Inglaterra, 1995
Colin se bebe las pintas de cerveza en dos tragos. A este ritmo, alguien tendrá que llevarlo a casa antes de que cierren el pub. Peter está a su lado, con su vaso entre las manos. Una pequeña cicatriz asoma por debajo de su flequillo, recuerdo de la noche en que conocí a Valérie. Se inclina hacia mí:
- Y bien, chaval, ¿cuándo se lo vas a decir?
Le pego un sorbo a mi sidra, no sé si para aclararme la voz o para infundirme valor, tal vez para las dos cosas.
- Esta noche, Pete.
- Pues para ser alguien que le va a pedir a su novia lo que tú, tienes la cara como si te fueses a presentar a un examen.
En cierto modo es así.
- Cuanto más se acerca el momento, más miedo tengo. No sé si es buena idea... - intento justificarme.
- ¿Buena idea? Chaval, esa chica es una maravilla y, además, bebe los vientos por ti; cosa que, por otra parte, no me explico - me dice con una sonrisa paternal que acompaña a la broma -. Serás un estúpido si la dejas escapar. Si no te subes a este tren, puede que no vuelva a pasar otro, y mira cómo puedes acabar.
Ambos miramos a Colin que, a pesar de empezar a ponerse colorado, ha vuelto a pedirse otra cerveza. El temblor en su voz nos confirma que no debería seguir bebiendo.
- ¿Qué pasa conmigo, capullos?
- Le estoy diciendo al chico lo que tiene que hacer si no quiere acabar triste y solo como tú, Colin.
- Pues verás, amigo mío - comienza a decir mientras se recuesta sobre el respaldo de la silla, sosteniendo la pinta muy cerca de su boca -, en cuanto a lo de acabar triste, ya ves que ahora mismo no puedo estar más alegre. Y en cuanto a lo de estar solo, te diré que prefiero la soledad a estar casado... por ejemplo... con tu mujer, Petey.
La risa fluye insonora mientras acerca la bebida a los labios, esperando haberle tocado las narices a su amigo, como siempre.
Ante el semblante serio de Peter, Colin se da cuenta de que quizá se ha pasado de la raya:
- Vamos, no te lo tomes a mal. Sabes que quiero mucho a Allie. Solo te estaba vacilando un poco. Venga hombre, no...
La carcajada de Peter estalla a escasos centímetros de su rostro, sorprendiéndolo y haciendo que casi se tire la cerveza por encima.
- ¡Serás cabrón! ¡Me lo había tragado! - le grita Colin.
- Sí, por eso me ha parecido tan divertido. Tenías que haberte visto la cara...
En un momento, las risas invaden la mesa. La gente de alrededor nos mira, supongo que pensando que Colin no es el único que necesita irse a la cama.
- Por cierto, Adrian, espero que tu chica no sea como Cenicienta - comenta dirigiéndose a mí y todavía con la sonrisa en sus labios. No entiendo muy bien qué quiere decir. Puede que ya sea el alcohol el que habla, pero el comentario me resulta curioso así que le pido una aclaración:
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El último shedu
ParanormalLa que iba a ser la noche más especial para Adie Gyro se convierte en una auténtica pesadilla cuando, en su carrera por no llegar tarde a su cita, decide tomar un atajo. A partir de ese momento, su vida cambiará radicalmente. A partir de ese momento...