Capítulo 13.

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11 de julio.

Lo único que tenía claro es que no quería volver a liarme con él.

El día anterior había tenido un viaje muy largo. Le había dado demasiadas vueltas a todo. Siempre acababa haciendo lo mismo: pensar en si me podrían insultar, lo que Marcos pudiese hacer o pensar... Siempre ponía a todo el mundo por delante de mí. Me pasaba el puto día sonriendo y no era feliz.

Durante mi relación con Marcos comprendí que la felicidad absoluta no existe, que siempre hay algo que no termina de ser perfecto, y que es imposible sentirse bien del todo. Es una mierda darte cuenta en medio de una relación que habías soñado como perfecta de que el sueño de tu vida es una basura.

Mi vida era un caos.

Me aterrorizaba ver a Marcos. Tenía mucho miedo de ir con Logan y verle, pero me daba mucho más pánico no volver a verle nunca más. En cierto modo deseaba que nos viese juntos. Quería que supiese lo que es ver a la persona que quieres con otro. Entonces me acordaba que ni me quería, ni lo había hecho nunca y se me pasaba.

De camino a Aranjuez mi padre me hizo un interrogatorio. Ya le había hablado antes de Logan pero no sabía...quién era exactamente... Era de las pocas cosas que le ocultaba a mis padres.

Estaba muy nerviosa. Por un lado me alegraba de volverle a ver porque siempre que estaba con él acababa riéndome muchísimo y por otro estaba acojonada...No sabía si iba a intentar algo y no sabía cuál podría ser mi reacción...

Había pasado casi un mes desde la última vez que nos vimos y...pasó eso. Se me hacía muy raro decirlo. No digo diferente, digo raro.

Me había puesto unos pantalones vaqueros de color azul cielo cortos y una camiseta de Hollister con el logo en rosa. De zapatillas las All Star blancas que me compré en la playa.

Habíamos quedado a las seis en la puerta de la tienda de la madre de Kate.

Vale, podía superar lo de invitarle a un helado y pasar la tarde con él, tampoco era para tanto...

Mientras miraba por la ventanilla del coche y le daba vueltas a cómo íbamos a pasar la tarde empezó a sonar la canción de "Se acabaron las lágrimas". Era irónico porque la letra me venía como anillo al dedo: es hora de empezar a andar, se acabaron las lágrimas, rompe tu jaula...Escapa que la vida se acaba, que los sueños se gastan, los minutos se marchan. Salta que la llama te abrasa, los momentos se pasan y se te rompe el alma...

Iba a ser un verano de mierda pero, joder, me merecía ser feliz.

Llegué yo antes que él. Intenté hacer algo con el móvil pero no tenía Internet ni ningún juego para entretenerme. Debía hacer 35º por lo menos y no había ni una sola sombra en esa calle.

-Hola.- escuché.

Ahí empezó todo de verdad, a las seis en punto de un once de julio en la puerta de una tienda deportiva. Levanté la vista del móvil y le vi. Estaba en frente de mí presumiendo de una media sonrisa perfecta. Llevaba una camiseta roja con un muñequito que creo que era Sonic, unos pantalones vaqueros que le llegaban justo hasta por encima de la rodilla y las zapatillas negras del Inside. Estaba rojo, por el calor supongo.

-Hola.- contesté porque no se me ocurrió otra cosa que decir.

Me dio dos besos y yo se los devolví a pesar de que nunca me ha gustado saludar a nadie dándole dos besos.

No fue ni raro, ni incómodo ni nada de lo que pensaba que iba a ser. Fue muy natural. Me alegré de verlo de verdad y me contagié de su risa en el primer minuto de la tarde.

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