CAPÍTULO.30.

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Llegamos a su lugar especial, la playa a la que venía de chiquito y terminaba jugando con su mamá.

-Corre, porque cuando te pille vas a gritar...-advierte cuando bajamos del auto haciendo que corra mientras él me sigue de muy cerca.

-Noo, Cristopher.-logro decir cuando me alcanza tirándome sobre la arena cálida y comienza a hacerme cosquillas.-Para, para, por favor.-suplico riendo a carcajadas. -Pensaba que me ibas a hacer gritar de otro modo...-se detiene de inmediato riendo él.

-No conocía esa faceta tulla, he de decir que me encanta, igual que lo que insinuante delante de Emy, me excitaste tanto en la consulta, que casi olvido donde estábamos; También he de decir que todavía no te he soltado y qué eres toda mía...- con total habilidad sostiene mis muñecas una a cada lado de mi cabeza.

Me besa con frenesí produciendo que mi cuerpo reaccione, se separa un poco; Desciende su mirada por mi cuello, seguidamente posa sus labios sobre él y comienza a succionar  dejando marcas moradas. Baja con sutileza, se detiene en cada centimetro de mi cuerpo para prestarle exclusiva atención mientras mis gemidos cada vez son más audibles.
Introduce su mano en el interior de mi ropa interior para continuar jugueteando con mi clítoris moviendo rápido sus dedos.

-Mmm, Cristopher, eres increíble.-declaro entre gemidos. Sin previo aviso introduce sus dedos en mi interior haciéndome gritar.

-Eso era lo que quería.-dice con esa voz ronca que me enloquece. -Quiero que vuelvas a gritar así, pero esta vez más fuerte.-se aparta un poco, me quita la ropa interior y termina por colocarse entre mis piernas.-Vamos muñeca, quiero ver cómo lo haces.-me introduce su pene de golpe llenándome por completo y yo respondo con un grito lleno de placer.

Arqueo mi espalda para que la penetración sea más profunda, tengo el clímax tan cerca... Sus embestidas cada vez son más rápidas y fuertes, una sensación de calambre recorre mi cuerpo de pies a cabeza cuando siento que ya está aquí, mis gemidos se intensifican mientras estoy en el más profundo éxtasis. Miro la cara de Cristopher y ver como sonríe de lado me encanta.

-Vamos al agua.-propongo cuando los espasmos terminan.

Cristopher me agarra a horcajadas sobre él y entramos en el mar.

-Esta helada mi amor...

-Yo la siento pero bien caliente.-rio sintiendo a Cristopher todavía dentro de mí.

-Si a ti no te importa, a mí menos.-agarra mis nalgas y me mueve haciéndome sentir más su longitud, besa mis labios con autoridad, como si no quisiera soltarme.

--Perdón.-decimos al unísono sintiéndonos mal por la discusion de esta mañana. Pegamos nuestras frentes para después reír y volver a besarnos.
Sólo unos movimientos más y noto como se viene dentro de mí acabandome de completar.

Salimos del agua. Cristopher coje mi toalla de color blanco y la coloca sobre mis hombros para cubrirme.

-Cristopher, estás temblando.-al darme cuenta me seco rápido y le paso la toalla.-Secate y vístete amor, no quiero que vayas a cojer frío.

Pasa la toalla por su cuerpo para terminar de secarse, seguidamente se pone su ropa y agarra su celular para después mirarlo.

-Tengo tres llamadas perdidas de Rafael...-informa mirando su celular con el ceño fruncido.

-Ay, amor... ¿Y piensas marcarle ahora?

-Quizas sea importante, muñeca.

-¿Más importante que estar con tu esposa?

-No hay nada más importante que estar contigo mi amor.-deja el celular en la arena y se me acerca para abrazarme.

Pasamos un día precioso, cuando calló la noche volvimos a casa y después de darnos una necesaria ducha caímos totalmente rendidos en un profundo sueño.

Abro mis ojos despacio, frotó mi mano por uno de ellos y miro a Cristopher a mi lado, se encuentra bocabajo con sus fuertes brazos bajo la almohada. Sonrío.
Siempre acaba en esa postura.
Me levanto y después de ir al baño, preparo el desayuno.
Pasan como diez minutos cuando lo siento detrás mía.

-Buen dia mi amor.-dice cojiendome por la cintura pegando mi espalda en su pecho.

-Ya me dí cuenta que no puedes sentir que no estoy a tu lado, te despiertas enseguida.-volteo para besarlo.

-Si, me haces falta, pero debo reconocer que me desperté porque escuché mi celular pero no me dió tiempo a contestar.-sonrie y yo le doy un golpe en el pecho.

-Seras...-digo mirándolo mal.-¿Y quién era?

-Rafael... Tendré que marcarle, puede que allá pasado algo.

-Ese señor no puede traerte nada bueno Cristopher.- digo y volteo por la barra de la cocina para alejarme un poco.

-Dulce, Rafael es como mi padre, y si me necesita ahí estaré.-contesta acercándose un poco.

-Pues ese Padre, como le dices tú solo te a metido en negocios turbios, prostitución, drogas, armas... Y lo que no sé.

-Tu padre tampoco es muy bueno que digamos.-responde dejándome boquiabierta. -Perdón.-recapacita inmediatamente.-No quería mencionar a tu padre, perdón.-me agarra por la muñeca y yo evito mirarlo. -Sí no hubiera sido por Rafael jamás te hubiera conocido mi amor, no te das cuenta.-sin darme cuenta una lágrima baja por mi rostro. -No llores por favor, muñeca.-me limpia la lágrima y volteo para contestarle.

-Mis papas, mis verdaderos papas, se comportaron muy mal, por eso dejé de tener ningún tipo de contacto con ellos.

-Amor...-coje mi rostro entre sus manos.-Tu lo dijiste, hay muchas cosas que no sabes, por eso no puedes juzgar a Rafael todavía. Rafael me recogió cuando no tenía donde ir, me dió un techo, comida, un nombre.-sonrie. -El no quería que yo entrará en el negocio, fui yo el que se lo pidió una y otra vez hasta que le dije que si no me dejaba trabajar para él, me iría. El ya me tenía mucho cariño por eso lo permitió, no quería que me fuera, entonces aprendí todo lo que tenía que aprender y ahora, soy el mejor en eso, no sé hacer otra cosa, pero contigo estoy aprendiendo a ser más cuidadoso, a no meterme en líos...

-Esta bien Cristopher, no quiero hablar del tema.- respondo todavía dolida.

En ese momento vuelve a sonar su celular. ¿Que querrá este hombre ahora?

Me Quedo Contigo (Vondy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora