[El infierno desde el inframundo]

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Mis ojos empezaban a abrirse poco a poco. 

Que horrible era estar muerto... Se te quedaba todo el cuerpo hecho mierda. 

Primero, pierdes la habilidad de usar tus poderes al instante. Tendrás que esperar unos 15 minutos para poder utilizarlos con toda la capacidad posible, y sobre todo en mi caso que solo puedo utilizar mi poder en los últimos 15 o 20 minutos...

Lo segundo, no puedes mover tus extremidades hasta que no estén bien llenitas de oxígeno y sangre, como no te reanimen también el corazón vas a tardar como 10 minutos en poder moverte bien. Y aún con el corazón reanimado, sólo podrás mover la cabeza, que es dónde más sangre se necesita en esos casos.

Finalmente, y el factor más importante: Has perdido tiempo. Suena estúpido porque cada segundo de vida es tiempo perdido, pero en este caso es más literal. Puede haber pasado cualquier cosa en aquél tiempo en el que has estado muerto y tú núnca sabrás que ha pasado a menos que vivas en un mundo de fantasía y puedas revivir, y más difícil aún, que alguien quiera contarte lo que te has perdido.  Además, durante ese rato a saber que han hecho con tu cuerpo, igual ya está incinerado y acabas siendo un fantasmita o algo. O peor, igual ha venido un [este extracto de la obra ha sido eliminada en 139 países, cambia tu ubicación para poder leerlo].

En fin, que no me voy a quejar de revivir, pero mejor hubiese sido no haber muerto.

Estaba quieto, tirado en una pared. No podía mover ninguna parte de mi cuerpo.

Notaba como mi corazón empezaba a suministrarme sangre poco a poco. 

Hacía mucho calor, no sé si por una fiebre post-mortem o por algo del ambiente.

Notaba gran parte de mi cuerpo quemada. 

Escuchaba gritos y llantos de Ameki que intentaban ser contenidos por sus manos. Empezaba a asustarme un poco, dudo que en esos momentos le hubiese dado un ataque de ansiedad, había conseguido escapar del subsuelo, debería estar feliz.

Poco a poco los gritos llenaban de paranoya mi cerebro. Cada vez notaba que el ambiente estaba empezando a ser más y más tétrico. Algo horrible había pasado.

Mi visión empezaba a aclararse. Empezaba a ver qué ocurría.

Estábamos en la plaza de antes. Todo estaba destruído. La sangre me manchaba la cara. 

Había un gran charco de sangre en el suelo y en medio de la plaza se encontraban César y... Ross. Los dos estaban rodeados de polisetas.

Ánchel no estaba pero los polisetas sí. Qué había pasado? Se había quedado en el subsuelo y nos había traicionado?

Ameki intentaba aguantar las lágrimas. Puede que fuese porque estábamos atrapados. Debía ser eso. No podía preguntar.

El estres empezaba a acecharme. Qué íbamos a hacer? Ross se había aliado con el ejército del subsuelo? César iba a enfrentarse a Ross?

Los dos se miraban fijamente. Ross tenía una mirada fría y poco a poco su traje se empezaba a teñir de un rojo sangre que formaba un gran águila. 

César tenía una mirada extremadamente peligrosa. Os preguntaréis, cómo que peligrosa? Sólo había visto esa mirada una vez, y era allí. Nunca jamás había visto una mirada tan poderosa e intimidante como la que tenía César en aquel momento.

Él invocó rápidamente su hacha de entre las llamas. 

Esta forma de César no la conocía. Qué había pasado para que se pusiese así?!  

—Tú...—Murmuró César.

Entonces, de un momento a otro, en tan solo cuestión de segundos, su brazo derecho se volvió ultra musculado pero manteniendo su estructura mediana. Se agachó un poco rompiendo todo el pavimento y con aquél brazo disparó el hacha hacia la cabeza de Ross. 

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⏰ Última actualización: Apr 22 ⏰

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