Muchos recuerdos me invaden, aferrándose a mí con intensidad. Quiero revisar algunas partes, editarlas, intentar comprender. En uno de esos recuerdos, apareces tú, justo en el momento de mi confesión, cuando buscaba liberarme de la esfera. Travis confiesa:
"Hay momentos en los que desearía que estuvieras allí, al final, esperando mi salida. Pero algo me decía lo contrario, especialmente después de aquella despedida tan cruel."
Y aquí me encuentro de nuevo, recordándote en mi final. Aunque no pueda expresarlo directamente, espero que las palabras que hoy pronuncio lleguen a ti, de alguna manera, por otros medios. Mientras tanto, me sigo imaginando aquella escena en la que, sin saberlo, te observaba de manera despreocupada, sin el peso de lo que ahora se avecina.
Eras mi chica estrella, brillando en un firmamento infinito. Tu piel blanca como las nubes, tus ojos negros como el cielo profundo, tu cabello largo como el horizonte. Y esa sonrisa, radiante como dos planetas en colisión, reflejaba la mejor versión del universo en tus pupilas. Por tantas noches anhelé el final de un día tan estrellado como las constelaciones que parecen trazarse en las curvas de tu cuerpo, perfectas. Pero, después de esa noche, comencé a verte incluso en la luz del día.
Continuará?...
