Decirte adios

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Todos los días eran grises, no fue fácil intentar salir del hueco oscuro en el que me sumí. El dolor me mataba en vida no conseguía las fuerzas para luchar contra tu partida, no sentía las ganas de vivir si tu no estabas ahí yo sólo quiero a estar contigo, me hundí en la oscuridad, dejando que el dolor me embargará tan profundamente que llego el punto hasta no sentir más dolor.

Los médicos me diagnosticaron depresión crónica, dijeron que lo mejor era internarme durante un tiempo, lamente hacer llorar a mi madre, mi hermano estaba tan mal como yo al sentir mi dolor por la perdida de mi esposa.

No fue fácil salir de la depresión, los días fueron horribles, el recuerdo de ella me calaba asta lo más fondo de mi alma.
Había días en los que no dejaba de llorar como un niño por la perdida de un juguete. Las ganas de vivir se me habían ido como tu.
Otros días, me quedaba ido, mis pensamientos siempre estaban con ella, Cara. 

Recordaba los momentos felices, triste, la sonrisa de ella, sus voz, sus caricias todo de ella.

El dolor se incrementaba cada día sin ella.

Fue un día en que estaba consiente, por decirlo así me fijé en lo que me estaba haciendo. La neblina del dolor y de los narcóticos fuera de mi sistema pude ver que no sólo yo me estaba hundiendo sino también a las personas cercanas, amigos, familia....

El dolor en los ojos de mi madre me hizo ver que no era el único sufriendo. Pensé en Cara y en un segundo el dolor regresó apuñalando me el corazón y dejándolo desangrado pero intente ser fuerte.

Ella no hubiera querido esto para ti Tom, pero ella había sido mi todo, mi razón, mi luz... Pero también tenía que ser fuerte por aquellas personas que me amaban, mi madre, mi hermano y mis amigos.

No fue fácil, fueron los seis meses más difíciles para mi, la depresión había hecho malla en mi, no mentiré hubo veces en las que sólo quería dejarme ir para estar con ella, ellos todos ellos no me dejaron me hicieron ver que tenía que seguir a delante.

Le doy gracias a mi familia por estar ahí durante el proceso de rehabilitación sin ellos no lo hubiera logrado.

Hoy salía de la clínica, tenía miedo de regresar a la realidad y de saber que ella no estaba ahí para esperarme con una sonrisa fue como un balde de agua fría.

Bill llego a buscarme con una sonrisa, iba como siempre su look extravagante como el mismo, le sonreí levemente.

Nos abrazamos como si nunca no hubiéramos visto, subimos a la camioneta, el empezó hablar de todo, de la banda, de Georg y de Gustav, sobre mamá intentando hacer reformas en la casa, sólo sonreía e imaginaba todo.

Llegamos a la casa de mamá, Bill estaba nervioso le pregunte varias veces que tenía pero sólo decía

- ya lo veras...

No soy muy fanático de las sorpresas, no indagué más para no acabar enojado.

Abrimos la puerta y un grupo de voces se escucho

- BIENVENIDO TOM

mire sorprendido a todos, amigos, familiares todos con gorros de fiesta, sonriendo.
Entré sin poder evitar reírme, me sentí reconfortado de todo el dolor que llevaba dentro.

La fiesta fue tranquila, se contaron anécdotas, de cosas triviales, sobre si tenía pensado regresar a la banda no estaba seguro todavía. Uno preguntas si vendería la casa no pude evitar que la alegría que tenía se me esfumara dejándome un rostro lleno de tristeza y dolor.

No lo sabía. Tarde o temprano tenía que enfrentar ese lugar llenos de recuerdos dolorosos, tenía que recoger las cosas de ella... Me sentí ahogado por la tristeza y el dolor que salí al patio para tomar aire.

No me había despedido de ella, no le había dicho adiós y todavía no podía hacer sin intentar caer en la depresión.

Subí a la segunda planta, me fui al cuarto correspondiente, sólo quería dejar que el dolor me sumiera en un sueño donde sólo Cara y yo estuviéramos juntos.

Al día siguiente le dije a mi hermano que me llevara ahí, se sorprendió.

- ¿estas seguro? -pregunto inseguro- deberías espera unos días....

Me pase la mano derecha por el rostro, después suspire.

- quiero guardar sus cosas, quiero... Estar ahí -salí de la casa para esperarlo en la camioneta-

El transcurso fue silencioso. llegamos a la casa que compartí con ella, el dolor llego como un puñetazo dejándome sin respiración, tome unos segundo para recomponer y poder hacer esto.

Entre sólo no quería compañía de nadie me dedique a recordar los momentos alegres con Cara, una sonrisa se formó en mis labios y me di cuenta de que estaba llorando. Fui hasta la recámara que compartíamos.

En medio del cuarto me quede, observe todo, la cama, el estuche, las fotografías, Close lleno de la ropa de ella.
Saqué sus vestidos, los esparcí por la cama, los acaricie como si la estuviera tocando a ella, su olor a lilas estaba impregnado en la telas, me arrodille en la cama y oculte el rostro en un vestido blanco aquel cuando la vi tocando el piano por última vez...

Llore todo, estar aquí y guardar sus cosas me estaba matando pero tenía que hacerlo, pasado un rato me recompuse, guarde unas cosas en unas maletas. Tenía planeado donar sus cosas a un albergue, sólo me quede con un vestido de ella su favorito, las fotos y los collares, no me olvide de sus vasos de vaca no podía olvidarlos.

Bill me ayudo ha meter las cosas que pretendía guardar en el asiento trasero y lo demás lo metimos en la caguela, no pregunto sólo me ayudo pero en el fondo el lo sabía.

Iba a vender la casa, no pida seguir viviendo ahí sin tener los recuerdos, acabaría por hundidme más.

Estaba en una cafetería, con Bill esperando a que llegarán Georg y Gustav.

- ¿porqué no le escribes una carta diciendo todo? -dijo Bill- una forma de decirle a dios

- no se... -se quedo mirando a la nada-

- tienes que dar por terminado ese asunto tom, te está consumiendo no comes, no quieres salir y no te atreves a ir al cementerio...

- no puedo bill, tu no sabes como me siento -le recrimino a su hermano-

- no, no lo se, pero tienes que ir a verla no puedes seguir de cobarde -lo miro serio- una carta tom, y se la lees, escribe todo lo que sientes....

Estaba en sus estudio terminando un trabajo, pasado unos minutos pensó en lo dicho por su hermano sobre la carta y decidió hacerlo sacó una hoja y una bolígrafo.

Una Difícil DespedíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora