!— el oso gruño nuevamente, acercándose, Shadoune mantenía su postura, intentando calmar al oso, intentando razonar con él. — Vamos Spreen, amigo, soy yo, Shadoune— los tres amigos se alejaban lentamente, intentando enviar el mensaje. — Pero, ¿Dónde chingados estamos?— pregunto Roier, atemorizado, ambos mexicanos se encogieron de hombros, alejandose cada vez mas de la zona.

[Quackity a Rubius]= ¡Ya encontramos a tu chamaco! ¡Ven ya hijo de tu puta madre! ¡Nos quiere de almuerzo cabron!  {Coordenadas}

Rubén seguía corriendo en dirección al spawn, al ver el mensaje que el pato le había mandado, sintió un aire de esperanza, estaba a unos tantos kilómetros de donde se encontraban sus compañeros, sofocado y en angustia, a duras penas podía mantenerse en movimiento, su mente solo enmarcaba la luz que le daba la idea de volver a tener a su hijo con él. No podía más, al borde del colapso, sus piernas a penas y respondían las indicaciones que continuamente enviaba su cerebro, tenía que llegar, por más costoso que fuera, lo haría. Y así fue, a tan solo unos metros de distancia, llegaba sofocado y hiperventilado bastante exhausto, el aroma notorio que desprendía su pequeño era sumamente único, toques de café acompañados de un aroma amargo gustoso para el paladar y notorio toque de dulce de leche, indescriptible. Fuertes gruñidos le sacaron de su pequeño lapso de reconocimiento, sus compañeros aludían por rescate. El híbrido dudaba de sus actos, pero tenía que enfrentarse a aquello.

Así fue como se acercó a la zona, encontrándose con semejante escena, sin duda alguna su querido hijo ya no era un simple cachorro, aquel oso bezudo media fácilmente casi tres metros de inmensidad, el grosor y grandeza de aquel animal era sublime, su pelaje atezado que se intensificaba, segun la luz penumbra, aunque, según Rubén, sus ojos seguían siendo los mismos ojos reflejantes de melancolía que su pequeño tenía en su mirada. Rubius se acercó más a dónde yacian sus amigos, caminando con lentitud, sin ser atemerante para el mamífero. El trío mexicano y el crossant andante se sintieron en calma al ver llegar a el grizzly. — Chicos, debéis iros de aquí, con mucho cuidado— se acercó al lado de Shadoune, este al mirarlo con tan solo intercambiar un vistazo, Rubén noto lo preocupado que se encontraba el de cabellos de azafrán, el semi oso le dió una muestra de calma y le indico que abandonara el lugar, el inmenso animal se encontraba en descontrol, bastante agresivo, demostrando su intranquilidad gruñidos continuos y bufidos acompañados de muestras de agresión, advirtiendo a los presentes, el noruego espero a que sus amigos abandonaran el lugar, no quería que corrieran riesgo, el seguía manteniendo una postura de calma, demostrando se inofensivo.

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