25. Los Merodeadores y los Pájaros Azules.

33 5 5
                                    

25. Los Merodeadores y los Pájaros Azules.





Las reacciones que tuvieron los niños, no eran las esperadas por los adultos en la habitación:

—Están ustedes locos —dijo Weasley, asombrado.

—¡Absurdo! —dijo Hermione con voz débil.

—¡Peter Pettigrew está muerto! ¡Lo mató él hace doce años!
—Señaló Harry a Black, cuya cara sufría en ese momento un movimiento espasmódico.

Pero, cómo era de esperarse, Burkes no se quedaría con la espinilla de la información, así prontamente se apresuró a increpar a una impresionada Cassiopeia.

—¡Orwell! ¿¡Metiste una animaga a nuestra sala común, estos últimos tres años!?  —exclamó Burkes, furioso.

Cassiopeia se dio la vuelta, mirándolo con muda indignación ante su arrebato. Y después, cómo era de esperarse, reaccionó ante sus acusaciones. Dándose la vuelta, con los ojos entornados y furiosos. ¿Quién se creía Burkes, para avergonzarla de esa forma frente a todas esas personas? Era un idiota.

—Claro, Burkes. Porque soy lo suficientemente idiota, como para meter a una animaga ilegal, en nuestra sala común, únicamente por diversión—le respondió Cassiopeia, bastante sarcástica—. ¡Obviamente que no lo sabía, imbécil!

—Permíteme dudar, Orwell—le dijo Matt, cruzándose de brazos.

—¡Eres un... —comenzó a decir Cassiopeia, pero fue interrumpida por Sirius Black, antes de que todo se descontrolara aún más.

—Tal fue mi intención —explicó, enseñando los dientes amarillos—, pero el pequeño Peter me venció. Pero ¡esta vez me vengaré!

Y dejó en el suelo a Crookshanks antes de abalanzarse sobre Scabbers; Ron gritó de dolor cuando Black cayó sobre su pierna rota. Karen trataba de empujarlo en vano, y entonces Pelusa; salido de la nada, se le colgó al convicto de Azkaban del pelo, mientras bufaba indignada.

—¡Quítenmela de encima, quítenmela de encima! —aullaba Sirius, mientras forcejeaba con la recientemente, descubierta animaga.

—¡Sirius, NO! —gritó Lupin, corriendo hacia ellos y separando a la gata furiosa de Sirius—. ¡ESPERA! ¡No puedes hacerlo así! ¡Tienen que comprender! ¡Y tú, quien quiera que seas, ya tranquilízate! —le habló a la gata, que arañaba con sus garras el aire.

La gata bufó, guardó las garras y maullo de forma lastimera, para así ser liberada. Lupin la soltó y se restregó contra las piernas de Cassiopeia, que cada vez sentía más curiosidad por saber de quién se trataba. ¿Sería alguien que ella conocía? Era una duda que no la dejaría en paz. Y mientras que se encontraba distraída. Matt, Karen y Niko presenciaban la pelea entre los antiguos amigos y ex compañeros de Hogwarts.

—Podemos explicarlo después —gruñó Black, intentando desprenderse de Lupin y dando un zarpazo al aire para atrapar a Scabbers, que gritaba como un cochinillo y arañaba a Ron en la cara y en el cuello, tratando de escapar.

—¡Tienen derecho... a saberlo... todo! —jadeó Lupin, sujetando a Black—. ¡Es la mascota de Ron! ¡Hay cosas que ni siquiera yo comprendo! ¡Y Harry...! ¡Tienes que explicarle la verdad a Harry, Sirius

Cassiopeia Orwell y el prisionero de Azkaban [LPDMM #03]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora