Cassiopeia Orwell y el prisionero de Azkaban [LPDMM #03]

21. La final de Quidditch y la conversación con Sirius Black.

21. La final de Quidditch y la conversación con Sirius Black.

•

•

•

•

•

Al día siguiente, la noticia de que Lucius Malfoy la había abofeteado frente a todos, había corrido como vino de gnomos entre los estudiantes de Slytherin. Algunos se habían indignado, otros se encogieron de hombros con indiferencia y otros, estaban de acuerdo en que se lo merecía. Pero estos, eran prácticamente, una escasa minoría.

En ese momento de reflexión absoluta, Hermione se acercó corriendo a su sitio en la mesa de las serpientes, con la respiración agitada y el rostro sonrosado por la carrera desde la mesa de Gryffindor.

—Hagrid ha perdido el caso. Van a ejecutar a Buckbeak. —Dijo la chica de los cabellos crespos, dejándola de piedra en su lugar.

—¿¡Cómo!? —exclamó Matt Burkes, que justamente, se había acercado hacía ellas—. Pero, fue Newt Scamander a abogar en favor de ambos.

Hermione se mordió un poco el labio inferior, ya que el perfume que se había puesto Matt esa mañana, embotaba sus sentidos preadolescentes, alborotando así sus hormonas. ¿Por qué tenía que ser tan bello?

—¿Hermione, me estás escuchando? —le dijo su amiga pelirroja, moviendo su mano sobre su rostro.

—Lo siento, Cassiopeia; ¿qué fue lo que me preguntaste? —dijo Hermione, volviendo en sí.

—El pergamino que tienes en la mano, ¿qué es? —le preguntó nuevamente a su mejor amiga.

—Oh, que Hagrid me ha enviado esto —dijo Hermione, tendiéndoles la carta.
Matt le ganó de mano a la pelirroja —que protestó sonoramente— y la cogió de manos de su novia. El pergamino estaba húmedo; las gruesas lágrimas habían emborronado tanto la tinta que la lectura se hacía difícil en muchos lugares.

Querida Hermione:
Hemos perdido. Me permitirán traerlo a Hogwarts, pero van a fijar la fecha del sacrificio.
A Buckbeak le ha gustado Londres.
Nunca olvidaré toda la ayuda que nos han proporcionado tú, Matt, Cassiopeia y sus amigos.
Hagrid

—Esto es inaudito. No pueden ejecutar a Buckbeak, no es una criatura peligrosa—exclamó Matt, un poco molesto.

—El padre de Malfoy ha conseguido atemorizar a la Comisión para que tomen esta determinación —dijo Hermione secándose los ojos—. Ya sabéis cómo es. Son unos viejos imbéciles y los ha asustado. Pero podremos recurrir. Siempre se puede. Aunque no veo ninguna esperanza...
Nada cambiará.

—Por supuesto que lo hará. Pero está vez, vamos a recurrir a la persona más insoportable del mundo mágico: mi abuelo. —Dijo Matt, dejando salir un sonoro suspiró—. Nadie le dice que no a él.

—¿Harías eso por Hagrid? —susurró Hermione, mirándolo con ojos embelesados.

—Por supuesto que sí. No lo dudaría ni un segundo—le dijo Matt, provocando que la Gryffindor le echará los brazos al cuello y lo besará.