O22

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Rodrigo jamás se imaginó nada de lo que pasó al día siguiente.

Luego de que Germán le haya dicho eso la noche anterior, Ivan lo llevó hasta su departamento y le explicó a Tomas todo lo sucedido, le quitó las pequeñas marquitas de sangre que tenían sus antebrazos y se quedó recostado con él en su propia cama hasta que se estuvo quedando dormido, desgraciadamente, había sentido a Ivan moverse para irse, escuchando a medias que mañana tenía que llevar temprano a Molly en ayuno al veterinario y algo así.

───Te quiero, Ro ───le había susurrado antes de marcharse, dejándole un pequeño besito en la frente y un piquito en los labios que hizo a Rodrigo gimotear feliz, antes de cerrar sus ojos y sumergirse en el sueño.

Y ahora mismo, recién entrando a su horario de trabajo, Rodrigo deseó haberse quedado en la cama junto a Tomas y no haber salido de su casa.

¿Por qué? Porque el jefe estaba allí, y la mueca que tenía en el rostro demostraba tanto enojo que Rodrigo quería ocultarse bajo la barra y no salir hasta que se fuera.

───¿Dónde está Camila? ───Rodrigo bajó la cabeza sumisamente, no podían culparlo, él era sumiso por naturaleza y tenía miedo al escuchar la voz del señor Osvaldo, su jefe.

Estaba él, Germán, y una chica llamada Abril la cual Rodrigo poco hablaba con ella y era mesera, junto a su jefe en la sala de empleados, aún no abría la cafetería y Rodrigo estaba tan ansioso que tenía ganas de llorar.

───No es su turno ahora, señor, llega luego de mediodía ───habló la dulce chica, batiendo sus pestañas y sin saber el contexto de la situación.

Rodrigo miró a Germán, quien le alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos, ya sabía que había pasado.

───Bien ───se sobresaltó el castaño ante el resoplido del hombre mayor───Rodrigo, necesito hablar con vos, ustedes dos pueden abrir por mientras ───apuntó a la castaña───Quédate en la caja un par de minutos, luego regreso a Rodrigo.

───Si señor ───ambos dijeron, para luego darse media vuelta y salir de la sala de empleados, dejando a Rodrigo tan nervioso mirando a su costado en frente de su jefe.

Hubo un pequeño silencio que solo pudo colocar los pelos de punta a Rodrigo, no sabía que iba a pasar, podía hasta ser despedido y eso no estaba en sus planes para nada.

───Miré las cámaras, Rodrigo ───fue lo primero que soltó su jefe, y el castaño cerró sus ojos mientras apretaba sus labios fuertemente, antes de volver a abrirlos y mirar a su jefe con esa postura recta.
 
───Lo lamento, jefe ───soltó quedito, rascándose la nuca y paseando sus ojos por todas partes───Nunca pensé que eso iba a suceder y lamento muc-

───¿De qué hablas? ───bramó su jefe, nuevamente asustándolo y logrando que se encogiera. Ante eso, el hombre hizo una mueca de disculpas al ver que había asustado al chico───No vine a regañarte por lo que sucedió ayer, porque no tienes ni un poco de culpa.

Rodrigo abrió los ojos un poco sorprendido, y frente a él, el hombre suspiró.

───Mira, no me interesa ni tu vida amorosa ni tampoco tu orientación porque no afecta directamente en tu trabajo. No me importa si estás con un hombre o una mujer, tampoco si viene a la cafetería pero si que interrumpa tu trabajo, y gracias a Dios no lo hizo ───explicó, tomando una pausa para luego seguir───Lo que sí me interesa es que Camila ayer explotó contra vos ayer acá, y agradezco que haya sido mientras no hubiesen clientes, pero no toleraré esa clase de comportamientos entre los trabajadores.

Rodrigo estaba perdido, al menos ahora podía respirar bien al ver que a su jefe no le importaba su orientación y que no le despediría, pero, ¿ese tema no debía hablarlo con Camila?

Al parecer el señor Osvaldo había notado su confusión───A lo que voy, Rodrigo, es que necesito saber si Camila ha tenido un mal comportamiento contra vos aparte de ayer, ya he tenido problemas con ella y quiero que seas honesto conmigo y me lo digas ───el bajito asintió lentamente───Soy tu jefe, y debo velar por tu seguridad en el trabajo también, así que, ¿Camila no te ha hecho nada más? Y no, no estoy hablando solo fisicamente.

Rodrigo suspiró, sin saber qué realmente decir, no quería manchar el trabajo de Camila con sus suposiciones de que siempre lo tenía con un ojo encima. Y talvés estaba siendo demasiado corazón de abuelita pero Rodrigo era así, y sabía que estaba mal.

Aún así, Rodrigo estaba cansado, muy cansado de esta situación.

───Emhm... no me ha dicho nada directamente ni ese tipo de cosas ───arrugó la nariz, mirando por un segundo a su jefe a la ojos───Pero no sé si será cosa mía o no... siempre siento que me tiene en la mira.

Su jefe asintió, suspirando nuevamente───Perdón por meterme en tu vida personal, pero Germán me dijo que todo esto pasó porque su ex novio ahora está con vos, ¿es cierto?
 
Rodrigo volvió a ponerse nervioso, y no tenía ni puta idea del por qué, así que soltó una risita nerviosa y asintió, llevándose un dedo a la boca y mordisqueándolo.

Volvió a quedar en silencio la sala, hasta que su jefe se descruzó de brazos y asintió, acomodándose la chaqueta que llevaba puesta.

───Esta bien, gracias Rodrigo ───agradeció, y el castaño asintió suavemente───Voy a ir al local central y volveré cuando sea el turno de Camila. Podes ir a trabajar.

Dicho eso, su jefe se dió media vuelta y salió por la puerta que daba hacia el callejón. Y cuando Rodrigo vió que estaba completamente solo, se desplomó en una silla que estaba allí e inhaló profundamente aire, sintiéndose absolutamente mareado y abrumado.

Se palmeó las mejillas y cerró los ojos, intentando volver a si mismo y con la creciente preocupación de que mierda iba a ocurrir al mediodía.


𝗙𝗢𝗥 𝗠𝗘?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora