Beist:
Otro golpe aterrizó en mi rostro y esta vez sangre fue lo que escupí de mi boca.
-Podriamos estar así todo el jodido día, sobrino.
Comencé a reír como un enfermo y otro golpe con puño cerrado acertó en mi mandíbula.
Ivar no ha podido sacarme lo que quería y jamás lo hará. Cree que me puede torturar pero obviamente no tiene ni idea de quién soy y de lo que soy capaz.
Debería saberlo.
-Púdrete. -reí y estaba seguro de que mis dientes estaban teñidos con mi sangre.
Los ojos de mi tío estaban inyectados de ira. Puedo sentir sus ganas de asesinarme en cada golpe que me da y puedo ver en su mirada como se contiene para no hacerlo.
-No veo por qué no entiendes que has perdido. Lo has perdido todo.
Sonreí y escupí la sangre que se acumulaba en mi boca, otra vez.
-Estas demente si crees que no voy a ir por ella.
Él ríe sin creerlo.
-Ella ya es la puta de otros.
-Es obvio que no la conoces. -ladeo un poco la cabeza a pesar de el dolor que siento en todo el cuerpo no lo demuestro- Emily no se rinde tan fácil.
Mi fiera no se dejaría derrotar, ella no es así. Toda su vida ha sido difícil, ni yo mismo le he hecho la vida fácil pero ella es una jodida guerrera, lo vi en sus ojos la primera vez que la vi. Estaba allí esa ferocidad y ese atrevimiento.
Lo vi esa noche en el bar.
Estaba reunido con mis hombres en el bar de siempre, cuando mis hombres quieren beber algo y relajarse. Le pedí a Jacob que arreglara todo con el imbécil de... Joder, ya ni siquiera recuerdo su nombre.
Cuando la vi.
La castaña estaba en el bar y se veía completamente hermosa.
Llevaba una chaqueta de mezclilla que hacía resaltar sus grandes ojos azules, que a pesar de la oscuridad del bar podía distinguirlos fácilmente, y unos jeans ajustados que envolvían sus largas y perfectas piernas a la perfección.
Grandísima mierda.
Hablaba con la chica rubia que trabaja aquí y otra morena más muy alegremente. Tanto así que hasta quise sonreír por verla reírse. Su rusa se oye suave y sincera, hasta que quise golpearme a mí mismo por ser tan imbécil.
No podía seguir allí viéndola porque si seguía aquí cometería una locura.
Le indiqué con mi cabeza a todos que era hora de irnos, de todas formas tenía muchas cosas de las qué ocuparme e Ivar ya estaba pisandome los cojones.
Caminé hacia la salida con mis hombres detrás mío cuando la morena que estaba con ella se me interpuso y la empujé sin importarme una mierda porque así era.
-Ey ¿Cuál es tu puto problema?
Me pare en seco.
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El infierno de Ganske.
RomanceSegundo libro de la trilogía Beist. Luego de la muerte de Thomas o, al menos lo que todo el mundo cree menos ella. Emily se verá decidida a continuar con el nombre y el legado de Beist haciéndose cargo de el gran imperio Breivik que tanto le quieren...