-¿Te puedes estar quieta?- Se rió Natalia por la situación.- Aprendiste bien en el corto, ¿eh?- La miró con una ceja alzada.
-No sé de qué me hablas.- La miró con cara de no haber roto un plato en su vida, con un par de sudaderas de la morena en la mano.
-Hablo de que cada vez que vuelvo a la maleta, está más vacía de lo que estaba antes de girarme.- Se acercó a la otra para coger sus sudaderas y devolverlas a la maleta.
-Jolines, Nat.- Se cruzó de brazos.- Que no quiero que te vayas.
-Ven aquí, anda.- Soltó una risilla, abriendo sus brazos y apretando a la rubia contra su cuerpo.
-Me caen mal tus padres.
-Un respeto a tus suegros, Reche.- Se rió Natalia, separándose de la otra para seguir con la maleta.- En cuanto acabe de ponerlo todo en la maleta y en las cajas te prometo que soy tuya toda enterita.
-Ya lo eres.- Sonrió con suficiencia.
-De eso tenemos que hablar, Albi.- Se mordió el labio nerviosa.
-¿Qué?- Musitó.
-¿Qué idea llevas tú con lo nuestro una vez me vaya?
-Seguir contigo.- Respondió con obviedad.- ¿Tú no quieres?
-No es eso, Albi...
-No me llames así.- Alzó una ceja, respirando algo agitada.
-Alba...- Se acercó a ella lentamente, haciendo el amago de coger sus manos y recibiendo por parte de la rubia que las retirara.
-¿Me estás dejando?
-Creo que es lo mejor, simplemente. No podríamos vernos casi.
-Pero yo no quiero no estar contigo.
-Ni yo tampoco, amor.- Cogió sus manos, acariciándolas.- Es lo que menos quiero.- Juntó su frente con la de la más bajita, soltando un largo suspiro.
-Pues no me dejes.
-Albi...
-¿Pero me dejas ya?
-En cuanto nos perdamos de vista.- Susurró.
-¿Y si vivimos haciendo videollamada?- Preguntó con una sonrisa inocente.- Así no nos perdemos de vista nunca y siempre somos novias.
-Madre mía.- Soltó un par de carcajadas.- Lo que te voy a echar de menos yo a ti.- La abrazó con fuerza de nuevo, llenando su mejilla de besos.
Tiempo después, una vez Natalia había terminado de hacerse la maleta y de guardarlo todo en cajas, salieron de la habitación para despedirse de la familia de la morena antes de irse a dar una vuelta por el barrio.
-¿Venís a comer?- Se asomó Mikel cuando ya habían abierto la puerta.
-No creo.- Respondió Alba sin darle tiempo a la otra.- Os la devuelvo después de cenar, ¿vale?
-Bueno, pero no muy tarde que mañana hay que madrugar.- Salió también María.
-Mujer, déjalas, si son jóvenes, aguantan.- Respondió Mikel, dedicándole una mirada cómplice a las dos chicas.- Ya dormirá en el avión.
-Gracias, Mikel.- Respondió Alba, cogiendo la mano de Natalia y tirando de ella.
Recorrieron las calles de Valencia sin un rumbo fijo. Hablaban de cualquier cosa sin importancia. Volvieron, por unas horas, a ser ellas sin pensar en que dentro de poco, dejarían aquello tan especial que tenían y que habían construido.
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Confesiones de invierno.// Albalia
Hayran KurguParte 2 de "La canción del verano". Se pueden leer individualmente, pero en caso de querer leeros ambas, mejor primero la otra, porque sino os haréis spoilers <3