EPÍLOGO

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"¡EL VIDEO! ¡EL VIDEO! ¡EL VIDEO!"

Los gritos y los saltos sobre la cama matrimonial despiertan a la pareja de mala gana. Lionel es el primero que abre los ojos con pesadez en sus párpados y sonríe a la niña de nueve años usando el colchón de trampolín. "Despacito, Eva que te vas a caer. Vení, sentate," sugiere el mayor.

Pablo a su lado gruñe dormido y se acurruca contra el cuerpo de su novio, escondiendo su cara contra un brazo. "Evi, pará un poquito, bebé. Es muy temprano..."

Pasaron siete meses desde la final de Qatar y hace cinco que viven juntos en la casa de Pablo. Al principio, Lionel consideró que podría manejar la situación de exposición solo, pero las constantes quejas de los vecinos por las guardias periodísticas apostados en la puerta de su edificio, lo forzaron a que ponga su departamento en alquiler y se mude definitivamente con su pareja. La renta es un ingreso extra que le viene muy bien, a pesar de que continua su trabajo en la AFA, en el mismo puesto y con el mismo sueldo. Le ofrecieron un ascenso pero él lo rechazó, argumentando que era demasiado temprano y que quería ganárselo por mérito propio, además de que se sentía muy cómodo en su actual ocupación.

El resto del equipo de community managers comenzó a verlo con otros ojos a partir de ese día.

Ahora ya almuerzan juntos en el comedor y aunque ambos no son de las demostraciones públicas de afecto por una cuestión de profesionalidad en el ambiente laboral, nunca falta un beso robado de espaldas a los demás o una caminata por las canchas tomados de la mano en un momento de distensión. Todos los empleados del predio se acostumbraron a la presencia de Lionel como una especie de 'primera dama' del fútbol argentino, después claramente de Antonella Roccuzzo. Scaloni se lo tomó a broma y se rio con las chicas del restaurante cuando se lo contaron, mientras que Pablo frunció el ceño molesto, como el enano calentón que es.

De boda, todavía no se habla. Apenas si están conviviendo juntos y a pesar de que se llevan muy bien y que van aprendiendo los hábitos del otro, siempre hay roces, como en toda pareja. Pero nunca llega a una pelea porque el amor que sienten por el otro es demasiado fuerte como para cagar lo que tienen por un calzón tirado en el piso o la alfombra para secarse los pies después de la ducha sin colgar para que se escurra. De algo, ambos están seguros.

Ya no pueden imaginar una vida sin el otro.

El santafesino va a terapia todos los jueves sin falta, dos horas por sesión. Tuvo la fortuna de pegar buena onda con la psicóloga, una mujer ya mayor que fácilmente comenzó a ponerle los patitos en línea y a sacarle muchas dudas y miedos de encima con varios temas, tanto personales como familiares. Es que, desde hace dos meses, sus hermanos finalmente respondieron a sus mensajes y se reunieron para conversar. Todo esto terminó en un pequeño ataque de pánico que logró superar gracias a la presencia de Pablo y fue entonces cuando decidió comenzar con la profesional. Se la recomendaron desde la asociación como excelente y Lionel agradeció profundamente el haber tenido la suerte de encontrar a un oído que lo escucha y lo lee como a un libro, aún teniendo algunas de sus antiguas actitudes herméticas, producto de sus años como escort.

"¡Pero papi, son las diez de la mañana!" responde Eva, quejosa mientras deja de saltar. Se sienta entre su padre y su pareja y frunce la boca en puchero. "Me prometiste que lo íbamos a hacer."

Aimar suspira y se acomoda en la cama, sentado junto a su novio. "Y lo vamos a hacer, gorda. Pero recién me despierto."

"¡Y dale! ¡Levantate y vestite lindo! ¡No vas a salir con esa remera mugrienta, pá!"

Lionel se tapa la boca para contener la risa. Sus hijos son probablemente los únicos, además de él, que pueden tratarlo de roñoso y lograr que el enano no los termine matando. Pablo es un hombre pulcro, pero no puede evitar dar la impresión de descuidado porque usa siempre las mismas tres o cuatro remeras para todo. Y no es porque tenga poca ropa, al contrario. El tema radica en que es muy cuidadoso de sus prendas y duran mucho más de lo normal.

Contrato Singular (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora