✨ Capítulo 9 (parte 3) ✨

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Pasó exactamente como media hora en la que los países comenzaron a buscar a USA, y ya que estaban, revisaban los autos a ver si veían la foto.


– ¡Loco! ¡Así nunca más lo vamos a encontrar! – dijo Argentina, tan paciente como siempre.

– Tranquilo Argentina... según el rastreador, ya deberíamos estar cerca. – trató de calmarlo FBI.

– Igual, digo... como que podríamos apurarnos un poquito, ¿no?


El albiazul suspira, realmente aquél país lo estaba exasperando un poco, por lo que, por el bien de los dos, apresuró el paso hasta hasta llegar a un contenedor de basura.


– ¿...? ¿Qué pasa? – le preguntó el argentino.

– El rastreador nos trajo hasta aquí... – contestó su compañero.

– ... – mira el contenedor y lo ve a él – No me vayas a decir que tu viejo se escondió en la basura.

– No... o eso espero.


FBI se acerca al contenedor, donde había un montón de bolsas y papeles, y encima de todo eso, encontró los lentes.


– Mirá... ¡tan pelotudo no era! – espetó Argentina.

– ...Supongo que no tengo más opción. – se rasca la nuca, claramente avergonzado – Voy a tener que pedirle las grabaciones a la estación de taxis... aunque eso signifique ponerlo en evidencia.

– ¿Querés que vaya con vos?

– No, sería demasiado. – se le acerca y le da unas palmadas en el hombro – Esperen en el auto, le avisaré a los otros que vayan también.


El argento ve cómo su compañero se retiraba, sintiendo un poco de lástima por él.

Una vez solo, se decidió volver al auto, se preguntó si su amigo y la futura madre de sus hijos andarían bien.

Cuando se dispuso a irse...



¡¡PAF!!




De milagro que apenas puso sus manos en el piso antes de que se reventara la cabeza por segunda vez, y pese a estar medio aturdido por el golpe, hizo un enorme esfuerzo para ver detrás de él.


– Hello Argi... – decía USA, viéndolo con su bate.

– Entonces sí te escondiste en la basura... ¡qué hijo de p*ta!– dijo el argentino con un ligero tono burlón.

– La vido son sacrificios Agi... pero tiene sus recompensas.


Ni bien vio que el argentino amagaba con ponerse de pie, rápidamente le dio un batazo en la rodilla, haciéndolo retorcerse de dolor.


– ¿Acaso creíste que olvidaría la vergüenza que me hiciste pasar? ¡¿Los días de sermones y vigilancia por lo que estuve debajo gracias a ti?! – le da otro batazo en la otra rodilla – No tienes idea de las ganas que tenía de romperte la cara... Y mira, ¡por fin mi sueño se está haciendo realidad!

Enamorado tuyo (ArgUru Countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora