O13

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Ivan realmente se había preocupado por él.

Ya que, en vez de llevarlo a cualquier local en donde no podría comer nada para no recaer por su débil estómago, le había llevado a un parque familiar, y ahora mismo estaba sentado en una manta sobre el pasto, con un recipiente con arroz blanco y un par de papas y zanahorias cocidad al vapor y con Ivan comiendo exactamente lo mismo.

—¿De verdad hiciste este almuerzo para mi? —preguntó, Rodrigo mirando la comida con una sonrisa enternecedora y tomando una zanahoria.

—Si —suspiro Ivan—Cuando supe que estabas mal del estomago, no quise arriesgarme a que algo pudiese caerte mal, pero tampoco quería que no comieras nada, así que entre a mi cocina esta mañana y bueno... esto se me ocurrió —encogió de hombros, girando su cabeza hacia el y sonriendole con los ojos cerrados.

No tuvo el valor de levantar la vista de su recipiente, estaba tan conmovido que creía que si veía frente a frente a Ivan no resistiría y se lanzaría a besarlo enfrente de todos. Y no, no quería eso, no cuando Ivan debía explicarle tantas cosas.

—¿Por qué te molestarte en hacerlo? —susurro quedito, sin borrar su sonrisa y jugueteando con los últimos trocitos de papas y unos granitos de arroz.

El silencio se prólogo entre ellos dos, Ivan no le contestaba la pregunta y eso ponia a Rodrigo nervioso de cierta forma, por lo que antes de que cualquier cosa saliera de su bocota, se llevó lo último de comida que le quedaba a la boca, callandose a si mismo e intentando comer de la forma más lenta posible.

—Porque me gustas

Rodrigo tosió, accidentalmente escupiendo un granito hacia el pasto y atorandose con el resto. Se llevo el antebrazo hacia el rosto para cubrir su boca y comenzar a toser, enseguida sus ojos lagrimeando e intentando respirar correctamente.

—¡Rodrigo! —escucho a Ivan exclamar, antes de sentir sus manos en su espalda para masajearle y escucharle decir no se que cosa mientras intentaba respirar normalmente.

¡LE GUSTAS LE GUSTAS LE GUSTAS!

Rodrigo apenas podía procesarlo, los granitos de arroz se habían ido por la vía respiratoria y su nariz estaba congestionada por el polen, por lo que se apoyo en la manta con sus manos y volvió a toser, intentando recuperar el aire mientras sentía las suaves caricias de Ivan en su espalda.

No era una broma, ¿cierto?¿de verdad le gustaba a Ivan?

Finalmente sintió su tráquea ser despejada luego de un par de tosidas más, pero por el estupor, seguía intentando recuperar el aire perdido entre pequeñas tosidas, sus ojos humedecidos al punto de que unas pequeñas gotitas de agua salada reposaba en sus manos, y sentía la cara tan roja por el esfuerzo. Pero aun así, sonrió enormemente cuando pudo concentrarse en lo que Ivan había dicho.

—No es una broma ¿verdad? —preguntó Rodrigo, sentándose en sus piernas y secándose los ojos con su antebrazo, bajo la atenta mirada de Ivan que le miraba preocupado.

—¿Estas bien? —el castaño asintió, esperando a que respondiera su pregunta. Ivan suspiró.

El más alto se rasco la nuca y fijo su vista en un punto muerto, con una mueca y un leve temblor de labios que Rodrigo pudo notar a pesar de tener los ojos nublados. Y lo que decía que el chico estaba bastante nervioso.

—Claro que sí, me gustas, ¿por qué te mentiría? —Ivan encontró sus ojos, encogiendose de hombros y formando una sutil mueva que pretendía ser una sonrisa—No soy esa clase de persona —.

Rodrigo trago saliva, ¿que se suponía que debía hacer ahora? Era cierto que conocía a Ivan de hace apenas un mes casi, pero Rodrigo sentía que el pelinegro había sido tan transparente con el, que no necesitaba más tiempo para conocerse. Saber que sus sentimientos si eran correspondidos -por fin aceptaba, aún con un poco de miedo, que estaba muy colado por Ivan- le formaba una calidez en el estómago tan agradable y placentera.

Sintió la pesada mano de Ivan amoldarse a su mejilla, acuñandola entre sus dedos y mirando aquellos ojos que demostraban una adoración genuina. Eso le gustaba a Rodrigo, que Ivan fuera tan de piel con quién quisiera, tanto como para demostrar sus emociones a través de sus preciosos ojos.

Quiso acercarse a besarlo, tal y como la otra vez, y sabía que Ivan estaba a sólo un instante de impulsarse con su mano libre y atacar sus labios.

Pero Rodrigo necesitaba respuestas.

Se apego al cálido contacto de la mano de Ivan con una pequeña sonrisa por un par de segundos, antes de separarla de su rostro suavemente y apresaroa entre sus dedos. Enseguida notó la atemorizada mirada del azabache.

—Quiero... quiero que me expliques todo, antes de responderte —apaciguó todas las dudas de Ivan con suaves caricias en la yema y dorso de sus manos—Por favor, no puedo entender todo este tema —suplicó.

Vio la manzana de Adán de Ivan moverse, y no pudo evitar pensar que eso era sexy, demasiado sexy. Concentrándose nuevamente en su objetivo, le vio asentir con el rostro sutilmente deformado en una mueca de angustia.

—Esto es... más o menos largo de explicar —Ivan se pasó las manos por la tela de su pantalón—pero intentare explicarte lo mejor que pueda. —

Rodrigo asintió varias veces, acomodándose de otra forma para acercarse inconscientemente más a Ivan. Y nuevamente, todas las opciones de lo que sea que le fuera a contar revolotearon en su mente.

Esta vez, con el echo de que si le gustaba a Ivan.

Ivan se pasó una mano por el cabello y se relamio sus labios, antes de abrir la boca de decir:

—Camila jamás fue mi novia.

Y Rodrigo sintió como un cubo de agua helada le caía por la espalda.

𝗙𝗢𝗥 𝗠𝗘?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora