[Parte... 25?]

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https://youtu.be/gt_5c0QoexE Para una muy mejor experiencia.

Menudo giro de guion. Alaá estaba flotando en mitad de el espacio oscuro al que Emma me había llevado más de una vez. Alaá convulsionaba mientras su cuerpo cambiaba a un color oscuro y sus ojos resplandecían una luz roja. Starh y Aweo estaban preparados para contraatacar si Alaá decidía actuar y Santi intentaba hacer algo para silenciar a Alaá. De pronto el cuerpo de Alaá empezó a modificarse.

—ALAÁ!!! CALMA!!! NO TE ALTERES!!!—Gritaba César, intentando calmarlo.

Alaá convulsionó de nuevo y creó unas figuras holográficas con forma de pato distorsionado para atacarnos. Los patos nos miraron y se lanzaron hacia nosotros. Alaá seguía haciendo cosas extrañas y los patos se nos acercaban furiosos. La Jefa se puso en guardia junto a Aweo para parar los patos que se les acercaban. César y Santi también intentaban evitar a los patos. Santi los paralizaba y César los destruía violentamente con su hacha, trabajo en equipo total. Yo en cambio estaba atrás, viendo como ellos se los cargaban. La Jefa y el Jefo sacaron unas baritas que en cuestión de segundos se convirtieron en espadas. Los dos se miraron y junto a una estela de luz y tinta los patos fueron aniquilados. Starh y Aweo eran una pareja muy bonita y se querían el uno al otro a pesar de todas sus ocupaciones. 

Alaá seguía convulsionando y no solo salían patos si no que también alteraciones de estos, con armas por cabeza o cuerpos deformes. La Jefa no tenía problema en aniquilarlos pero César y Santi lo tenían más complicado. Decidí soltar unas cuantas bombas al suelo para que los patos se las comiesen y explotasen. Mientras tanto me acerqué a César y empecé a contarle mi vida.

—Yo no entiendo que tiene Jack Ross de especial, osea, tiene pinta de ser un buen chaval y no parece muy defectuoso, pero nada más.—Dije tranquilamente.

—PERO TÚ QUÉ MIERDA ME DICES AHORA?!—Gritó César.

—Hdiajdiwo Hidjakhso Hdiajwdoo!!!—Gritó Alaá.—Nonono... SISISI!!! NO PODÉEEEEEEis!!! YO SOOOOOOOOOOO. YYYYYYY!!!

La Jefa paró de atacar y miró asustada a Alaá. Aweo la siguió y César y Santi también miraron hacia él. Yo en cambio me fijé en algo más importante, en alguien que tenía detrás, oculto entre las sombras. Una figura oscura estaba detrás mío, no me di la vuelta y dejé que actuase.

—La echabas de menos?...—Dijo ese ser.—Espero que sí... Ella sabrá acabar con vosotros, y bien contenta que lo hará...

Ese ser oscuro era Emma. Me di la vuelta para atacarle con mi cuchillo pero ya no estaba. De pronto César gritó como nunca antes.

—NO ME LA PUEDO PUTO CREER!!! NO ME PUTO JODAS!!! NONONONONO!!! ESA ES!...

Alaá no estaba modificando su cuerpo aleatoriamente. Ese color oscuro no era por pura maldad... Alaá tenía una forma que habíamos visto mucho... Alaá tenía la forma de M.E.R. y fragmentos del orbe oscuro circulaban por su cuerpo.

—H----O!!! H0!!! Hoooo!!!—Gritó Alaá.—PUErrrrO!!!! QUERIDOOOOO!!!! QUÉ ALEGRía!!! TRAIDOR.

De pronto Alaá me miró con los ojos rojos de M.E.R. Se lanzó hacia mí y César reaccionó, agarrando su hacha y prendiéndola fuego. Yo saqué mi pistola y disparé. Mis balas atravesaban el cuerpo de Alaá.

—Puerro, querido!!!! NO TE DAS CUENTA QUE NO SIRVEN TUS BALAS!?!?=!?!?!?!=!?==!??!=?!?!

Heh, eso ya lo sabía. Pero en esos disparos se me ocurrió algo curioso.

—César!!! Distrae a M.E.R.!!!—Grité.—JEFA, JEFO, SANTI; VOSOTROS LO MISMO!!!

Yo agarré mi pistola y preparé las balas especiales que les había pedido a Airín días antes. Balas rotatorias, las mismas que usan ellas en sus armas. Las balas rotatorias crean un impulso rotatorio al ser disparadas y si chocan con algo crearán una rotación en ese algo, desplazándolo. Por eso disparé todas mis balas a cada una de las piezas del orbe oscuro que tenía Alaá flotando por su cuerpo. Si en teoría el alma de M.E.R. es el orbe, si lo sacamos de su catalizador podríamos evitar el contagio. 

Disparé 3 balas para empezar, solo acertó una. Recuperé las otras y la que conseguí acertar apartó un trozo de orbe, sacándolo del cuerpo de Alaá.

—Jefa!!! Me lo pillas!?!?—Grité.

La Jefa se volvió tinta para agarrar el trozo de orbe. Rápido se acercó a mí y me lo dio. Yo hice una reverencia mientras agarraba el cristal. 

—Jefa, por favor, intenta conseguir todos los trozos que caigan.

—Puerro, por qué no entramos al cuerpo y los sacamos de una?—Dijo la Jefa.

—Es posible que si entras te vuelvas corrupto o parte del mismo.—Dije, deduciendo lo que pasaría.—Mejor solo introducir objetos.

La Jefa asintió y llamó al Jefo para ayudar. Yo seguí disparando balas rotatorias hacia el cuerpo de Alaá y César y Santi intentaban atraerle y molestarle para que yo no tuviese problemas. De pronto Alaá se giró mientras flotaba y me miró.

—HO HO HO!!! PUERRO!!! NO HAGAS ESoooooooOOOO0!!!!1!!!—Gritó M.E.R., o sea, Alaá.—HO HO HO!!!!!!

De pronto los trozos de orbe se juntaron para formar lo que parecía un cuchillo. El cuchillo salió disparado de su cuerpo hacia mi cabeza. Yo intenté borrar el momento pero... Mis poderes no funcionaban. MIERDA MIERDA MIERDA!!! EL AGUIJÓN IBA A POR MI CABEZA!!! Me agaché para esquivarlo y noté como pasaba por encima mío. De pronto noté que había vuelto a Alaá. Poco a poco pelos caían desde encima mío. Me toqué la cabeza. Donde estaba... Mi pelo... Mi melena... NONONONONO!!!! 

—NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Todos miraron mi cabeza, mi corte de pelo, ahora tenía el pelo tan corto que se me veían las orejas. De pronto César se empezó a reír. 

—JAJAJAJASJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJ!!!!—No paraba de reírse.—AHSJAJAJAAJAJAJAJS!!! C-JAJAJAJA!!! CUANDO LE DICES AL PELUQUERO: "Solo las puntas" JAJAJAJAJAJAJAJSJA!!!

César se reía a pleno pulmón mientras hacía chistes sobre mi pelo. De pronto escuché otra risa más.

—ajajJJJJJJajajajJJJJJAAAAAA!!!—Alaá se estaba riendo, como si M.E.R. no le controlase.—DOS ddddEDOS!!!!! AJAJAJJASJajajjashjiakdjdkljawklsdiuhawajhdkJajokdnakl!!!!

De pronto los Jefes también se empezaron a reír levemente, Santi lo mismo y finalmente escuché otra risa detrás mío.

—Jajajsjjajajajajjajaja!!!—Emma estaba detrás nuestro, riéndose mucho.—Muy buena esa, César!!! JAJAJAJAJAJAJAJASJA!!!

—Oye, no me queda tan mal, no?—Dije un poco avergonzado.

—Pareces un coreano. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!—Dijo César llorando de la risa.

Emma se rio aún más y Alaá también estaba riéndose. M.E.R. estaba intentando controlar su cuerpo pero la reacción de Alaá lo evitaba. Ahí vi mi oportunidad para atacar. Disparé todas las balas que tenía y con determinación acerté casi todas las piezas. Estas cayeron al suelo y la Jefa las recogió. Me quedaban pocas. M.E.R. intentaba resistir pero no podía apenas. Intentaba atacar pero no me alcanzaba. César y Emma seguían haciendo bromas y riéndose, Santi un poco también y los únicos que hacíamos algo éramos los Jefes y yo. Tras unos disparos conseguí liberar a Alaá del orbe. Suspiré aliviado. Justo después decidí ir a por los pedazos del orbe que tenía la Jefa. Starh, la Jefa, miró a Aweo, sonriendo y luego a mí, tenía todos los fragmentos del orbe. Se paró para dármelos y de pronto en su espalda apareció una figura oscura. Emma estaba tras la Jefa y sacó un cuchillo de su mano. Después atravesó a la Jefa y sangre goteó de su pecho. Emma agarró los pedazos de orbe y desapareció. Starh estaba en el suelo, sangrando. Aweo gritó un grito de dolor y fue a por la Jefa. Intenté borrar el momento mientras lágrimas caían por mis mejillas. 

—JEFAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!—Gritó Santi.

Todos intentamos salvarla. Alaá estaba volviendo a la normalidad. Emma desaparecía entre las sombras. Intentábamos salir para salvar a la Jefa pero parecía imposible. Ayuda.

—Moriréis pronto...—Dijo Emma entre las sombras.

Emma desapareció tras Alaá, pero antes recogió algo de su cabeza. 

La sangre recorría todo. El dolor recorría todo. La Jefa había muerto.

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