Parte 6. Lobo.

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Demien y Viktor me condujeron hacia el gran comedor. El aula estaba en completo silencio, uno demasiado tenebroso sumado a lo enorme que era y la dimensión del candelabro que colgaba en medio de la cúpula.

—¿A qué se debe esta invitación?

El aura extraña que emanaban estos dos me dio escalofríos y más aún cuando no tenía cerca a Aleksi y mis dos hombres que me acompañaban. Tal vez Jacob tenía razón y eso es lo que más me aterra.

—Hoy se cumplen cinco meses de la muerte de Kira. —responde Demien una vez sentado a la izquierda de Viktor.

Un escalofrío me recorrió nuevamente la espina pero lo ignoré manteniéndome firme.

El Boss levantó la copa sin dejar de verme y un hombre vestido como esclavo de siglo corrió rápidamente a servirle vino. El hombre se veía sucio y deteriorado pero a ellos no parecía importarles.

—Es una pena ¿Aún no han atrapado a su asesino?

La risa de Demien me asustó aún más pero seguí manteniéndome neutra como si no entendiera qué es divertido.

—¿De qué asesino hablas, Emily? —me pregunta el Boss.

Sus ojos ensombrecidos me confirmaban todos mis miedos. Estaba atrapada en la jaula de los lobos y dudo tener escapatoria.

—Viktor...

—¿Creíste que podías engañarnos, maldita zorra? —los de Demien me veían con llamas viéndome como si quisiese destrozarme con sus propios dientes.

Temí sobre todo por mi hijo.

—Viktor —intenté hablar pero la enorme palma de Sokolov mayor se estrelló contra la enorme mesa provocando que las cosas sobre esta salten y las copas se caigan. Retrocedí con la silla pero lo que me detuvo de huir fue el arma de Demien apuntándome a la cabeza— No sé qué les han dicho pero es mentira.

—¿Mentira que usaste a Klaus Herzog para que matara a mi hija solo por celos?

—¡Por supuesto que lo es! —chillo— Él y su hijo no querían que Thomas y tú sean aliados.

—¡Mientes! —Demien le quita el seguro a la pistola— Ivar Breivik confesó que fue todo tu maldito plan para poder apoderarte del clan noruego.

—¿Cómo pueden creerle algo así al asesino de Thomas?

Ese maldito hijo de perra.

—¿Es así? ¿O también ha sido un plan tuyo, zorra?

Ignoro las acusaciones de Demien y vuelvo a mirar a Viktor buscando un poco de piedad y credibilidad.

—Viktor, debes creerme.

Los ojos tinieblos de Viktor se clavaron en los míos.

—Ojo por ojo, diente por diente.

Y antes de poder reaccionar una aguja estaba clavada en mi cuello y todo frente a mi desapareció cuando el espeso líquido recorrió mi sangre.

Al despertar mi cuerpo no reaccionaba a mis órdenes era como si ese liquido hubiese paralizado cada parte excepto mi cabeza. Al abrir los ojos note que estaba en una habitación que olía como la mierda, el techo estaba completamente manchado de humedad y oía el ruido de artefactos moverse. La presencia de alguien me alarmó pero no pude identificar quien era, mi vista aún estaba borrosa y seguía algo aturdida. Los sonidos eran confusos pero se notaba que hablaban dos personas.

Ya para cuando mi cuerpo comenzó a despertar me di cuenta que estaba sobre una camilla, mis manos estaban atadas al lado de mis caderas y mis tobillos también. Me moví pero era imposible.

El infierno de Ganske.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora