O12

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Día jueves, y sintiéndose mucho mejor, se encontraba nuevamente en la cafetería con un turno bastante corto por si recaía de nuevo. Germán le había dado medicamento y una botella con agua tibia de hierbas por si tenia malestares y le hizo jurara que cualquier cosa le avisara a el o a Tomas.

Había acordado con Ivan de que este pasaría a recogerlo cuando su turno acabara a la hora del almuerzo, lo que faltaba media hora.

Estaba realmente ansioso, tanto que no se percato para nada de que Camila tenia los ojos hinchados y el cabello desordenado, con una actitud lenta y explosiva, más de lo normal obviamente. No, nada podía parar su ansiedad, a menos de que fuera el mismo motivo quien la inició.

Soltó un quejido al sentir un pequeño malestar en la boca de su estómago, no había comido ni un bocado desde ayer al almuerzo, que fue un simple bowl de arroz blanco y desabrido para que no le cayera mal, y con tan solo tres días de hable enfermado ya sentía sus pantalones una talla más grande. Debía ser bastante cuidadoso, cualquier aroma lo suficientemente fuerte le podía causar nauseas, y el definitivamente moriría.

Suspiro con una sonrisa boba, Ivan estaba tan abajo de su piel, tan enterrado en su corazón y tan adentro de su mente que para Rodrigo era imposible no pensar en otra cosa que no fuese el. Sus rulitos negros cual era adicto, esos ojos que escondian tantas emociones y tantos sentimientos en aquellos irís oscuros que Rodrigo quería mirar por horas. Aquellos labios, aquellos perfectos, jugosos y besuqueables labios que tenía Ivan, con un tacto caliente que volvío a Rodrigo una jalea tembleque, aquellos labios que había probado y degustado, esa boca que el castaño solo quería volver a besar una y otra vez.

Había llevado un pequeño espejo de bolsillo ese día, al igual que había dejado su cabello algo humedo para que se secara solo y le quedasen pequeñas onditas y algo más de volumen. A pesar de lucir algo pálido, Rodrigo quería verse lindo para Ivan, era algo que le nacía ser porque amaba notar el como Ivan se quedaba prendido viéndole cuando el 'no se daba cuenta', pero en realidad, Rodrigo era el tipo de persona observadora que no se le escapaba ningún tipo de detalles, y era algo que, alguna forma, era bastante útil.

Aunque todo apuntase a que Ivan si correspondía a sus sentimientos, la pequeña incertidumbre de que quizás no sea así se transformaba en un nudo que le apretaba la garganta a Rodrigo. Y le daba miedo el simple echo de que Ivan le dijese que todo fue un simple error, que solamente le probó, que quiso comprobar su sexualidad, etcétera.

Rodrigo entrego la pequeña tacita con cafe de avellanas a una chica dedicándole una sonrisa justo cuando sintió el característico sonido de una motocicleta subirse a la vereda y detenerse a las afueras del local. Rodrigo soltó un suspiro, formando una sonrisa de alegría inconscientemente al ver a Ivan quitarse el casco y sacudir su cabello antes antes de sacar su teléfono.

Se acercó a la caja, justo cuando de la cocina salió el chico el cual empezaba su turno ahora. Le dedico una sonrisa, antes de tomar su celular que se encendió al recibir una notificación, y dejándole las indicaciones de lo que había hecho antes de desaparecer por la cocina hacia la sala de empleados a por sus cosas.

Ivan
Estoy afuera

Rodrigo Marco el término de su turno a las 12:30 pm y se quito el mandil antes de guardarlo enmarañado en su bolso, al igual que se saco la camisa con el logo de la cafetería por una blanca con pequeñas rayas naranjas y verdes. Se vio a través de la pantalla de su celular, y al ver que no había nada fuera de lugar, se colgo el bolso al hombro y abrió la pesada puerta trasera que daba al callejón para salir y comenzar a caminar hacia Ivan.

Le vio allí, sentado en su motocicleta con sus dos pies en el suelo, inclinado sobre el manubrio y mirando su teléfono. La camisa manga corta negra que llevaba se apegaba a la flexión de sus brazos. Y como si Ivan pudiese sentir su presencia cerca, levantó la vista hacia el cuando comenzaba a acercarse. Enseguida, Ivan dibujo una sonrisa en sus labios, dejando a la vista sus dientes y logrando que el castaño se avergonzaba al sentir ese par de ojos oscuros recorrerlo de pies a cabeza.

Cuando se hallo lo suficientemente cerca, Ivan se enderezo y se levantó de la motocicleta sin dejar de observarle con una sonrisa que Rodrigo pudo notar como atontada, y al estar frente a él, no pudo evitar soltar una risita al sentir nervios en su estómago.

—Hey —susurro Ivan, pestañeando repetidas veces como si Rodrigo no existiera y solo fuese producto de su imaginación.

—H-hey —Rodrigo intento no tartamudear.

Intentó, pero su cerebro de poroto lo hizo igual.

Enrojecio un poco ante eso, sintiendose aún más nervioso que hace un par de segundos queriendo golpearse las mejillas al estar al límite de soportar el enrojecimiento de su rostro.

Sintió la tibia mano de Ivan acunar su hombro, antes de sujetar cuidadosamente la correa de su bolso y quitárselo de encima sin oposición del castaño, y guardandolo en el compartimiento de su motocicleta, le entrego un casco que había obtenido del mismo compartimiento.

—¿A dónde iremos? —pregunto Rodrigo, colocándose el casco encima de la cabeza y ajustándolo a su pequeña cabeza.

Ivan volvió a subirse a la motocicleta, pero antes de que Rodrigo pudiese por su propia cuenta, sintió una de las manos de Ivan posarse en la curva de su cintura y guiarle hasta el asiento de atrás acolchado. Rodrigo se dejó hacer, demasiado desconcertado por el toque sin notar que Ivan acariciaba la piel cubierta de su estómago con su dedo pulgar.

—Abrázame fuerte Rodri, no quiero que te pase nada de camino —le volvió a desconcertar, Rodrigo apreto los labios al verlo girarse para encender la motocicleta, y el como un pequeño koala, entrelazo sus brazos sobre el pecho de Ivan, apagándose el suyo a la formada espalda del Pelinegro.

Rodrigo inconscientemente aplastó su mejilla contra el casco y el hombro de Ivan, y con una sonrisa boba, se olvidó por completo la razón principal la cual iban a salir juntos. Al igual que la otra gran razón que se encontraba ahora mismo apretando un mantel de cocina, viendo con total enojo como aquella motocicleta desaparecía por la calle desde adentro de la cafetería.

𝗙𝗢𝗥 𝗠𝗘?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora