El rubio miraba a la pelirroja desde lejos.
Hace unas semanas había estado siguiendo a la pelirroja, estaba tan extrañando por el comportamiento de esta y preocupado por su amigo que decidió seguirla notando comportamientos extraños en la Weasley.
Como que siempre entraba a una sala vacía y salía media hora después, como si nada, que cada tarde se desaparecía por un pasillo y salía toda desarreglada con la camisa desabotonada, el cabello desarreglado y su lápiz labial corrido.
Había observado de lejos a la Weasley y notó que tenía ciertas marcas rojas en el cuello que tapaba con maquillaje, bufandas o prendas con cuello alto y cerradas... ¿Quién usa bufanda o camisa de cuello alto en primavera?
La curiosidad lo venció un día, decidiendo averiguar qué tanto hacía la pelirroja en esa sala vacía.
Esperó a que la Weasley ingresara a la sala, espero un tiempo razonable e iba a empezar a recitar un hechizo, pero no hacía falta. La estúpida de Ginny no había cerrado bien la puerta, dejando una rendija en la cual se veía todo lo que pasaba adentro de esa sala.
Se asomó, quedando sorprendido de lo que veía... la famosísima Ginevra Weasley la novia más recatada y atenta, estaba que se besuqueaba con un chico desconocido sin importarle nada, siendo novia del mismísimo Harry Potter...
El rubio estaba más que molesto, la maldita le estaba viendo la cara a su amigo y esto no se quedará así...
Tiempo atrás su padre le había dado una cámara del mundo Muggle, así que decidió tomar una foto o así le llenaban los Muggles a esas cosas, sacando perfectamente el retrato de la evidencia de la infidelidad de Ginny Weasley.
— Sí que eres estúpida, Weasley... solo espera a que Harry se entere de esto —dijo el rubio, yéndose sin hacer ruido como si nada hubiera pasado, tenía que llegar a clases.
Las horas habían pasado, las clases habían terminado, el rubio y el castaño estaban en sus clases personales en la sala de menesteres.
El rubio tenía un plan en mente desde que llegaron a dicha sala, quería hacerlo, pero temía arruinar todo entre él y Harry, el rubio tenía un pequeño presente para el rubio en su bolso, ¿no pasaba nada malo si le daba un detalle a su amigo no?
Mientras el castaño apuntaba lo que el rubio había puesto en la pequeña pizarra, él se acercaba a su bolso para agarrar el pequeño regalo.
Se acercó al castaño lentamente, tratando de no desconcentrarlo.
El castaño levantó la mirada topándose con el rubio que extendía una pequeña rana de chocolate para él, haciendo que inconscientemente sonría por tal lindo acto.
— Quise darte un pequeño detalle para alegrarte el día — dijo con timidez.
El castaño agarró la rana de chocolate, se volteó y agarró su bolso, sacando de él una pequeña rosa. El rubio se sorprendió y se sonrojó al mismo tiempo.
— No eres el único que quiso darle un pequeño detalle al otro hoy — dijo el castaño mirándolo.
El rubio estaba sorprendido, nunca Harry le había dado un detalle, eso le resultó muy lindo.
— Disculpa por haber estado faltando estos días, sé que te estaba haciendo perder tu tiempo y quise compensarlo dándote esta bella rosa que es igual de linda que tú... — dijo mirándolo.
El rubio ya estaba que se desmayaba, esto era mucho para su pobre corazón.
— Es igual de linda que tu amistad, dijo el castaño completando lo que quería decir.
Y ahí es cuando el rubio salió de su linda burbuja, dando paso a una punzada en su pobre corazón, trayéndolo a la realidad.
El rubio se sentía triste y dolido por las palabras dichas por el castaño, pero no podía culparlo. Harry solo lo veía como un amigo.
— Gracias por el detalle— dijo desanimado.
—De nada lindo, me alegra que te gustara —dijo con una pequeña sonrisa.
El rubio se sentía algo triste, así que solo atino a darle una sonrisa que más era una mueca que sonrisa.
El castaño miró preocupado al rubio; hace un momento estaba feliz de que fue lo que pasó.
Prefiero no tomarle tanto interés al asunto, aunque en el fondo se sentía preocupado por ese cambio drástico de emoción. No quería que el rubio se sintiera triste, sentía una necesidad de quitar esa tristeza y remplazarla con felicidad.
El rubio volvió a su lugar con la rosa en mano mirándola fijamente, era un hermoso detalle... dado con intenciones de amistad, intenciones que el rubio hubiera querido que fueran de amor.
El castaño no soportó el ver al rubio triste y recordó que había escrito una pequeña carta que iba a darle junto con el detalle.
—Olvide darte esto, viene con la rosa, espero que te guste — dijo mirando al rubio.
El rubio miró al pequeño sobre que le tendió el castaño, abrió la carta y no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa. En serio amaba a este hombre.
"Hola, mi hurón bonito, sé que te he estado fallando últimamente y te pido una disculpa, ¿podrías perdonar a este pobre estúpido que te quiere mucho y no le gusta verte triste — con cariño rayito"?
El rubio río, por lo último, Harry era realmente tierno, muy tierno para su pobre corazón.
— Claro que, si tonto, nunca podría enojarme contigo — dijo sonriendo.
— Ese es mi hurón — dijo levantándose para envolverlo en un dulce abrazo.
El rubio solo atinó a acurrucarse entre sus brazos, no sabía si era un sueño o una de sus tantas fantasías, pero no quería despertar, jamás quería quedarse entre los brazos de su rayito por siempre.
Ambos no se dieron cuenta de que sus corazones martillaban sin cesar, tratando de expresar un millón de sentimientos que ellos no se atrevían a decir.
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar en la estrellita. Nos vemos en la próxima actualización.
Atte.:Moarmy512.
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Querida Ginny Weasley tu novio será mío
Fanfiction[TERMINADA] A Draco Malfoy no le gustaba para nada Ginny Weasley la novia de su mejor amigo y se propuso que él podría ser mucho mejor que ella y darle a Harry todo lo que ella nunca pudo darle, así que empezará una serie de planes para demostrarle...