Toda la energía de un país entero late en corazón del equipo.
El día llegó. El monstruo final al que el Seleccionado Nacional deberá enfrentarse para salvar a la princesa del castillo, espera agazapado. El foco de los entrenamientos no se centró solo en Mbappé sino en el conjunto, porque jamás, absolutamente jamás hay que subestimar al contrincante ni considerar solo a las individualidades. Es algo de lo que el manual de conducción de Pekerman le enseñó a Pablo en sus años junto a él como futbolista, y luego como su mentor como entrenador.
La noche anterior, Pablo y Lionel duermen juntos, pero sin sexo. Aimar estaba demasiado estresado y no podía para de maquinar considerando los cambios como en un juego de ajedrez en situaciones que se imagina sólo en su cabeza. Scaloni sólo se limitó a acompañarlo. Cenaron en su habitación, charlaron un poco y luego se relajaron en la cama, abrazados. Fue probablemente la única manera en la que el director técnico habría podido pegar el ojo en toda la noche. Si no, hubiese sido imposible.
Toda la delegación ya sabía de la relación de ambos y algunos hasta felicitaron a Pablo. Los compañeros de Lionel lo comentaron entre ellos también, pero con menos intensidad. Aún siguen queda un cierto recelo de haber ingresado con acomodo a la AFA, aunque esto sea algo sumamente hipócrita considerando el hecho de que la mayoría de los empleados trabajan en la asociación por algún contacto personal. De todas formas, esto jamás afectó el trabajo del santafesino quien siempre evitó tocar el tema y se concentró en su trabajo al cien por ciento para justamente mostrar su valía y no quedar en la anécdota.
Los equipos ingresan por el túnel y el Himno Nacional se canta a los cuatro vientos, con el pecho inflado de pasión, abrazados todos como hermanos. La cámara de Lionel registra los rostros cargados de miedo y a la vez esperanza, de esa que nunca se pierde pero que se esconde muy bien para asustar. Cruza miradas con Pablo antes que empiece el partido y le guiña un ojo para relajarlo más y hacerlo reír. Aimar apenas sonríe de los nervios y se sienta en el banco.
El primer penal se grita a todo pulmón y resuena en todo Qatar. A pesar de la potencia de Francia, parecían estar desubicados en la cancha y a los treinta y seis minutos, se viene el segundo gol argentino marcado por ni más ni menos que el Fideo Di María. Todos en el banco lloran, hasta Pablo, sabiendo que este sea probablemente su último mundial y no sólo anota un gol sino que lo hace en la gran final. Es un ciclo cerrado para el rosarino de cuna humilde y quien con tanto esfuerzo, tanto propio como el de su familia, logró el sueño de miles.
Termina el primer tiempo y en los vestuarios todo es alegría, pero cautela. Nadie sabe a ciencia cierta qué puede pasar, qué se está hablando en el otro lado del estadio. Pablo se para en el medio y comienza a tirar órdenes y sugerencias a los jugadores quienes se recuperan en sus lugares designados. Las cámaras registran todo. Lionel se toma el tiempo para grabar afuera, con la hinchada argentina que prácticamente copó todo el Lusail. Los dedos de Marcos y Adrián se mueven a alta velocidad en sus teléfonos mientras actualizan redes alentando y respondiendo mensajes de figuras históricas del fútbol argentino que envían todo su amor por mensaje directo desde sus cuentas oficiales.
Regresan a la cancha y las oportunidades de gol para la albiceleste no cesan, pero a los treinta y tres minutos, Mbappé marca y nuevamente lo hace dejando a todos boquiabiertos con el empate. Nuevamente gol, y nuevamente empate. El tres a tres deja a todos sin aliento y los temidos penales nuevamente se presentan en bandeja de plata. Pablo camina entre sus jugadores que se reponen tomando agua. Diego y Ayala le susurran al oído tapándose la boca, pero Aimar ya tiene definido al grupo que pateará. Uno a uno los va convocando y todos aceptan, sabiendo lo que significa el ser elegido para una definición que puede hacer historia. Lionel baja la cámara y observa a Pablo. Martínez al arco defiende como un león, como la bestia indomable que es y que toda la hinchada ama a más no poder. Su baile triunfal enloquece a todo el estadio, y por fin, el último penal llega.
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Contrato Singular (Scaloni x Aimar)
FanficPablo Aimar es una leyenda viva del fútbol argentino e internacional. Es designado DT de la Selección Argentina y debe ir a su primer evento formal pero por distintos motivos, no encuentra a nadie que lo acompañe. Contrata un servicio profesional de...