Cassiopeia Orwell y el prisionero de Azkaban [LPDMM #03]

9. La épica venganza de Matt Burkes.

9. La épica venganza de Matt Burkes y la huida de la señora Gorda.

Desde que la noticia de la muerte de Walburga Black había salido en las noticias vespertinas de El Profeta, Cassiopeía no se aparecía por el Gran Comedor.
Hasta se podía ver como Potter y Granger se comenzaban a desesperar. Pero, según lo poco que había podido lograr sacarle a Karen, la niña no deseaba ver a nadie y ni que la compadecieran. Debía admitir que en cierta parte, le sorprendía la nueva actitud que estaba tomando Cassiopeía con respecto a la noticia que había recibido. Estaba seguro que hacía dos años atrás, habría hecho todo un drama de desequilibrios mágicos y lágrimas incesantes. Pero, en vez de aprovechar su momento como posible reina del drama, prefirió transitar su duelo en silencio, algo que sinceramente sorprendió gradualmente a Matt.

El pelinegro se levantó de la Mesa de Slytherin, después de haber terminado su desayuno y bastante dispuesto a ir a su primera clase: Historia de la Magia. El profesor Black era diferente a la hora de impartir sus clases y a decir verdad; debía admitir que lo prefería diez mil veces a él, que a Binns. Era dinámico, los incitaba a participar de la clase y sí alguno deseaba hacerse el listillo, le bajaba puntos sin importarle de que Casa fuera. En ese sentido, era bastante imparcial.

En fin, el profesor Black era extrañamente mordaz y parecía disfrutar de ridiculizar al vástago de los Malfoy, así que solamente eso hacía falta para que le cayera bien.
Mientras se dirigía a su clase de Historia de la Magia-que para su enorme desgracia, la cursaba junto con los Gryffindors y eso quería decir, que debería estar respirando el mismo aire que Bagshot y los malditos gemelos Weasley-, pudo divisar como Hermione Granger iba corriendo apresuradamente en dirección contraria a la suya, como si estuviera llegando irremediablemente tarde.

Si alguien le hubiera visto la sonrisa maliciosa que se dibujo en su rostro en ese instante, no habrían dudado ni por un segundo en apartarse de su camino, para no molestarle. Y a pesar de la broma de mal gusto que le hicieron los gemelos Weasley hacia poco tiempo, los alumnos de las Casas, aún le tenían cierto respeto, aunque se notaba a leguas que ya no infundía el mismo miedo que en años pasados. Lo había confirmado el día posterior a los acontecimientos en el Gran Comedor, cuando se cruzó con un grupito de niñatas de Hufflepuff, que pertenecían al segundo curso. Estás habían tenido el descaro de señalarlo, mientras que se reían abiertamente de él. Eso demostraba que todo el miedo que alguna vez pudieron haber sentido los alumnos ajenos a Slytherin, se había esfumado con un simple soplido. Realmente estaba furioso y con el orgullo herido. Una mala combinación de sentimientos en un Slytherin, ya que este no iba a estar tranquilo hasta que su venganza fuera exitosamente ejecutada. Y como se estaban dando las cosas, parecía que Merlín deseaba que su afrenta fuera cobrada.

Además, en cierta forma, le dio pena que Granger estuviera tan sobrecargada de bártulos por causa de su mochila. Esta rebosaba de libros reglamentarios, tinteros, pergaminos y plumas; que parecían estar por salirse en cualquier momento. Y él, como todo un honorífico y bien educado sangre pura, debía actuar como un caballero con una damisela en apuros.
Además, de que el comenzar a pasar tiempo con Granger, sería la venganza emocional perfecta contra Bagshot; eso e ignorarla intencionalmente.

Así que, con esto en mente; camino de manera despreocupada hacia una Hermione Granger con el cabello más esponjado que de costumbre y que estaba resollando furiosamente.
Matt carraspeó levemente, para así lograr llamar su atención. La castaña se llevó las manos al pecho, dejando caer sus cosas al suelo; que se desperdigaron por todos lados de forma inmediata.

-Burkes, ¿qué haces aquí? Pensé que no tenías clases por estos sitios-dijo Granger, mientras que se agachaba al igual que él, para comenzar a recoger el desastre.