Secretos en Colina Blanca

Capítulo 28: Diablos al acecho.

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"Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien".

Victor Hugo

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Steven Carter cruzó aquellas puertas del área restringida del laboratorio secreto y, con las manos embutidas en su bata blanca de laboratorio, avanzó con la mirada gacha, eso hasta que Sergei Vladimir apareció en su camino lo que le hizo por una fracción de segundo tambalear, apartándose a un lado del pasillo le saludó en un balbuceo, a lo cual el político le respondió con un cansado "hola"... Un tenso silencio siguió a ello hasta que el científico se animó a volver a hablar.

—Hice todo lo posible por convencer a mi hija, pero ella no quiso escuchar. Lo siento.

—Encontré a mi hijo —dijo a eso Sergei.

—Eso es maravilloso, ¿cómo...?

—Como esperábamos, Wang Xing intentó usar a mi hijo para encontrar este lugar —dijo él viendo como el científico asentía a sus palabras—, así que cambié a mi hijo por tu hija.

—¿Qué quieres decir...? —preguntó Steven quedándose perplejo por unos segundos—. ¿Estás diciendo que secuestraste a mi hija?

—¿No está bien que la haya secuestrado cuando fue ella quién secuestró inicialmente a mi hijo? —dijo en tono altanero Sergei cruzando las manos tras la espalda. Al ver que su interlocutor tragaba saliva con dificultad, agregó—. Tu hija se llevó a mi hijo, ¡es natural que asuma las consecuencias de lo sucedido!

Tras aquel exabrupto que había contorsionado el rostro de aquel sidhe, haciendo que sus ojos rojos relucieran en fuego, Sergei se giró en dirección a la puerta de acceso restringido, no obstante, Steven parecía no dispuesto a dejar la conversación ahí.

—¡¿Dónde está mi hija?! —exclamó alzando la voz como nunca lo hacía.

Sergei se detuvo al escuchar aquel reclamo y, mirándole por sobre un hombro, añadió.

—Probablemente esté con Wang Xing.

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Abandonando el cuarto de baño privado de aquella habitación, Xing se acercó al amplio diván junto a la ventana y alzó su sweater de cuello alto que había usado el día anterior y se lo acomodó sobre la camiseta, ahí giró el rostro y miró hacia la cama, Juno se removía bajo las colchas y quedaba de costado, aún no amanecía por completo y ella seguía durmiendo... Era normal que estuviera cansada, incluso si era un dragón y una dagoniana, con herencia divina gracias al Gran Padre Dagón corriendo por sus venas, ella había estado gastando mucha de su energía y Fuego Divino para ayudarlo, incluso cubriendo las cuotas por exceso de probabilidades usadas al estar invocando poderes desde el Tel'aran'rhiod, incluso si era un Arquitecto de Sueños, era una tarea arriesgada, puesto que materializar pesadillas en el Mundo de la Vigilia era un tabú establecido por los Oniros Primigenios por sus altos costos... En otras palabras, si solo seguía vivo hasta ahora, era porque Juno estaba poniéndose en la línea de fuego por él... Tragando saliva con dificultad y sintiendo los ojos ardientes, se acercó a la cama y, de pie a su lado, le observó... Aún si solo podía imaginarse su rostro por las referencias a esa mujer, seguía siendo imponente y poderosa, seguía arriesgando todo por proteger lo que le importaba y era leal incluso a costa de su propia vida... Seguía estando a su lado, incluso después de tanto, se había arriesgado a volver y encontrarle... Seguía siendo así a pesar de que no le recordaba... Y sinceramente él prefería que siguiera siendo así, Juno había sido una víctima en el pasado y lo seguía siendo ahora, arrastrada por culpas del antaño, heredadas a ella sin merecerlas, había terminado convirtiéndose en eso... un Ser Inmortal condenado a revivir su pecado una y otra vez... Pero lo más sorprendente de todo era que, incluso a sabiendo de eso, Juno no se sentía una condenada, incluso antes de conocerle, por Sarah había sabido que abrazaba su condena como una oportunidad, y que cuando aquella noche él le había confesado que su castigo se había producido por amor, había entendido la verdadera motivación de Juno de quedarse a su lado... No es como si ella quisiera saber las razones de haber nacido como una Condenada o por qué en las noches era asaltada por extrañas imágenes de un pasado que aparentemente no conocía, era porque simplemente era llamada a estar a su lado... Juno al parecer había entendido desde el primer momento que estaba ligada a Xing y, sin cuestionarse, había aceptado aquello... Las razones de ir tras Colina Blanca y vengar en el camino lo que le había sucedido a su mejor amigo, habían sido parte del proceso... Frente a lo cual Xing había aceptado lo que una vez Eirena Blackfield le había dicho al respecto de Juno: