s i n c e r i t y i s s c a r y |capítulo nueve

138 10 54
                                    

Why can't we be friends when we are lovers? 'Cause it always ends with us hating each other. Instead of calling me out, you should be pulling me in. I've just got one more thing to say...


— ¿Qué carajos ha sido eso, Harry?

El chico recién despierto tenía muchas preguntas dentro de su cabeza, con muchos más signos de interrogación desparramados por todas partes que respuestas para cada cuestionamiento. Comenzando con el "¿qué haces aquí?", "¿por qué hice eso?", "¿tengo el sueño tan pesado" y finalizando con un dramático:"¿qué he hecho?".

Si no fuese un arrogante de porquería cuando no tenía razón—algo que su madre vivía remarcando intentando que corrigiese—, Harry podría dar respuesta a la última de las preguntas. Porque, de hecho, tenía una muy acertada respuesta para ella. Él sabía lo que había hecho, la cosa era que no lo diría en voz alta. Decirlo sería admitir que se equivocó y que nada de esto estaba bien.

Lo cual no quería hacer.

Pero por otro lado, Louis lo conocía muy bien, de "pe" a "pa". Sabía que no podía mentirle en la cara como a cualquier otra persona, si se atreviese a hacerlo el ojiazul no dudaría en abofetearlo hasta sacar la mierda de él, hasta que entrase en razón y comenzase a hablar con la verdad. Era una manera brusca de ver las cosas y de pensar a su amigo, pero Harry reconocía que tampoco era muy decente el mentir o ser rudo con alguien sin una razón aparente. Mentirle a Louis era reírse en su cara, era meterse en la boca del lobo intencionalmente, era algo que él tampoco quería hacer.

Sin mencionar que el rizado era bastante deplorable cuando se trataba de no decir la verdad, lo ponía nervioso y tropezaba con sus propias palabras. Claramente no era lo suyo el mentir. No tenía práctica en ello ni le interesaba desarrollar el hábito de ser buen mentiroso, pero bien que le sería muy útil tenerlo en ocasiones como esta.

Así que si no podía mentir trataría de evitar decir la verdad, dos cosas que podían parecer muy similares pero contaban con su delimitada diferencia. No decir lo cierto significaba omitir la verdad, rodearla y envolverla con palabras bonitas y otros temas de conversación, hasta que su amigo olvidase qué le había preguntado y pasase a algo más. Quizá funcionaría.

Pasó una mano por sus ojos y los talló con más fuerza de la necesaria, dejándolos colorados. Tenía los cabellos hechos un lío, labios resecos y su habitación era un desastre. Lo peor de todo era que, aunque su aspecto dejase mucho que desear, lo que más lo avergonzaba era el hecho de no sentir nada de arrepentimiento por su lamentable conducta durante la cena. Había sido hostil, entrometido, maleducado y grosero. Palabras que raramente se asociaban con su persona, haciendo que llegara al punto de desconocerse a sí mismo. Esa era la parte que no podía terminar de comprender, quería que Tyler no estuviese cómodo, quería molestarlo inocentemente, pero no podía enmascarar todo el mal acto bajo la razón de que estaba rencoroso por el nuevo lugar que ocupaba en la vida de su amigo. Él jamás había sido así con Niall o Zayn, Brad o Kendall. Mucho menos con Caroline...

Llevaba ya un largo rato en silencio cuando notó que no era muy normal el permanecer callado por tanto tiempo sin responder, así que reaccionó, finalmente.

—¿Qué haces aquí?—preguntó tomando asiento en la cama, con una postura más recta. La camiseta blanca cubriendo su torso, arrugas decorándola como si no hubiese visto una plancha en siglos.

Cuando logró enfocar la mirada, pudo ver que Louis parecía estar pasando por alguna combinación de emociones caracterizada por el enojo, incrédulo e irritado. Como si no creyese lo que había oído, sacado de sí mismo por la bronca que llevaba encima.

—Me gustaría poder hacer de cuenta que no dijiste eso y pasarlo por alto—contestó duro, mientras cambiaba de peso con sus pies, parado frente a la cama—, pero sería perder la oportunidad de dejarte como el tonto que eres—pensó por un momento y continuó:—, el tonto que fuiste esta noche—se corrigió rápidamente—. En todos estos años de amistad jamás te he visto ser un imbécil con alguien sin razones, siempre valoré eso y es algo que admiro mucho de ti—reconoció observándolo fijamente—, pero, ¿Qué mierda ha sido eso, Harry? ¡Ni siquiera conoces bien a Tyler como para decir ese tipo de cosas!—alzó la voz, sus ojos oscureciéndose mientras hablaba. Respiró profundo y soltó el aire bruscamente, sus manos haciéndose puños—. No quiero insultarte porque no quiero faltarte el respeto, más que nada porque temo que si comienzo no pueda dejar de hacerlo hasta agotar todas las groserías que conozco. Y tú sabes muy bien que sé muchas de esas—lo señaló con su índice—. Así que antes de que empiece a perder la poca paciencia que, estoy intentando y créeme que estoy intentando, tenerte, voy a dejar que te expliques una vez más. Espero y aproveches tu oportunidad porque no estoy bromeando Harry, esto no tiene ninguna puta gracia para mí.

fallingforyouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora