— ¿Por qué el bolso de Ammy está armado? — preguntó la mujer cuando entró junto a Simon a la casa. Ambos volvían de una tarde en el parque con la niña.
El rió, con su brazo inmovilizado por la cirugía.
— Bueno... No te lo dije, pero Price pidió cuidarla hoy. Va a estar con su mujer en la ciudad y la quieren como una sobrina, así que no me negué.
La mujer miró a la niña de diez meses con un puchero.
— No pongas esa cara... — murmuró Simon, acercando su mano sana al rostro de la mujer para acariciar su mejilla. — Piénsalo así, vamos a estar solos y podemos ver una película sin que Ammy se enoje.
La chica sonrió. Amelia odiaba las películas, o mejor dicho no le gustaba que la atención no estuviera todo el tiempo sobre ella.
— Tienes razón... ¿Vas a disfrutar salir con el tío Price? — preguntó con voz aniñada y ella rió, endulzando los corazones de los adultos. — Lo quiere muchísimo.
— Totalmente. Creo que en su lista de favoritos estás tú, luego Price, luego ese maldito perro de peluche y luego yo. — dijo gruñón y la mujer rió.
— No te puedes poner celoso por un perro de peluche.
— Si puedo. — dijo en un falso berrinche y ella volvió a reír, dándole un ruidoso beso en su mejilla.
— Eres tan dulce, Simon, por Dios.
— Solo con ustedes. — dijo con una dulce sonrisa.
La sonrisa de la mujer flaqueó cuando escuchó un suave golpe en la puerta de la entrada.
Simon abrió, allí estaba Price junto con una bella mujer de cabello negro.
— ¿Interrumpimos algo? — preguntó divertido el hombre.
— ¿No? — preguntó el rubio confundido y serio, escuchando las ligeras risas de su compañera. — ¿Qué pasa? ¿Qué es gracioso?
La mujer de Price sonrió, cubriendo su sonrisa con sus manos. — Tienes un beso marcado en la mejilla.
Simon miró con reproche a la mujer que se escondía detrás de la niña para ocultar su risa y le dio una ligera palmada en la espalda..
— Mucho gusto, me llamo Lucy, soy la esposa de John. — dijo, estirando su mano hacia la mujer.
— _______. — se presentó con una sonrisa. — Simon y John me hablaron mucho de usted.
— Espero que cosas buenas. — dijo divertida. La mujer era más buena que el pan, realmente una dulzura de persona.
— ¿Quieres ir con tu tío Price? — dijo feliz, entregándole a la niña que lo abrazó sin dudarlo.
— Cada día más preciosa, Princesa. ¿Cómo estás con tu herida, Simon?
— Bien. — dijo con una sonrisa. — Lo que me molesta es tener que cargar a Ammy con solo un brazo, me da miedo de que se me caiga.
— Es una suerte que tengas a _______ contigo. Se ve que se llevan muy bien. — dijo él, guiñando un ojo. — Bueno, nos vamos, gracias por dejarnos pasar el día con la Princesa, la traeremos en la noche.
— No hay de qué, toma su bolso.
Ambos se despidieron y se marcharon a la camioneta del hombre.
Simon envolvió su brazo alrededor de la cintura de la mujer, mientras miraban a la camioneta hasta que se fueron, asegurandose de que todo estuviera bien.
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with you | Ghost
RomansaCuando le dijeron que había perdido a su bebé no podía creerlo, se sentía destruida. Su instinto materno seguía a flor de piel, por eso cuando un hombre se acercó a ella con una bebé diciendo que no sabía que le sucedía no había dudado ni un segund...