Final

529 41 3
                                    

Estoy rota.

El nudo en mi garganta escuece, tan doloroso; siento que las lágrimas queman mi rostro.
Tengo el cuerpo entumecido, las cuerdas vocales resentidas de tanto gritar.
Estoy en una esquina de mi cuarto, aún sin poder creer absolutamente nada de todo esto. Se siente como un estúpido sueño del cual no puedo despertar, por más que quiera.

Lisa murió.

Se fue. Con tantas cosas pendientes, tanto por vivir conmigo, que siento que el tiempo nos robó todo. Las risas, la pasión, el amor, todo.
Dejó unos millones de dólares y propiedades, pero eso es lo que menos me importa. Si me pidiesen que tire todo eso a la basura porque vuelva a estar junto a mí lo haría sin siquiera pensarlo, y empezaríamos de nuevo. Quizás compraríamos una casa en el campo, tendríamos un perro y viviríamos felices.

Aún puedo recordar las palabras de la doctora que me comunicó aquello que no puedo ni pensar, aunque me hubiese gustado olvidarlo, pues sólo paso un día.

"Al cortarse las venas, perdió mucha, demasiada sangre. Se estima que cuando llegamos a la cárcel, la mayoría de sus signos vitales estaban en disfunción. Hicimos todo lo posible para salvarla, pero al haber tanta pérdida y siendo que su sangre es de un tipo no frecuente, no teníamos reservas de la que necesitaba. Su compañera de celda fue la que la encontró en tal estado, aunque la policía tiene pensado interrogarla para descartar un posible homicidio. Lo siento tanto, cariño... Se veía como una gran persona."

Maldije a todos los médicos por no tener la sangre que ella necesitaba. Le habría dado la mía para que pudiese sobrevivir, diablos, incluso mi corazón si era necesario.
Me desmayé al recibir la noticia, incluso. Tuvieron que llevarme a mi domicilio y Rachel se asustó demasiado.

— Jennie. — Llamó mi madre. Portaba un vestido negro simple con tacones del mismo color. — Ya tenemos que irnos. — Niego, aferrándome a la esquina. — Jen... Por favor.

Me llevaron a rastras al auto, entre gritos, llanto y pataleos. No estaba lista; no podía verla, no. Me rompería, más de lo que ya estaba.
Aún así, escribí una carta para recitarla en el funeral cuando estuviésemos solas.

Al llegar, todos me envuelven con fríos e impersonales intentos de abrazos. Muchos de ellos ni siquiera querían a Lisa, pero están aquí, fingiendo tenerle una pizca de admiración cuando no lo hacen. Rosé está aquí, también. Luce devastada; pero no más que yo.

Porque ella no le ha amado lo suficiente, ni un cuarto de lo que yo lo hago.

Las horas pasan, la gente se va turnando para despedir su cuerpo hasta que no queda nadie excepto yo. Mamá apretó amistosamente mi hombro antes de salir, susurrando que me esperaría afuera y que me tomase el tiempo que necesite. Asentí a sus palabras, sin saber realmente qué decirle.

La vi.

Lucía tan frágil; llevaba maquillaje que tapaba a duras penas sus labios azules y las magulladuras en sus mejillas, producto de peleas en la prisión, probablemente. Su piel estaba pálida, sus ojos cerrados, tan en paz... Me resultaba difícil creer todo esto. Que su
alma había decidido ascender a lo que llaman "cielo", o "paraíso."

Saqué de mi bolsillo un papel arrugado y con manchas de lágrimas. Se había ido con tantas cosas que tenía que decirle, que no entraban en esa simple y fea hoja.

— E-Estas palabras son para ti. — Sorbí mi nariz. — Cuando era pequeña, siempre te vi como mi caballero de armadura plateada. Te admiré tanto, que cuando te fuiste, creí que estaba haciendo algo mal. — Reí. — Pero no. Fueron muchos obstáculos los que conllevaron reencontrarnos, y cuando te vi, no podía creerlo. Reviviste las pesadillas que sufría cada noche cuando tenía ocho años, encontrarme contigo e intentar alcanzarte, para que todo termine siendo un sueño. Te veías tan... bien, que de alguna forma eso logró afectarme. ¿C-Cómo estabas tan tranquila sabiendo que dejaste atrás un pasado en el que estaba alguien que te importaba? — Pregunté al aire. — Sin embargo, esa pregunta se esfumó cuando te abracé. Nada más importaba, no mientras estuvieses conmigo. Los meses pasaron, y sí, desarrollé algún tipo de sentimiento enfermizo entre nosotras, pero eso no fue un problema para ti, porque sentías lo mismo. Los momentos que pasamos juntas han sido... Inolvidables, Lisa. — Su nombre picaba en mi lengua. — Aunque peleamos, siempre volvíamos a la otra. Y es claro que nuestra relación era ridículamente enferma, que era menor de edad y que fuiste una madre para mí, pero amarte ha sido el mejor error que pude haber cometido en mi corta vida. Porque me enseñaste a querer, a luchar contra mis miedos, y algunas cosas que no puedo decir. — Solté una risita. — Te juro que nunca te olvidaré, L-Lisa. Nunca, ni siquiera en las más oscuras noches. Siempre estarás en mi corazón, lo prometo. Y aún así prospere en la vida, nunca te irás de mi cabeza. Sí, estoy tan jodida. Pero no me la dejarás fácil, lo sé. Te amo, te amo como nunca amé a nadie. Mi amor por ti es tan inmenso que ni siquiera la misma palabra puede contener todo lo que siento por ti.  — Las lágrimas quemaban mi rostro. Ya ni siquiera estaba leyendo el papel, todo salía de mi propia boca y pensamientos. — Y n-no quiero despedirme, porque si lo hago, jamás volveré a v-verte. Tendré que visitar una tumba, vacía, en un cementerio, vacío. No es lo que quiero. Y realmente no puedo entender por qué acabaste con esto; con tu propia vida, por mi culpa. Mi maldita culpa. Jamás me lo perdonaré, Lisa. P-Podríamos haber sido una pareja excepcional, ¿No lo crees? — Sonreí con tristeza. — Estoy segura de que le habrías gritado a todo el mundo que eras mía cuando cumpliese dieciocho. Y, y habrías pateado la fea cara de Rosé. — Apreté los ojos. — Creo que... que ya es hora de irme. Nunca podré olvidarte, ni dejarte ir. Estás atada a mí, y yo estoy atada a ti. Te amo como no tienes idea. — Finalicé.

Me acerqué al ataúd, después a su cuerpo inmaculado. Mis labios rozaron los suyos, fríos, muertos. Dejé un sólo beso, y la abracé. No muy fuerte, sosteniendo su cuerpo y sollozando violentamente.

Rachel entró y entre algunas personas lograron sacarme del velorio. Gritaba, sollozaba.

Porque nadie jamás podrá sacarme este dolor del pecho. Nadie jamás podrá hacer que olvide a Lisa, porque nuestro amor fue de corazón a corazón.

[...]

Sí, bueno... Quizás este no es el final que esperaban, pero es todo lo que pude darles en mi estado, lol.

Realmente no sabía cómo terminar esta historia... Así que espero que la hayan disfrutado, fue muy lindo escribir esto a pesar de que desaparecí a mitad del ff.

Nos vemos en otra historia bbs los amooo

𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁 𝘁𝗼 𝗛𝗲𝗮𝗿𝘁 | 𝗝𝗟Where stories live. Discover now