Welcome to Jumanji ~Nigtwan~ ~Freemanji~

~Capítulo 9~

Tenía aún la sangre en los pies del susto. Nigel casi se había estrellado contra unos árboles llenos de lianas después de moverse como un loco, buscando un lugar donde aterrizar.

Al final el sitio elegido había sido la cima de una montaña.

Antwan salió tambaleándose del avión y vomitó, antes de tumbarse en el suelo intentando recuperarse un poco.

De reojo podía ver a Nigel caminando de un lugar a otro, resoplando. Finalmente se dejó caer, sentándose en el suelo y poniendo la cabeza entre las piernas.

Dolía, dolía mucho y quería que se detuviera.

-¿Nigel?... ¿Estás bien?

Se acercó a él gateando pues sabía que sus piernas no le responderían si intentaba caminar. Podía escuchar los sollozos del pelirrojo y puso una de sus manos en su cabello, rogando por no obtener una mala reacción por parte del guía.

-Estoy...estoy seguro de que todo lo que dijo es mentira, quizá solo estaba tratando de confundirte...

Antwan se maldijo por no saber dar palabras de aliento, pero en realidad no era lo que él hacía. Justo ahora lamentaba haber metido a Nigel en todo esto, si él no hubiera actuado como un imbecil, quizá el guía estaría felizmente en su cabaña o en su Jeep recorriendo la selva.

-¿Hay algo que pueda hacer? -preguntó Antwan por primera vez en su vida, porque nunca le había importado tanto nadie como para querer hacer algo por él ni tampoco admitía a menudo que no sabía qué hacer.

-Solo abrázame, por favor...-pidió Nigel y Antwan no dudó en hacerlo y todo su cuerpo se estremeció, porque era lo más íntimo que ambos habían compartido.

Nigel enterró la cabeza en su cuello y sollozó como un niño.

-¡Oh, amor!...-El moreno sentía ganas de llorar con él, pero eso no sería de ayuda, solo se limitó a consolarlo y acariciar su espalda.

En esos momentos, a pesar de sus deseos, sabía que lo mejor era irse de ahí, huir como un cobarde porque eso era lo que era.

No quería ver sufrir a Nigel.

Quizá si salía del juego y lograba resetear el juego, lograría que Nigel olvidará todo, que volviera a su vida con propósito.

A su vida sin él.

Cuando se quedó sin lágrimas, Nigel respiró profundamente y rompió el abrazo, se secó las lágrimas y suspiró

-No es seguro que conduzca cuando cae la noche-le dio un golpecito amistoso en el hombro con la mano como si no hubiera pasado nada.-No es seguro conducir cuando ha caído el sol-dijo Nigel, mirando el cielo.

Antwan no estaba seguro de si realmente esa era la razón por la que Nigel quería retrasar su vuelta a mañana, pero él no se negaría a una última noche, no cuando Nigel lo miró después con esos ojos oliva llenos de dolor-. Solo serán unas horas y estarás en casa.

Antwan acarició suavemente su mejilla y con lágrimas en los ojos le dio un lento beso, no era bueno con las palabras, pero esperaba transmitirle lo que sentía con el toque de sus labios.

-Vamos a la avioneta...-pidió Antwan, esperando que el pelirrojo no se negara.

Una última vez, era todo lo que pedía.

Los pasos que los separaban de la avioneta parecieron eternos, uno al lado del otro pero sin tocarse, como si realmente tuvieran miedo al contacto.

Cuando abrieron la puerta, Nigel lo sorprendió arrojándolo con rudeza, sentándolo en uno de los asientos traseros.