8. Recuerdos que ayudan a superarse

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8. Recuerdos que ayudan a superarse.



Con la participación especial de: Froy Gutiérrez como Graham Fitzgerald, cronista de El Profeta.


ADVERTENCIA: MENCIÓN DE ESTUPEFACIENTES Y DE UN POSIBLE SMUT, LEER ESTÁ PARTE BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD.






King's Cross, Plataforma 9 ¾,
Arribo al Expreso de Hogwarts;
1 de Septiembre de 1972.







-Y recuerda esto muy bien, Regulus; tú mayor prioridad es traer honor y gloria a nuestra ancestral familia-le dijo Walburga Black, a un pequeño Regulus de 11 años, que asentía a todo lo que su madre decía sin protestar-. Nada de quedar en Gryffindor, ni te juntarte con mestizos, traidores a la sangre o sangre sucias, como hace tú hermano.

-Sí, madre-respondió Regulus, de una forma monótona, poco común en un niño de su edad.

-Muy bien, ese es mi hijo obediente-dijo la mujer, con ese tono orgulloso que sólo estaba reservado para él-. Una última cosa, que no se te olvide: «Toujours Pur».

-«Toujours Pur», madre-respondió Regulus, mientras se daba la vuelta para empezar a caminar hacia el Expreso que lo dirigiría a Hogwarts, Colegio de Magia y Hechicería; que sería su hogar por los siguientes seis años.


«Toujours Pur», que significaba «Siempre puro»; era el lema de su familia, la honorable y ancestral Casa Black. De donde provenían los magos y brujas más oscuros de todos los tiempos. Además, de que los ancestros anteriores a él y a su hermano, Sirius Black. Se los caracterizaba por estar bastante mal de la cabeza, normalmente se morían por seguir a un mago oscuro que terminaba siendo asesinado o quedaba internado en San Mungo por experimentar con magia oscura. Pero, si Regulus deseaba hacer feliz a su madre, debía realizar cosas que no quería. Como fingir ser alguien que no era.
Cuando llegó a la entrada del Expreso, le dio su boleto a un elfo doméstico que traía un lindo uniforme y después, procedió a subir tranquilamente, viendo curiosamente entre los compartimentos. Que estaban repletos de diferentes estudiantes, algunos practicaban hechizos, otros jugaban al snap explosivo y algunos tiraban las bengalas del doctor Filibuster, que su madre tanto detestaba y que había confiscado a su hermano durante ese verano. Decidió quedarse en un compartimento que se hallaba vacío, para no tener que hablar con nadie, lo prefería así; él no era alguien muy sociable y prefería la tranquilidad.
Se sentó al lado de la ventana, sacó un libro de Historia de la Magia -materia a la cual siempre se sintió irremediablemente atraído-, y se puso a leer con la concentración, plasmada en su rostro pálido como la nieve.
La lectura era una de las pocas cosas que él realmente disfrutaba hacer. Nunca fue como Sirius, que era carismático y parecía tener a todas las demás personas comiendo de la palma de su mano, Regulus era más bien tímido y selectivo a la hora de escoger con quién hablar. Le gustaba analizar el nivel intelectual de la persona, antes de mantener cualquier conversación. Estaba leyendo sobre la historia de la bruja Morgana, en su batalla contra el rey Arthur y Merlín, cuando la puerta del compartimiento en dónde estaba; fue empujada con brusquedad. Dando paso a un chico de cabellos negros azabaches desordenados, ojos azules eléctricos, labios fruncidos y ceño profundamente molesto. Traía ropa de diseñador y la varita mágica apretada con furia en su mano.

Cassiopeia Orwell y el prisionero de Azkaban [LPDMM #03]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora