- ¿Traes todo, mí vida? - preguntó la mujer, girándose en el asiento del copiloto.
- Si, má. Igual la mamá de Chloe me puede dar lo que falte. Te amo, ma. Te amo, pa. - se despidió, dándole un beso a cada uno.
- Saluda a Soap. - aviso Simon y su hija asintió antes de cerrar la puerta.
La única que quedó fue Amelia, ya que Rose y Ruby habían ido directamente después de la escuela a la pijamada.
La adolescente estaba evitando a toda costa alejar la mirada de la ventana.- Bueno, vamos... - murmuró la mujer, mientras Simon comenzaba a acelerar.
- Reglas. No quiero oler ni una gota de alcohol en ti. Segundo, que ni se te ocurra besar a ningún muchacho o muchacha.
- ¡¿Por qué Abby si puede y yo no?!
- Es distinto, ellas se conocen desde que son bebés y es la hija de mí mejor amigo. - murmuró enojado. - Tercera regla, no aceptes bebidas de nadie y siempre permnece atenta a tu vaso o botella.
- Si, pá. Lo sé...
- Cuarta. - dijo duro, mirándola por el espejo retrovisor. - Llama ante el menor problema.
- Si.
- Quinta. - dijo la mujer. - Cuida mí falda.
- ¡Mamá! - rió divertida.
- Te ves preciosa, mí niña. Disfruta la noche, pero respeta las reglas de tu papá.
- Si, má. Los quiero.
Simon se detuvo frente a aquella casa, viendo gran cantidad de adolescentes en la puerta. Ella se bajó rápido, sin querer que se den cuenta de que sus padres la habían traído.
Simon iba a abrir la ventanilla para molestarla cuando la mano de su mujer se coló en su entrepierna.
- Conduce a casa, me estoy muriendo de ganas.
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Él aceleró. También extrañaba follarla.
Odiaba su trabajo por alejarlo tanto de su familia.
En cuestión de minutos ya estaban en la casa.
Ambos se bajaron rapidamente y entraron.
Apenas la puerta se cerró Simon la tomó de la cintura y la arrinconó contra la puerta, tomando el borde de su camisón para quitarselo.Observó la prenda de lencería cubrirla. Sus pezones se transparentan por el delicado encaje y las bragas eran tan diminutas que parecía un simple hilo.
- Mierda... - gruñó, metiendo su mano entre sus piernas para adentrar dos de sus dedos en la vagina de la mujer. Comenzó a jugar en su interior y ella gimió encantada, aferrándose a los hombros de su esposo. - Tan mojada para mí...
- Quítate los pantalones, no quiero tus dedos, te quiero a tí... - dijo desesperada, pero Simon no obedeció, en cambio se puso de rodillas y levantó una de sus piernas.
- Ábrete para mí.
La sostuvo con su mano, adentrando su cabeza en la entrepierna de la mujer.
Ella gimió escandalosamente, aferrándose con sus manos a los cabellos del hombre mientras sentía su lengua recorrerla en todas las direcciones.
- M-Mierda... - gimió. Él se separó, mirándola desde abajo.
- Estrañaba tanto comerte... Siempre tan deliciosa.
- S-Simon... - gimió encantada, delirando ante los estímulos que sentía. - Fóllame.
Él se levantó, quitandose los pantalones de pijama en un solo segundo, dejándolos tirados en el suelo.
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with you | Ghost
RomanceCuando le dijeron que había perdido a su bebé no podía creerlo, se sentía destruida. Su instinto materno seguía a flor de piel, por eso cuando un hombre se acercó a ella con una bebé diciendo que no sabía que le sucedía no había dudado ni un segund...