Nos encontramos sentados frente a frente. Su mirada es cálida pero se percibe su enojo. Tiene el pelo recogido en una coleta alta y va muy poco maquillada, es la mujer más bonita que e visto nunca.
-¿Que te paso? Me dijo Any que te sentías mal.-rompo el silencio.
-Nada, solo un dolor de cabeza.-trata de sonar tranquila aunque noto que esconde algo.-¿Porqué cogiste mi celular?-continua.
-Dul, estabas dormida, el celular sonó y por inercia simplemente respondí y ¡ya! No le des más vueltas.-miento tratando de no reír.
-¿Y por eso le dijiste que no se metiera en tu matrimonio y nose que más babosadas?-Vuelve a preguntar alzando una ceja.
-Eso es cierto, el men me saco me onda y le dije eso, pero yo no le veo lo malo por ninguna parte... ¿Que acaso no somos un matrimonio?
-¡No! No somos nada, solo amigos Cristopher...-trata de convencerse más a ella misma que a mí.
-Ya llevas días sin salir del hospital, necesitas descansar...-estiro mi mano y acarició su cara cambiando completamente de tema.
-Cristopher...-dice en tono de regaño.
-¿Que? Solo te estoy tratando como a una amiga.-digo sonriendo. -Esta bien.-aparto mi mano de su rostro. -¿Vamos a ver al bebé?-asiente con la cabeza, nos ponemos en pie y la agarro de la mano, para continuar caminando hasta la puerta de la habitación.
Entra Dul primero y después yo.
-Hola.-dice Dulce contenta al ver a los padres de Any. -No sabía que vendrían tan pronto.
-Sí, pensábamos que llegaríamos más tarde pero finalmente pude cancelar unas cosas que tenía que hacer y pudimos venir antes.-comenta sonriente Nina, la mama, con su nieto en brazos. -Pero ven aquí y tu también Cristopher, te quedaste parado.
-Sí, disculpa Nina esque no sabía que conocían a Dulce.-digo dándole un beso y después abrazando a su marido.
-Sí, una niña encantadora.-responde Franco, el papá.- Pero al que no veíamos hace tiempo es a ti...¿Dónde andabas Cristopher?
-Las situaciones de la vida me hicieron ir a parar a Colombia.-hago una pausa y trago duro al recordar porque me
fui. -Estuve allí por 6 meses y... bueno, creo que mi ahijado va a ser el responsable de que no regrese.-se me escapa una mirada a Dulce que me mira y escucha mis palabras, mientras noto que esconde una sonrisa.-¡Eso está genial!-responde Nina.
-Sí, no esperaba eso Cris, pensaba que en unos días volverías a abandonarnos.-comenta Any haciendo un puchero para luego sonreír.-Ven dame un abrazo.-mientras abrazo a Any, Poncho pasa su mano por mi espalda.
-Ese es mi brother.-volteo y lo abrazo también a él.
Después del emotivo momento llegó el médico responsable para checar a Any y tuvimos que salir de la habitación. Le dijeron que mañana le darían el alta pero al ser una cesárea y además, de alto riesgo, debía hacer reposo y ningún esfuerzo.
Ahora me encuentro con Poncho tomando café en la cafetería del hospital.-Se me va a hacer muy difícil cuidar del bebé y de Any, amigo, debe estar seis semanas en reposo...-comenta mi amigo apoyando su cabeza en su mano.
-Lo sé... Debe ser muy duro... Pero tú no te preocupes Poncho, ¿para que está tu compadre? Pues para ayudar, mañana me instalo en tu casa y así puedo ayudarte mejor...
-¿De verás?-dice abriendo los ojos como platos. Yo asiento. -Gracias, amigo, te lo recompensaré.-dice sonriente.-Oye, me tienes que hacer otro favorcito.
-Claro dime...
-Necesito que mañana en la mañana vayas para mi casa y prepares una fiestecita de bienvenida, ya sabes no mucha cosa porque Any apenas puede moverse, pero así unos globitos, las personas más a llegadas y así...
-Sí okey, perfecto, tu déjalo en mis manos pero...-rasco mi cabeza.-No se donde deje la copia de llaves que me regalaste...
-¡Brutoo!-dice golpeando su frente. -Toma las mías, pero no me las pierdas eeh.-sonrie mientras me tiende sus llaves.
Después de pasar el día en el hospital, me decidí por irme y dormir en el depa, ya que tengo claro que Dulce no se va a querer mover de el lado de Any y, Poncho obviamente tampoco.
Me encuentro fumandome un cigarrillo apoyado a la barandilla de mi balcón, ese vicio que ya había olvidado pero desde que estuve en Colombia volvió.
El recuerdo de Dulce me sigue, no dejo de pensar en ella. Cada vez que la miró a los ojos noto algo en ellos que antes no había... ¿Rencor? Nosé, pero si me quedo en México realmente es por ella, trato de engañarme a mí mismo pensando que es por mí ahijado, pero mi corazón me grita que es por ella... Verla en la mañana con Javier me hizo darme cuenta que no puedo irme. Cumpliré mi promesa de ser solo amigos, si eso es lo que le hace feliz.
Apago el cigarrillo y me voy a dormir.Un sonido proveniente de mi celular me despierta. Miro la hora, las diez y veintidós. Cojo el celular.
-¿Bueno?-respondo sin mirar siquiera quien es.
-Ucker, ¿te dormiste?-la voz de Poncho al otro lado me hace despejarme de golpe.
-Maldición, sí, me dormí.-respondo poniéndome en pie de un salto.
-Okey, no te preocupes, nos dan el alta en alrededor de tres horas, ¿te dará tiempo?
-Sí, creo que si...-me pongo el pantalón.
-Bueno, de todos modos mando a Dulce para que te ayude, fue ella quien me dijo que seguro estarías durmiendo y que te llamara...
-Esta bien, pregúntale si paso por ella, o ella viene.-lo escucho hablando con Dulce.
-Ella va...-responde Poncho.