✨ Capítulo 5 (parte 2) ✨

195 20 7
                                    


– ¡¿Qué hacen acá?! – les dijo enojado Argentina.

– ¡¿Excuse me?! ¡Nosotros podemos venir cuando queramos! – dijo USA – ¡Sobre todo mi hermanito, ¿verdad Canadá?! – lo ve.

– S-Sí USA... – habló cabizbajo Canadá.

– ¡Locos, no sean malos! ¡Vayan a joder a otro lado!

– Tal vez debamos irnos USA. – le susurró nervioso Canadá a su hermano.


El canadiense no tardó en ver cómo el estadounidense se acercó al argento, para sujetarlo del brazo y llevarlo al otro lado de la calle, detrás de una camioneta para ser exactos.


– ¡Soltame tarado! – le dijo Argentina zafándose de su agarre – ¡Y decime a ver a qué caraj*s vinieron!

– Por lo general no doy explicaciones a países como tú – dijo USA, altanero como siempre –, pero ya que coincidimos...

– ¡Hablá de una vez!

– ¡Tch! – chasqueó la lengua – A Canadá le gusta Uruguay.


La noticia sorprendió bastante al argentino, quedando en silencio.

USA, por su parte, continúa:


– ¡Seh...! ¡También reaccioné así! – pone sus manos en sus bolsillos – Honestamente, no sé qué le vio a esa país tercermundita, ¡¿pero quién soy yo para juzgar?!

– Primero: volvés a hablar así de ella y te rompo el or*o. Segundo: ¿y vos qué tenés que ver?

– ¡Sólo lo iba a acompañar y a darle un pequeño empujón! – lo ve de cabeza a pies – ¡Pero por lo visto no era el único que venía a verla!

– ...Vos no dejás ni a tu hermano tranquilo, ¿no?

– ¡Sólo quiero ayudar! ¡Además, es Can! ¡My bro!

– Sí, ¿pero sabés qué pasa USA? – se cruza de brazos – Que tus intenciones por lo general resultan ser una cag*da. 

– ¡¿Por qué lo dices?!

– Empezando porque da la CASUALIDAD que no sólo Canadá anda vestido igual que yo, sino que también da la CASUALIDAD que JUSTO, JUSTO hoy que se me da por venir a ver a Uruguay, ustedes también vinieron al mismo lugar y a la misma hora. No sé vos, pero para mí como que es DEMASIADA casualidad.

– ¡Pues siento decirlo Argi! ¡Todo fue casual y no tengo nada que ver con esto! ¡Pero no nos vayamos del tema! – junta sus manos y lo señala – Como te dije, a Canadá le gusta Uruguay, así que... ¿por qué no mejor le haces el favor a mi hermanito y lo dejas con ella?


De más está decir que la paciencia del albiceleste ya estaba llegando a sus límites, por lo que, con la poca que le le quedaba, le dice:


– Yo te voy a decir una cosa, cara de tapita de refresco abollada, yo arreglé primero con ella para juntarnos, si ustedes dos vinieron de colados no es problema mío. Por eso, vos y tu hermanito se pueden ir bien a la...

– ¡¿Y si salimos los cuatro?! – interrumpió – Es más, ¡yo me hago cargo de todos los gastos!

– ¡¿...?! ¡¿Vos escuchaste lo que acabo de decir?!

– ¡Oh, vamos Argi! ¡Es por ellos dos! ¡Hazlo, en el nombre del amor!

– ¡Y yo en el nombre de mis santas pelotas les digo: me importa una mie*da! ¡Rajen de acá y déjense de joder!

Enamorado tuyo (ArgUru Countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora