Un chico de cabellos castaños oscuros se encontraba sentado en el césped de aquel lugar disfrutando la paz y tranquilidad que desprendía.
Estar ahí hacia que su cuerpo se relajara, que todos sus problemas desaparecieran y que los recuerdos buenos llegarán.
Siempre iba ahí para olvidar todo lo que lo atormentaba, los problemas con sus padres que lo perseguían siempre ya que ellos no lo aceptaban por su orientación sexual, sus compañeros de la universidad lo molestaban también por lo mismo y siempre fingía una gran sonrisa para ocultar todo el dolor que albergaba en su frágil corazón.
Su vida siempre fue muy triste y desolada, sus “amigos” lo traicionaron y su familia no lo quería, estaba con ellos aguantándoles sus malos tratos solo porque aún no ha podido conseguir un trabajo para así poder independizarse y pagarse él solo su propio estudio.
A pesar de sufrir muchas cosas se esforzaba por seguir adelante, por muy difícil que fuera.
Cuando estaba a punto de levantarse de su cómodo asiento se detuvo al sentir unos cálidos brazos que lo envolvían en un acogedor abrazo, suspiro contento al sentir esa calidez tan reconfortante.
—¡Hola, Juwonie! — sonrió al escuchar a su amigo llamarlo de esa manera cariñosa, solo permitía que él le llamara así.
Park Jimin; su mejor y único amigo, ese chico de sonrisa tierna había sido el único al que permitio que se acercara a él ya que siempre mostró su sinceridad, al principio desconfiaba porque pensaba que solo le buscaba para hacerle daño como los demás chicos. Con su carácter dulce y tierno le demostró ser todo lo contrario.
Jimin es muy distinto a él, es como su opuesto, ese chico le mira el lado bueno a todo, sus padres y amigos lo adoran, tiene un futuro brillante y lleno de amor por delante.
No entiende como es que siendo tan diferente disfrute su compañía.
Jimin teniendo todo, pudiendo estar con mejores personas decidió quedarse a su lado recibiendo críticas por estar junto al raro de la universidad, pero esos comentarios nunca le importaron.
—¿Cómo estas ChimChim? — Jimin se sentó a su lado y recargo su cabeza en su hombro mientras veía el hermoso cielo que estaba lleno de nubes, dándole un toque hermoso por el contraste perfecto que hacían con el sol.
—Muy bien — sonrió mostrando su diente chueco —Recuerdas que te conté que conocí a un chico muy lindo en la playa hace unos meses — el asintió dándole a entender que siguiera — ¡Me acabo de dar cuenta que comenzó a estudiar aquí! — dijo muy emocionado.
—Así que se me hará al fin conocer al famoso chico que conociste en la playa — le pellizco la mejilla a Jimin haciendo que se quejara —Ya veremos quien es ese.
—¡Mira! ¡Es aquel que va allá! — señalo con su dedo hacia la dirección en donde se encontraba un castaño hablando con otro chico.
Juwon le observo y abrió sus ojos enormes al ver a quien se refría.
¿Qué hacia ahí su primer amor de infancia?
Trago grueso al percatarse que este se acercaba hacia ellos con una preciosa sonrisa en sus ojos.
—Al fin te encuentro — se dirigió a Jimin, Juwon solo se mantuvo observando —Desde que llegue a este lugar tenía muchos deseos de verte —Jimin se sonrojo por sus palabras y volteo a verlo como buscando ayuda, él se limitó a sonreír de forma débil.
—¿Por qué querías hacer eso? — preguntó curioso.
—Porque me pareciste una persona muy interesante el día que te conocí — Jimin tapó su boca con sus manitas de forma nerviosa.
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Treinta días junto a tí • K.M
Fantasy-Quiero el divorcio - dijo firmemente el castaño. -¿Qué? - preguntó perplejo. -Así como lo escuchaste Jimin, quiero que me des el divorcio. -Esta bien, te lo daré - contestó con un nudo en la garganta -Solamente con una condición. -¿Cuál es? - repli...