Capítulo 3

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Apenas si puede dormir tres horas que los mensajes en el grupo de chat de sus amigos más cercanos, comienzan a caer uno tras otro. Son, de sus colegas y compañeros de trabajo, con los que mejor se lleva.

[WALTER]: Lio ¿llegaste?

Scaloni gruñe un poco y mira la pantalla del celular bostezando. Comienza a tipear.

[YO]: Sí, estaba durmiendo.

[WALTER]: En media hora te caigo para unos mates. Llevo facturas.

[JULI] kierooooooooo

[LICHA] inviten, forros!!!

Lionel sabe que será otra mañana de invasión en su departamento. Pero no se los puede negar, son amigos especiales para él. Walter es casi de su edad mientras que Julián y Lisandro son bebitos que hace poco están en el rubro. Licha, con apenas veinticinco años tiene más experiencia pero, Juli de veintidós, prácticamente lo trata como a un hijo propio, sintiéndose responsable por la seguridad del escort novato. No está mal hacer de guía en este mundo pútrido y turbio. Es el camino que eligieron por necesidad, y ahora no hay escapatoria.

[YO]: Dale, vengan. Nos tomamos unos mates y charlamos.

[LICHA]: eaaaaaaaa

[JULI]: [sticker de gatito bailando]

El hombre se ríe ante la liviandad con que sus compañeros se toman el hecho de caerle de sorpresa y se decide a levantarse de la cama para empezar a ordenar un poco la casa. En sí, todo está ordenado, pero su lado obsesivo compulsivo por la limpieza puede más. Separa la ropa de color de la blanca y pone el programa de lavado de media hora mientras comienza a pasar el plumero por las estanterías. Su casa no tiene demasiados adornos. Su estilo de vida ha logrado a que no le tenga demasiado apego a ciertas cosas, sobre todo materiales. Luego pasa la aspiradora y finalmente, un buen trapo de piso a toda la casa. Cuelga la ropa y pone la otra tanda de color a lavar. Sigue por el baño, limpiándolo a fondo y en eso, tocan el timbre. Es Walter, con su puntualidad que lo caracteriza.

"Negro," saluda Lionel, acercándose para un abrazo con su amigo.

"Amigo," responde el otro escort, casi el doble en tamaño de músculos que Scaloni. Cuando abren el catálogo, Walter está marcado como muy solicitado por la comunidad Bear.

"¿Trajiste bolitas con dulce de leche?" pregunta Scaloni, cerrando la puerta y dejando que su amigo se haga camino hasta la cocina. "Viste que a Juli-"

"Sí, sí, le traaaaje bolitas de fraile con dulce de leche al bebé. Lio, dejá de ser padre un minuto, por favor," le recrimina el grandote, dejando la bolsa de papel sobre la mesa. Se aproxima a una alacena y busca un plato lo suficientemente grande para poner la docena de facturas. "Voy a cortarlas porque el Licha seguro se las morfa primero, solamente para hacer calentar al pendejo."

Lionel se ríe y asiente, caminando hasta el lavarropas. Saca una a una las prendas y las cuelga en el tender con cuidado. Seguidamente, saca la tabla de planchar del hueco que queda entre la heladera y un modular. "¿Cómo te fue a vos con la fiesta? ¿Mucho bardo?"

"Nah. Todos tranquilitos por suerte," Walter da vuelta el mate y lo sacude para prepararlo. "La verdad tuve una noche super relajada. Buena onda la gente."

"A mi me tocó un caniche rabioso," bromea Scaloni mientras espera que se caliente la plancha. "Un cago de risa."

Walter larga la carcajada. "¿Y cómo hiciste para no cagarlo a bifes? Porque no les tenés mucha paciencia vos a los bravitos."

Contrato Singular (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora