El sitio donde trabajaba Strange era muy peculiar. Él era psicólogo, y su centro era una especie de despacho grande con un escritorio y un sillón para que los pacientes se tumbasen mientras le contaban sus problemas al hechicero.
– No os vais a creer quien ha venido hoy a mi consulta – les dijo Stephen a los dioses.
Ellos, esperando impacientes a que Strange les dijese quién sería la persona que ha ido a verle, supusieron que se trataba de Candela.
– Ha venido Candela – dijo al fin el doctor.
Los tres dioses se extrañaron, y después le preguntaron a su maestro.
– ¿Sabes algo sobre ella que nos pueda ayudar? – preguntó Claude.
– Lo siento chicos – se lamentó Strange – lo que se habla en las consultas es privado, no puedo decirlo.
El chico de cabello rojo se enfadó y le gritó:
– ¡Si hay alguien más de nuestra especie tenemos derecho a saberlo! – se enfureció Beacons – ¡No nos contaste lo de Bailong Walker y tampoco nos dices si Candela es una diosa o no! ¡DÍNOSLO!
Claude estaba más enfadado que nunca, o al menos Byron nunca le había visto en ese estado.
– Torch tranquilízate por favor – pidió Bryce.
El dios de pelo rojo miró a su hermano que lo intentaba calmar, pero parecía que era imposible que volviese a su estado original.
Claude atacó a Bryce y éste lo esquivó, después Strange hizo un hechizo para invocar unas cuerdas y atar a Beacons para que se quedase quieto.
– Ya basta Torch – dijo Withingale una vez más.
– ¡No pienso calmarme! – respondió – ¡No nos dice la verdad y merecemos saberlo!
–Pero si él hizo un juramento de no contar a nadie las conversaciones que tiene con los pacientes no es culpa suya – añadió el dios del hielo – entiéndelo.
Claude no quería escuchar a su hermano, pero sabía que no podía enfrentarse a ellos tres él solo así se tranquilizó, pero seguía enfadado con Strange. Le soltaron y se marchó de allí dando pisotones, dando a entender lo enojado que estaba.
– ¡Claude espera! – exclamó Byron, pero no tuvo respuesta por parte del dios de fuego.
– Es inútil Byron – intervino Bryce – cuando está en ese estado es imposible conversar con él.
– ¿Cuánto tiempo va a estar así?
– Depende – dijo Withingale – pero suele durar unos días y luego vuelve a hablar, aunque no pide perdón.
Byron no entendía porque su hermano tenía esa personalidad, tampoco era razón para enfadarse tanto, no obstante, Claude ha sido capaz hasta de atacar a Bryce, y esto al dios Afuro le resultó muy extraño.
– Tu no te preocupes por eso – dijo Strange – ya hablaré con él.
Terumi asintió con la cabeza y se marchó de allí junto a Bryce. Los dos hermanos salieron fuera de la casa.
– ¿De verdad crees que Candela es una diosa? – le preguntó Bryce a Byron.
– No tengo ni idea – confesó el chico de cabello rubio – pero me resulta muy curioso lo que pasó antes con lo de la luz.
– Si, a mí también.
Los dos dioses no sabían que podían hacer para averiguarlo, y se quedaron pensando, hasta que a Bryce se le ocurrió una idea brillante:
– ¡¡Pues claro!! – exclamó el chico de pelo blanco – si investigamos las bombillas de la luz sabremos cual fue la causa de que se apagaran.
Ambos fueron rápidamente dentro de la casa y fueron al salón.
– Vale, las bombillas están muy altas así que tienes que cogerlas tu Byron – dijo Withingale.
– ¿Y por qué yo?
– Pues porque tú eres el que puede mover cosas con la mente, y además así te sirve de entrenamiento.
– Esta bien – acabó accediendo el dios Afuro.
Miró fijamente la bombilla y se concentró, no solo tenía que moverla si no que para sacarla de la lámpara del techo había que desenroscarla y eso aumentaba la dificultad. Se concentró en moverla y parecía que lo estaba consiguiendo, no era un objeto muy pesado así que no era del todo difícil.
– Ya casi lo tienes hermano – le apoyó Bryce.
Byron consiguió sacar la bombilla de la lámpara y llevarla hasta la mano de Withingale.
– ¡Buen trabajo! – le felicitó el chico de pelo blanco.
– ¡Gracias Bryce! – respondió el chico de pelo rubio con una sonrisa.
Bryce cogió unos cables y con la telequinesis de Byron los engancharon a la lámpara del techo. Esos cables iban a la vez enchufados a un ordenador.
Terumi observaba con atención lo que hacía su hermano con el ordenador, pero él no entendía nada.
– ¡¡ALELUYA!! – gritó el dios de hielo con entusiasmo – por lo visto las luces se apagaron debido a una sobrecarga eléctrica, es decir que no fue a casa de un apagón, lo que significa... – esperó a que Byron dijese la respuesta, pero él se quedó mirándole sin saber que decir – significa que Candela creo una sobrecarga para que se apagasen.
– Ahora me queda más claro – dijo Byron – ¿crees que fue intencionadamente?
– No lo creo, supongo que lo hizo porque se asustó al oír a Torch entrenar – aclaró el dios del hielo – de todas formas, esto no nos lo confirma del todo, hay que seguir investigando, tu misión no ha concluido.
Byron afirmó con la cabeza y se fue a su habitación y Bryce a la suya, al día siguiente había escuela y el dios Afuro tenía que seguir investigando acerca de los orígenes de su amiga.
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Byron Love - La Espada Plateada
PertualanganByron Love es un chico con unos brazaletes extraños que le proporcionan habilidades extraordinarias. Después de que el famoso psicólogo Doctor Stephen Strange le ofrezca una beca para su academia especial, Byron decide aprovecharla. Conocerá a más c...