Capítulo 27: Mascarada de monstruos.

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"Con el cebo de una mentira se pesca una carpa de verdad". 

William Shakespeare

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"Gran orfanato hospital en Manarola de la región costera ligurina de Cinque Terre, desaparece bajo el fuego llevándose la vida de 250 niños y 32 miembros del personal educativo y médico"...

—En los '80 se produjo las posesiones masivas de Être y luego la infección miasmática en Volastra... Lo que sucedió en la institución que Colina Blanca manejaba tras bambalinas seguro había provocado la manifestación de la entidad... ¿Entonces por qué repentinamente la Fundación había salido a la luz con la aldea en Grecia...?

La respuesta parecía ser una... se habían vuelto ambiciosos y ya nos les bastaba manejar los hilos de la sociedad desde las sombras... para ascender requerían de la aceptación de la comunidad y por eso se habían adjudicado el proyecto de Gregorio en Grecia.

—Son unos bastardos... —murmuró.

En ese momento se escuchó el sonido del timbre de su departamento, extrañada, ella elevó la mirada más allá de su computadora. ¿Quién podría estar buscándola? Frunciendo el entrecejo, se puso de pie y se dirigió a la entrada de su departamento, se sentía nerviosa, últimamente no podía dejar de estar así, pero cuando se detuvo ante la pantalla del intercomunicador, terminó suspirando con una pequeña sonrisa, quién le buscaba era Peter Betancourt.

—¿Cómo es que encontró mi dirección? —murmuró ella. Entonces obligándose a poner cara seria, se dirigió a la puerta y abrió—. ¿Qué haces a estas horas fuera de casa, hermanito pequeño?

—Tengo algo que enseñarte, hermanita mayor —respondió Peter tentado a seguirle el juego aún si su motivo de estar ahí era más que delicado—. Es referente a Colina Blanca.

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—Rose... —dijo Steven ladeándose en la banca y pasando el brazo izquierdo por sobre el respaldo para así mirarle fijamente—. Hay momentos en los que es mejor no saber nada. Sergei Vladimir es mucho más aterrador de lo que puedes imaginar. ¡Envía a su hijo a casa! Te lo pido como tu padre. No hagas nada peligroso.

—¡Papá!

—¿Cuántas veces debo decirte? ¡Donovan te está usando!

—¡¿Cuántas veces debo decirte que esto no tiene nada que ver con él?! —exclamó ella—. No es demasiado tarde, papá... Corrige el error ahora...

—No tenemos nada más que hablar —dijo entonces Steven Carter poniéndose de pie.

Rose le vio alejarse por un pequeño instante, tras eso se acomodó en la banca y clavó los ojos en la caja de arena para niños, no lloraría, ya no lloraría por la crueldad de su padre... simplemente estaba destrozada al haber aceptado al fin que su padre jamás reconocería sus errores y que ella debía decirle adiós al héroe que le había creído ser desde que había sido una niña... Simplemente aquella imagen jamás había existido...

—Ahora estamos en bandos opuestos, papá... —murmuró ella llevándose una mano al corazón, sintiéndolo estremecerse por el dolor...

Y ahí, de pronto, sintió que a su sombra en la banca se le unían otras más... por un momento había pensado que sería su padre, que había regresado, pero la evidencia en que era más que una, se lo negó... Ella llevó su mano a la chaqueta, en busca de su arma, pero... ¡demonios! Como había renunciado había entregado su placa y arma, entonces se levantó de golpe dispuesta a enfrentar a quien se le había acercado... pero había sido muy lenta, un golpe seco en su cabeza le hizo caer al suelo. 

Secretos en Colina BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora