Día 29; amarga despedida

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—Los estaba esperando.

Jimin y Jungkook lo vieron fijamente, sin apartar la mirada del chico que se encontraba sentado frente a ellos.

—¿Dónde esta mi hija? — preguntó angustiado Jimin, volteando a ver hacia todas las direcciones en busca de ella.

—Ten paciencia — fue lo único que dijo.

—¡¿Cómo quieres qué tenga paciencia?! — preguntó histérico —No la veo desde hace días porque tú la secuestraste, dime, ¿cómo quieres qué lo haga? — Jimin luchaba para retener las lágrimas que se estaban acumulando en sus ojos.

—Quiero hablar algo antes de darles a su hija — la pareja se mostró sorprendida y a la vez confundida.

—¿Qué acabas de decir? — preguntó anonado Jungkook.

—Lo que escuchaste — suspiro y bajo su rostro.

—Es una broma tuya, ¿no es así Juwon? — el rubio dijo con molestia —Siempre te has empeñado en tratar de arruinar mi vida y no creo que de la noche a la mañana hayas cambiado de decisión.

—Tienes razón Jimin, llegue a el punto de odiarte — el mencionado sintió dolor al escuchar eso viniendo del que fue su mejor amigo —Lo hice solamente por que te envidiaba, tu vida era perfecta a comparación de la mía que era una jodida mierda — sonrió con amargura —Siempre quise tener lo que tú tenias para ser feliz pero aunque tratara de hacerlo siempre quedaba un vacío en mi interior, por eso mismo antes de seguir arruinando más mi vida quiero darles a su hija.

—¿Cómo fue qué recapacitaste? — pregunto el castaño con desconfianza, no podía creer que dijera que así por así les entregaría a su hija.

—Gracias a Haneul, tienen una hija maravillosa.

—¿Qué? — pregunto Jimin asombrado —¿Gracias a Haneul?— Juwon asintió y suspiro, debía comenzar con su relato antes de que llegara la policía, porque si, sabia que iría a prisión dentro de poco.

Flashback.

Juwon se encontraba dando vueltas por toda la habitación pensando en como terminar de efectuar su plan, ya había conseguido llevarse a la niña con él así que debía idear la forma para alejar a ese par, deseaba con todo su ser separarlos, que sufrieran al igual que él.

—¿Qué le sucede? — preguntó con voz suave la niña que se encontraba sentada en el sofá de la habitación, viendo como se movía molesto de un lado a otro.

—Nada que te importe — dijo con molestia desviando su mirada.

—Si no me importara, no le estaría preguntando — fruncido el ceño mientras se cruzaba de brazos haciendo un puchero, el mayor al ver eso no pudo evitar recordar a Jimin, esa niña es la viva imagen de su padre y eso lo hacia sentir mal.

—Para tu edad, hablas más de lo que debes —dijo tosco deteniéndose frente a ella con un semblante serio.

—¿Qué esperaba? puedo hablar desde los dos años — Juwon se sorprendió por lo inteligente que es la niña.

No solo por lo rápido que aprendió a hablar, si no que también por lo bien que sabia expresarse y usar las palabras de forma adecuada al momento de hablar.

—Eres una pequeña cajita de sorpresas — fue lo único que dijo.

—Eso me dicen mis papás — empezó a mover sus piecitos que colgaban al no poder tocar el suelo —¿Cuándo los veré? — preguntó de pronto haciendo que Juwon se quedará sin palabras, ¿qué podría decirle a una niña de tan solo cinco años?

Treinta días junto a tí • K.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora