[POV: EMMA]

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Yo observaba una gran cabeza de piedra que colgaba de cadenas en una oscura sala abandonada. Aquella cabeza tenía 8 cuencas para los ojos... 8 orbes. La sala tenía un inmenso precipicio para que la cabeza colgase. El aura oscura y abandonada no me asustaba. Yo reposaba en un pequeño asiento mientras guardaba los pedazos del orbe oscuro. Tenía las manos manchadas de sangre... Una sangre que no quería tener. Llevaba la mañana moviéndome entre realidades, modificando el espacio tiempo para nada. MECAGÜEN TODO TÍO!!! TODO ESTO PARA MATAR A ALGUIEN INÚTIL!!

Bueno, había que aguantarse. Seguí reposando en aquel lugar oscuro y abandonado un tiempo más. No parecía haber nadie en el laboratorio, ni siquiera los seres de blanco. Encendí un ordenador holográfico y abrí un foro raro. Nada más abrir la página me encontré con un chaval mandando audios a un tal Alberto.

-Alberto, te crees que un ho-

Paré el audio y mandé callar al grupo. No tenía tiempo para audios, tenía que averiguar las próximas posiciones de mis objetivos. El ordenador empezó a procesar números. "Encontrad a Puerro inmediatamente" escribí. Salí del grupo y cerré las ventanas de páginas de compraventa que tenía. En realidad me daba igual la respuesta. Cerré el ordenador y el holograma desapareció. Agarré un pedazo del orbe oscuro y aquella sala del laboratorio empezó a distorsionarse hasta transformarse en una cueva en mitad de un bosque. Hacía frío. Salí de las sombras para llegar a la ciudad. Mientras caminaba por el bosque escuché un ruido detrás mío. No parecía que hubiese ni animales ni humanos en el bosque pero estaba seguro que había algo por ahí. Me di la vuelta y de mi mano saqué un cuchillo. Observé aquel claro en el bosque pero estaba vacío. Miré hacia arriba y encima de un alto pino había un hombre agachado, agarrándose al árbol únicamente con sus pies. PERO QUIÉN ERA ESTE PAVO AHORA?! Otra vez me habían seguido o qué?

-Hey! Quién eres!? Me buscas a mí!?

El chico se enteró de mi presencia.

-Ostras, te has enterado de que existo.-Dijo aquel chico, de pelo castaño y corto, vestido con un traje de superhéroe bastante sofisticado, de colores oscuros, parecidos a los de Batman.-Pasaba por aquí porque he salido a comprar algo de desayuno y una chavala seta me ha intentado acosar. Tengo que llegar a tiempo porque si no Jen me va a matar.

Me di cuenta que el chico llevaba una bolsa con unos cruasanes.

-Ya, pero quién eres?-Le pregunté confundido.

-Yo? El chico de los recados parece ser. Es la tercera vez que voy a por cruasanes esta semana, Will no va porque Naya siempre lo distrae.

-No tengo ni idea de lo que estás hablando. Me puedo ir?

-No.

El chico me miró fríamente y después soltó una ligera risa. Saltó del árbol y cayó enfrente mío, creando un gran cráter. Yo le miré fijamente y empecé a sacar dos filos de mi frente, como si fuesen cuernos.

-Interesante, me gusta tu poder.-Me dijo el chico.-Aun así, necesito que me digas una cosa...

Ignoré sus necesidades y apretando el trozo de orbe desaparecí entre las sombras. De pronto aparecí detrás del chico y saqué mi cuchillo para matarle. Hice un rápido corte pero el chico lo paró como si nada. Me estaba agarrando del brazo con gran fuerza. Y mientras apretaba mi brazo y lo dejaba al borde de la destrucción, dijo:

-He dicho que necesito que me digas una cosa... POR DÓNDE SE VA A LA RESIDENCIA UNIVERSITARIA?!

-Ah, por allá.-Dije mientras señalaba hacia el suroeste.

El chico me dio las gracias y desapareció. Yo estaba muy confundido. Decidí continuar mi camino. Por el camino empecé a pensar en que iba a hacer si veía a Puerro o a César. Necesitaba el orbe a toda costa. Empecé a ir más rápido. Tras unos segundos llegué a la ciudad, no había mucha gente y apenas había ruido excepto el de los coches. Estaba en la gran calle que llevaba al ayuntamiento, lo que antes era la mansión de M.E.R.

Los PibesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora