6

783 82 3
                                    

— Lis, te lo digo, esa niña me odia. Es como si no le gustara que trabajemos juntas. — Me encontraba escuchando una reunión que estaban teniendo la pelirroja (alias la hueca) y mi madre.

— No exageres, Rosé. Ella es sólo una niña.
— Niña, mi culo. — He desaparecido de su vida por once años y ahora que he vuelto a ser su madre quiere recuperar el tiempo perdido. — En parte, tenía razón. Pero desde que me ha hecho perder la cabeza con su tacto y su apariencia, comienzo a dejar de verla como mami.

— ¡¿Acaso no viste cómo me trató?! ¡Fue injusta y mala conmigo, Lili! — Casi entro al estudio en un ataque de celos enfermizos.

Le he dicho Lili toda mi vida. Ese es MI apodo, creado por MÍ, perteneciente A MÍ.

— Convengamos que fuiste mala con ella desde el principio. Ella no sabía que íbamos a estar trabajando en tu revista, Roseanne, creyó que estaba sola. Le debe resultar chocante.
— Extrañamente amo cuando me defiende, y por su tono de voz, podía deducir que estaba enojada.

— ...Bueno, Lis. No quiero que estemos peleadas... Te necesito dentro de mí cuanto antes. — Jodida perra. Se subió a su regazo como yo lo hice ayer, enredó sus brazos en el cuello de Lisa y se apretó contra su cuerpo.

El caos se desató en mi cuerpo y mente cuando vi que atrapaba los llenos y voluptuosos labios de mi madre con los suyos. Entre el beso, Rosé, Rose, o como mierda se llame comenzó a desabotonar su camisa, moliendo su entrepierna contra la de Lisa y dejaba ver su sostén.

Sin dudarlo, me levanté y abrí la puerta, fingiendo un diálogo.

— Má, ¿Podrías...? Oh. — Agradezco mi buena actuación, porque no podría haber hecho algo así sin ella.

Rápidamente mamá se quitó de encima a la sanguijuela con la que trabaja y se levantó.

— ¿Qué ocurre, Nini? — Carraspeó nerviosa. Bingo.

— Yo... Yo sólo quería saber si podrías ayudarme en el desarrollo del arte, quiero comenzar a pintar... Pero no va a poder ser ahora. Estás muy ocupada, al parecer. — Puse mi mejor (o peor, depende de cómo se le quiera ver) expresión de desilusión, notando cómo Rosé sonreía falsamente y luego me miraba con su peor cara de perro malo.

En el fondo, sonreí.

— ¡No! Eh... Ya voy. Espérame unos veinte minutos o menos, voy a terminar de arreglar unas cosas y leer algunos artículos. Nos vemos abajo, cielo. — Puse mi sonrisa más gumosa y me miró enternecida. Salí y cerré la puerta, en realidad, seguí espiando.

— Qué oportuna es tu bastarda, eh. Siempre entrometiéndose en donde no debe. ¿No tiene nada mejor que hacer? Estábamos haciendo algo importante aquí. — Fruncí mi nariz.

— ¿Sabes qué, Rosé? Es mi hija y no voy a permitir que te sigas refiriendo a ella en esos términos. No sé si te quedó claro, pero ella es inocente hasta cierto punto. No sabe que estabas intentando seducirme antes de que llegara. — Sonreí.

— ¿Me estás diciendo que prefieres a una malcriada que ni siquiera es tuya que a mí, que me conoces desde que tienes uso de razón? ¡Somos novias, Lisa! — Mi felicidad se desmoronó, y juro que oí el "crack" de mi corazón agrietándose.

— No grites. Ella no lo sabe. Y no hables así de ella, no voy a permitírtelo otra vez, Chaeyoung.— Una risa por parte de la pelirroja me hizo hervir la sangre.

— Pues que lo sepa. ¿Es hora, no? — Se levantó de su silla y sentí cómo giraba el pomo de la puerta, pero Lisa le tomó del brazo y la detuvo a su vez.

𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁 𝘁𝗼 𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁 | 𝗝𝗟Where stories live. Discover now