Me había dedicado a discutir toda una semana con mi padre para tener permiso de salir un viernes por la noche. Le ha encantado desahogarse a gritos conmigo.
Cuidado me sorprendo, para nada lo hace siempre.Después de varios insultos y de una paliza, he entendido que no me dejara ir de ninguna manera.
Liam se dio cuenta al abrazarme de porque no iré, no pude evitar un quejido de dolor cuando lo hizo. Sus ojos me miraron con tanto desconsuelo que sentí algo romperse aún más, dentro de mí. Lucas respeto mi decisión, sin embargo Emely siguió insistiendo al igual que Olivia.
Al final tiene otro viaje y le pagarán bastante bien por ir. Así que está en mis manos la decisión, aunque no sé ni si quiero ir, despues de todo, se me habían quitado las ganas de salir a cualquier lugar. Me da cansancio en este momento tener que prepararme, con lo bien que estaría en casa relajada.
Emely aviso de que acudirían a recogerme. Habíamos quedado a las diez, pero dijo que vendría antes para ayudarme a prepararme.
Estuve entre mi ropa de siempre y... no tenía más opciones. Tampoco es que necesitara esas prendas, ya que yo no salía, salvo para estudiar y trabajar.
Chica a veces tú vida me deprime.Me mire por novena vez consecutiva en el espejo sin estar del todo segura. Lucía unos vaqueros azul claro marcando la forma de mis piernas, las cuales parecían dos palos sin gracia, y con mi sudadera ancha gris cubriendo el resto. No me quedaba nada bien.
Sonó el timbre de mi casa sacándome de mis pensamientos. Al abrir la puerta me encontré a cuatro personas, creo que no hacía falta decir quienes eran.
Emely llevaba su cabellera rubia con ondas de sirena, sus ojos cubiertos de sombra oscura con un brillo en la punta y sus anchos labios pintados de un rosa mate.
Pase la vista a su vestimenta: traía una bonita minifalda beige que exhibía sus largas piernas, conjuntado con un top blanco con los hilos, pasando por su plano estómago, luciendo hermoso sobre ella. Siempre destacaba, ni aunque yo lo intentara podría verme así, siendo sincera me causaba un poquito de envidia su belleza, más no le quiero dar mucha importancia a eso, siempre me han repetido que es malo pensar demasiado eso.
A su lado, la castaña iba sin maquillaje y más simple, pero eso no le quitaba estilo. Unos vaqueros oscuros se ceñían a su cintura combinada con una camiseta del mismo color, suelta de tirantes y unas botas negras.
Tremenda hipotermia van a coger por ir sin chaqueta.
Ellos llevaban tejanos sueltos y sudadera, Liam con un chaquetón azabache cubriéndole, Adam con otra vaquera y Lucas iba totalmente distinto. Llevaba unos pantalones de tela beige con una camisa blanca, la cual le quedaba genial.
Uno de ellos sin ser invitado entró tranquilamente como si fuera su casa. Me aparte poco sorprendida.
El resto me observaron algo estupefactos:
— Liam, se pide permiso para pasar a la casa de alguien. — Gruñó Emely.
El castaño la miró de reojo y se encogió de hombros.
— Las confianzas lo que hacen, pero gracias por dejarme pasar.
Volví a observar a los chicos, el que se dignó a pedir permiso fue Lucas.
— ¿Nos permitiría entrar en su hogar?
Asentí mientras les señalé que se sentarán. Ellos fueron al sofá acomodándose hablando entre murmullos cogiendo el mando de la televisión. Mientras que las chicas me analizaron poco convencidas.
— Te ves bien, pero... no sería para una fiesta.
Me condujeron por la casa a pesar de no saber dónde estaba mi habitación. Un rato más tarde encontraron algo que les convenció a ambas y salimos de nuevo al salón.
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Antes de que te vayas
RomanceLa vida de Layla siempre fue injusta, no hay recuerdo que no se manchara con el dolor. Ha perdido mucho con tan solo 17 años, la muerte de su madre fue una carga que la atormentaría, su padre se rindió ante el alcohol como anestesia de su sufrimien...