✨ Capítulo 5 (parte 1)✨

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Era una linda mañana de sábado, el sol se asomaba suavecito por el horizonte, las mariposas revoloteaban y los pájaros cantaban muy contentos cerca de una enorme y linda casa de tres pisos.

Argentina dormía tranquilamente en su cama, pero al sentir la alarma de su celular, se despertó enseguida y miró la pantalla: eran las siete... y era sábado.

Una amplia sonrisa se le formó en sus labios celestes, y ni lerdo ni perezoso, se levantó y fue casi corriendo al baño para pegarse un buen duchazo.

Eso sí, antes se prendió la radio que tenía sobre un banquito, muy cerca de la tina, porque sí, ¡le gustaba bañarse con música de fondo!


– ¡¡Cada corazón merece una oportunidadaaad!! ¡¡Y está perdida sola en medio de la ciudad!! ¡¡La la la la la la la laaaaa!! ¡¡Hasta que sale el soool!! – cantaba felizmente el argentino.


Pasó como media hora, ni bien terminó se envolvió en una toalla y se miró en el espejo de un botiquín de baño, mientras apartaba los mechones de su cara.

Y contemplando su cuerpo atlético, pensó:


– "¿Qué car*jo me pongo?"


Mientras tanto, las demás provincias estaban en el primer piso, específicamente en la sala. Sus paredes eran de un color naranja bien claro, el piso con alfombra roja, un gran sofá marrón y un enorme televisor.

Y como se decía, algunos estaban mirando la tele y otros hablando entre ellos, hasta que ven con gran asombro cruzar a su padre: de camisa blanca con algunos botones desabrochados, unos jeans beige claro con un cinturón negro y zapatos blancos. El pelo peinado hacia atrás y de lejos podía sentirse su riquísimo perfume.

Lo miraron admirados, aunque Argentina estaba tan distraído que sólo fue a la cocina a hervir un poco de agua caliente.


– ¡Qué pinta tiene el viejo! – dijo Santa Fe sentada en el sofá – ¿A dónde va?

– Nada, por fin se decidió a salir con Uruguay. – contestó Bs.As tomando unos mates en el piso.

– ¡¿Y por qué no dijiste nada?! – le preguntó medio enojado Entre Ríos que estaba al lado de éste.

– ¡Por si fracasaba y me hacía hablar al pedo! – contestó Bs. As.

– ¡Qué lindo mis hijos dándome todo su apoyo moral! – escucharon de repente decir a su padre.


Todos voltearon a ver a Argentina, que ya tenía pronta la matera de madera con todo lo necesario para tomarse unos buenos mates, y una mochila negra donde llevaba otras cosas más.


– ¡Fue Bs. As! ¡Yo pregunté de onda nomás! – se atajó Santa Fe.

– Miren nenes: voy a salir y al rato vuelvo. – les dijo el argentino – ¡Bs. Aires!

– ¿Eu? – preguntó éste.

– Sos el hombre de la casa – y mira a todas las provincias sonriente –, ¡chau mis chiquitos, obedezcan a su hermano! ¡Los quiero mucho!


Sin más que decir, el albiceleste salió casi presuroso de su casa, las demás provincias lo ven desde la ventana, contentos por ver a su padre tan emocionado.

Enamorado tuyo (ArgUru Countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora