6. Clases con el profesor Black y el boggart del ropero.
DISCLAIRMER: En un fragmento de diálogo, se hace mención a Kinsey, un personaje que leí en un Fanfiction de PerlitaNegra, los créditos son dados a su respectiva autora.
Habían hablado de todo entre ellos, y el rubio platinado le prometió que se encargaría de que Pansy Parkinson ya no la molestará nunca más.
Cassiopeía le sonrió y le dio un sonoro beso en la mejilla izquierda, provocando que el retrato de Phineas Nigellus Black los mirase con las cejas arqueadas y con una expresión de desconcierto plasmada en su rostro. Ya que, entre los diferentes retratos del castillo, corría el fuerte rumor de que estos primos no sé llevaban para nada bien. Y que siempre encontraban la oportunidad para estarse peleando de forma verbal, aunque nunca llegarán a hechizarse entre sí.-Mosmodre-pronunció Draco, sin que el retrato le haya preguntado el santo y seña.
El retrato mágico les dio la autorización para ingresar a su Sala Común, para segundos después, desaparecerse a comentar el chisme de la reconciliación con otros retratos.
Draco y Cassiopeía estaban comentando sobre sus expectativas con el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, que tendrían ese año, cuando unas cuerdas salidas de la nada; ataron a la pelirroja, derribandola al suelo por causa del inesperado impacto. Ella quiso gritar, pero fue prontamente silenciada por una mordaza, que también se materializó de la mismísima nada. Draco se apresuró a sacar su varita de la manga de su túnica, para intentar liberar a su prima, pero una voz lo detuvo:-Ni siquiera pienses hacerlo, Malfoy; o te prometo que el castigo que tenía pensado para ti, será aún peor-dijo Matt Burkes, que se encontraba parado al inicio de las escaleras, que daban a las habitaciones de los chicos-. Así que, te crees con el suficiente poder como para no sólo hacer que despidan a Hagrid, si no que piensas que puedes maltrar a un amigo mío; sin que haya represalías por mí parte. Pues, estás muy equivocado, si llegaste a siquiera pensar que dejaría todo así como así, niño tonto.
-Deja a mí prima en paz, Burkes; ella no tiene nada que ver en todo esto-dijo Draco, con la varita todavía sujetada con firmeza, en su mano.
-Guarda la varita y recibe tú castigo con entereza, Malfoy; es lo menos que puedes hacer. Luego de que dejaste a nuestra Casa en ridículo frente a los Gryffindors y también de Potter -replicó Burkes, remarcando el apellido con saña, mientras que una sonrisa socarrona se plasmaba en su rostro, al oír los sonidos amortiguados de protesta de Cassiopeía-. O, podemos llegar a un acuerdo, prometo perdonarte el castigo, si accedes a pedirme disculpas por tus acciones, de rodillas.
-¿Y si no lo hago, qué? - preguntó Draco, con ese tono desafiante, que tanto lo caracterizaba.
-Usaré a Cassiopeía como mí muñeca de práctica para la maldición Cruciatus -respondió Matt Burkes, haciendo que la mencionada gritase de manera amortiguada, a causa de la mordaza que cubría su boca-. Decide bien, y con cuidado, Malfoy; que de tú decisión depende la vida de tú querida primita.
-Te retaré a un duelo por el liderazgo de Slytherin entonces, Burkes-replicó Draco, con tal de salvar la integridad física de Cassiopeía, y de paso tener el puesto que tanto anhelaba; aunque, ante esto obtuvo un efecto diferente al que había esperado.
Porque, Matt Burkes echó su cabeza hacia atrás y dejó que unas sonoras carcajadas salieran de su garganta. Para que estás retumbarán por cada pequeño rincón de la Sala Común de Slytherin.
Suerte que estaba desierta de alumnos en ese momento, porque si no, habrían tenido que huir a esconderse a las habitaciones; para escapar de la ira de su temible líder.
Éste mismo, ya anteriormente mencionado; que tenía su varita sujeta en su mano, comenzó a juguetear con está, lanzándola y atrapándola en el aire. Mientras le observaba con esos ojos de acrómuntula que tanto miedo les daba a casi todos los Slytherins.
Pero, Draco trataba de converse así mismo, diciéndole a su subconsciente que no temiera y que enfrentarse al dictador de Matthew Emmanuel Burkes, sería pan comido. Así que, Draco apuntó su varita en dirección a su adversario, sin demostrar ninguna de las emociones que sentía por dentro. Alzó su barbilla y fue allí, que Burkes se pasó la lengua lentamente por los dientes superiores. Para acto seguido, dibujar una sonrisa burlona en su rostro, mientras que escaneaba a Draco con una mirada que podría calificarse como Maldición Prohibida por el Ministerio de Magia. Ni siquiera hizo la respectiva reverencia al oponente, que Lockhart les había enseñado el curso pasado; Burkes lanzó el primer encantamiento sin dudarlo ni un segundo.
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Cassiopeia Orwell y el prisionero de Azkaban [LPDMM #03]
Fanfic¿Cómo lograr arruinarle las vacaciones a una chica de trece años y no morir en el intento? Escrito por Sirius Black, ¡a la venta pronto en su librería favorita, Flourish & Blotts! Está bien, tampoco fue tan así; pero que su otro tío -Regulus era ya...