Capítulo 4

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Paulo dormía tranquilo en su cama, siendo abrazado por su ahora pareja, el cual ya estaba despierto y se dedicaba a dejar caricias por la cintura contraria.

Sintió como su celular vibraba sobre la mesita de luz a su lado, sin separarse del menor estiró su brazo para agarrarlo y atender la llamada.

-Así que "amore mio"- fue lo primero que se escuchó al otro lado de la línea. -Nuestro Leo ya está enamorado-

Ese era su amigo Ángel, compañero de club y el único argentino que había aparte de él, por eso mismo habían forjado una muy buena relación, no solo en Italia sino también cuando fueron convocados para jugar en la copa América.

-Dale boludo. ¿Qué pasó?-

-Eso es lo que tengo que preguntar yo. Hace dos meses decías que querías estar soltero y pensar solo en tu carrera y ahora resulta que estás de novio con un pibito siete años más chico que vos-

-La vida da muchas vueltas- hablaba en un tono bajo para evitar despertar al menor.

-Esta noche iba a hacer un asado, Leo viene a Italia por unos días y quería saber si venías, traelo a tu noviecito de paso-

-Ahora está durmiendo, cuando se despierte hablo con él y te aviso, nos pusimos de novios recién ayer, no quiero que se sienta presionado-

-Dale dale, después hablamos Leito- y sin más la llamada fue finalizada, dejó su celular nuevamente en la mesita y se dedicó a seguir acariciando a su novio, corriendo algunos pelitos rebeldes que tenía en la cara.

-Pau, actívate que son casi las once de la mañana- hablaba bajo contra el oído contrario, este solo se removía en busca de acomodarse mejor.

-Dale, arriba- seguía insistiendo, dejaba besos por los cachetes contrarios junto a unas pequeñas mordidas en los mismos.

-Quiero dormir loco- se quejaba el menor a la vez que intentaba sacarse al mayor de arriba.

-¿Si te preparo el desayuno y te traigo a la cama te despertás?- en el poco tiempo que llevaba de conocer a Paulo sabía cuánto amaba ser consentido por los demás, y nunca se negaba a qué alguien hiciera algo por él.

-Pero no quiero que te levantes y me dejes solo acá- rezongaba cómo si fuese un nene.

-¿Voy a tener que llevarte upa como a los bebés entonces?- soltó en burla. -Dale, déjame así desayunamos después vuelvo con vos a la cama- después de un rato insistiendo logró que el otro lo soltara.

Al salir de la pieza lo primero que notó fue a Julián sentado tranquilo en el sillón tomando mate mientras veía algún canal deportivo que estuviera hablando de fútbol.

-Leo, buen día- dijo en cuanto notó la presencia del otro en el living de la casa. -¿Y Pau?-

-Está durmiendo un rato más, lo quise levantar y hace de cuenta que quería despertar a un nene de cinco años, estuvo a dos segundos de hacerme un berrinche-

-Paulo es un nene cuando quiere, pero ya que estamos hablando de él. ¿Puedo decirte algo?-

-Si si, obvio no hay problema- hablaba mientras sacaba las cosas para poder preparar unas tostadas con dos tazas de café.

-Paulo se engancha rápido, y es demasiado sensible sobre todo con comentarios de otras personas aunque no lo muestre. Porfa cuídalo, porque si no lo haces te juro que no voy a dejar que lo vuelvas a ver-

-Tranquilo, que quiero hacer las cosas bien con él- dijo tranquilo.

-Otra cosa, había una tipa en la tele está mañana, Camila Galante creo que se llamaba. Decía algo de qué iba a hacer lo posible para estar con vos, o algo de ese estilo, enganché tarde el programa-

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