✨ Capítulo 8 ✨

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Un día como cualquier otro, y tras cumplir la primera parte de su castigo, el argentino condució en dirección a la casa de su padre.

Admitía que hacía bastante que no lo veía, pero ahora más que nunca necesitaba de su consejo y quién mejor que él para hablar del asunto.

Pronto llegó a una pequeña estancia donde había una simpática cabaña de madera, con gallinas paseando cerca.

Suspiró y dio sus primeros pasos, tocó la puerta varias veces, pero como no recibió respuesta, caminó hacia el jardín que se encontraba en la parte de atrás.

Y allí lo vio: en su huerta, en el cantero de los nabos.


– ¡Viejo! ¡¿Qué hacés con tus parientes?! – preguntó burlón.

– ... – mira el cantero y lo ve – ¡No te hagas el vivo, p*ndejo!


Argentina se acerca a su padre: Caracae.

Viejo indígena, cuya tez pasó de una café a una completamente celeste, tenía algunas grietas, sus ojos eran marrones, el cabello blanco, cortito, y tan alto como el argentino.

Tenía una boina negra, una camisa blanca, pantalón y alpargatas grises.


– ¿Cómo andás pa'? – quiso abrazarlo el argentino.

– ¡Salí, salí de acá! – lo medio empuja.

– ¡Ay, dale pa'! ¡Era una joda nomás!

– ¡¿Y qué hacés acá?! ¡¿No era que no era tu padre?!

– ¡¿Pero qué decís viejo?!

– ¡Ah, mirá! ¡Ahora te hacés el boludo! – se cruza de brazos – ¡¿Te pensás que no me enteré que dijeron que "descendías de los europeos"?!

– ¡Pero si yo no dije esa pavada!

– ¡Tampoco te vi que dijeras algo!

– ¡Dije sí, mirá...!


Después de revisar unos segundos su teléfono, el argentino le muestra una de sus publicaciones que decía:


"Gente, yo no tengo nada que ver con la pelotudez que acaban de decir.

Mi papá es Caracae y mi mamá Timbú, España es mi papá de corazón,

¡y los quiero a los tres!

¡Orgullo de tenerlos como familia!"


– ... Igual me pudiste decir algo. – dijo Caracae.

– ¡¿Y cómo querés que te diga si no tenés redes sociales?!

– ¡Vos sabes que a mí esas porquerías no me gustan!

– No te vendría mal actualizarte, digo, no sé.


Caracae suspira, y tras calmarse un momento, pregunta:


– ¿Comiste?

– No.

– Dale, vamos pa' dentro entonces.


Minutos después, sentados en la mesa comiendo arroz con pollo y ensalada, su padre le pregunta:

Enamorado tuyo (ArgUru Countryhumans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora