XXIII. Moon

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Un cosquilleo en su frente le hizo encogerse en ese cobertor calientito.

Se removió en la cama y ese cosquilleo retornó ahora en su mejilla, sintiendo algo húmedo chocar contra su piel y Jungkook abrió los ojos, hallando a Yeontan sentado a su lado en el colchón, mirándole con su lengua rosa a la vista.

—Muy bien, Tan.

Y el perro ladró ante la voz de Taehyung, quien se apartó del espejo largo mientras sus dedos se encargaban de elaborar el nudo de su corbata.

—Buenos días, ¿cómo te sientes?

El omega suspiró, y ese suspiro relajó los músculos de su cadera.

Por Dios.

Una punzada recorrió como una hilera hasta la cintura y se estancó ahí, doliendo suavemente aunque incómodo.

Definitivamente no estaba listo.

Subió el cobertor hasta la cabeza, cubriéndose por completo y ese gesto hizo al animal hurgar con su húmeda nariz una abertura para llegar a su rostro, jalando la tela con los dientes mientras forcejeaba con él.

—No, Tan —le pidió con la voz opacada y todo forcejeo desapareció.

La cama a su lado se hundió y el pecho de Jungkook dolió ante la mano en su cabeza por encima de la tela, tratando de buscar un orificio para ver su cara que yacía aprisionada contra una de las almohadas.

No podía verle a los ojos a Taehyung después de lo sucedido. ¿Qué debía decir? ¿Qué debía hacer? No han tenido sexo en si, pero era tan vergonzoso que quería que la tierra se lo tragara y lo escupiera en otro universo.

—¿Te duele mucho? —el alfa le preguntó suavemente y sus mejillas pronto ardieron, descubriéndose la cara para al fin verlo y Taehyung le sonrió bonito, tan, pero tan bonito que sus brazos salieron por debajo del cobertor y terminaron en la cintura del otro, abrazándolo para no dejarlo ir a pesar de ser un sábado y debía asistir a la universidad—. Te traeré un analgésico y una manzanilla. No te preocupes por Uju, está limpia, vestida y ya comió. Está en la mecedora en la sala, viendo ese vídeo de frutas.

Jungkook se conmovió en un pequeño puchero, sintiendo los dedos impropios pasarlos lentamente por su cabello.

—Por favor, dime que no te quedaste viendo con ella —dijo en una queja pequeña y Taehyung sonrió más.

—Fue inevitable.

Un beso en la frente bastó para al siguiente segundo tener al alfa fuera de su alcance.

Lo vió calzarse el saco de su traje y arreglar la tela del cuello. Quedó mirándolo en silencio y su cerebro cayó en cuenta que estaba desnudo de la cintura para abajo.

Descubrió el cobertor y fue inevitable, pues automáticamente los ojos de Taehyung cayeron en su trasero, en sus nalgas desnudas con las caderas contorneadas ante la posición.

—Tengo las huellas de tus dedos —murmuró señalando las marcas en la piel a los costados de su cadera, percibiendo una aura rara provenir de cierto alguien en la habitación—. Huelo...

—Mira tu cuello.

Casi cae de la cama al intentar salir, pero la mano en su brazo fue el sostén que lo impulsó a acercarse al espejo, sin importar dejar a la vista su desnudes cuando esas marcas en el cuello fueron los factores para ignorar todo.

Pero que-

Y ni siquiera pudo responder, porque pronto tuvo dedos en su mandíbula, a Taehyung tras él inclinándole la cabeza para revelar un chupetón en un lugar específico, haciéndole jadear atónito.

SOMEONE I CAN LOVE | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora