XXXIV. Start

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Tres toques a la puerta no fueron suficientes para obtener una respuesta.

No debería insistir.

—Dale tiempo, Taehyung.

¿Y cómo podía?

El juicio se culminó con "éxito", pero no lo suficiente para ser satisfactorio.

No era lo deseado.

—¿Puedes entrar tú, Seokjin? S-solo para asegurarnos que esté bien, solo eso. Por favor —le pidió y el omega suspiró, para después asentir suavemente.

El alfa se apartó y Seokjin alzó la mano, tocando un par de veces la madera para avisar al omega detrás.

—Jungkook, abre la puerta —le pidió en voz alta debido a la interposición, pero no recibió respuesta. Esperó un poco antes de volver a tocar, esperanzado, y se retiró apenas oyó el seguro ser quitado, teniendo al chico frente a él de pronto—. Jung-

—Quince años —interrumpió, sus labios tiritando, lágrimas gruesas bajando por sus mejillas—. S-solo le dieron quince años, hyung. ¿Por qué?

Y un nudo apareció en su garganta.

El mayor tragó para rodear los brazos alrededor del otro enseguida y apretó, tratando de transmitir tranquilidad, la suficiente para apaciguar ese dolor en el pecho al ver a Jungkook tan mal, tan roto.

Una sentencia nefasta.

—Tú sabes lo que les hacen a los violadores en prisión. Él sufrirá mucho. Son quince años en un infierno y en donde no podrá dormir por miedo. Todo acabó.

¿Pero en verdad todo acabó?

Sorbió por la nariz un par de veces antes de apartarse, sus ojos recayendo en Taehyung y el alfa abrió los brazos hacia él, tal vez y solo tal vez sometiéndose al instinto de buscar a ese alguien que lo protegiera.

—Vamos a casa. No hay nada más que hacer aquí.

Un suspiro prolongado escapó de sus labios, sintiendo dedos gentiles en sus mejillas que le limpiaron el rastro de lágrimas ya secas.

Jungkook volvió a suspirar, pero esta vez con más calma, dejándose ante la mano de Taehyung sujeta a la suya que lo dirigía hacia ese pequeño grupo de personas que lo esperaban.

—Gracias a todos —comenzó, la atención fija en él. Apretaba su mano en la de Taehyung, temblando un poco—. Después de años en un calvario, quisiera decir que al fin...se logró hacer justicia. P-pero por más que trate de aceptar esto, siento y sentimos que no fue suficiente. La codicia no es buena y no debería porqué desear más, aún así les agradezco a todos por apoyarme y estar para mí cuando más lo necesité.

La respiración abandonó a todos cuando lo vieron hacer una reverencia a noventa grados, en silencio, y Jungkook no podía ver con claridad ante la capa de lágrimas en sus ojos.

Después se dirigió a Yoongi.

—Agradezco todo tu esfuerzo, Yoongi-ssi; hiciste hasta lo imposible por buscar una justicia para mí, investigaste hasta el cansancio y buscaste más evidencias de las que ya tenía. Te debo mucho.

Pero el alfa bajó la mirada, no teniendo la valentía de mirarle a los ojos.

—Lo siento por no ser suficiente, Kook-ah —le dijo con la voz rasposa, pero el omega sacudió la cabeza, haciéndole paralizar cuando tuvo brazos a su alrededor. Oh.

—Lo hizo bien —le murmuró—. L-lo hizo muy bien, gracias.

Yoongi suspiró contra él suavemente. Trataba de asimilar el hecho de no haber obtenido una sentencia satisfactoria y era la primera vez que pasaba esto, sus juicios son un éxito, siempre es favor de su cliente, y quizás Jungkook ganó, pero no era lo deseado.

SOMEONE I CAN LOVE | KTH&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora