El Juego de los Hilos Divinos

Capítulo dos: "Hechizo"

Un fuerte frío que recorrió todo mi cuerpo fue la sensación que me levantó en la mañana. Cuando abrí los ojos con cansancio por no haber dormido estudiando, pude ver... ¡una anormal nevada en mi habitación! Me senté de golpe en la cama en lo que abría y cerraba los ojos repetitivamente. Estaba nevando, y yo estaba despierta.

Cierto, me humillé frente a la Inquisición y mi sello se había roto... y luego de eso me visitó una diosa del amor, la diosa de las promesas. Eso debía haberlo soñado.

Para nosotros, los dioses eran la fuente de nuestro poder, cada familia tenía contacto directo con uno más que con otros, y cada ser mágico tenía distintos contratos con distintos dioses desde la primera generación hasta la tercera, de ahí se debía su poder mágico. Hacer uno no era sencillo, siempre dependía de la fuerza mágica, que yo llamase la atención de una diosa de la primera generación me sorprendía demasiado. Debía haberlo soñado.

Eso era, todo fue un sueño. Solo iría a la escuela a enfrentar otro día como cualquier otro. Igualmente, nadie se había enterado del accidente con el Inquisidor porque Dominik se encargó de convencerlos de mi inocencia.

...

Querido diario, hoy no está siendo un día ordinario.

Llegué a la escuela y al parecer se había dispersado un rumor sobre Dominik, mi mejor amigo, teniendo un duelo de hechizos con Brajko a la salida de ayer. No creería una exageración como esa, Dominik era incapaz de dañar a alguien.

—Sí, lo hice —me había dicho cuando fui a consultarle en la biblioteca—. Y estoy muy arrepentido, por supuesto, de no haberlo hecho antes.

—¡Dominik! —le grité y me gané el reproche de la bibliotecaria—. Brajko es un Hargreaves, la segunda familia más poderosa en toda la ciudad de Althae, ¿te haces una idea de lo que puede hacerte?

—Me la hago. Voy a ser transferido de instituto en una semana.

No, esto no estaba sucediendo. A Dominik no podían transferirlo, si lo hacían yo quedaría sola con Charlotte (que estaba loca) y Lilibet (cuya magia de habla era una locura) entonces no tendría a nadie con quien hablar decentemente o compartir estudios o pedirle que me acompañe a casa, y él se buscaría otra mejor amiga y no hablará conmigo y...

—Walentyna, tu mirada de "estoy pensando lo peor", me asusta. Tranquila, siempre seré tu príncipe, ¿está bien? —me dijo al acercarse a abrazarme.

—No, no está bien, esto es como cuando éramos niños, ¿cierto? Surge un problema que entre los dos podemos resolver, ¿cierto?

—A menos que Brajko cambie su declaración es imposible.

Una idea llegó a mi mente... tal vez.... Tal vez existía una forma de forzar a Brajko, pero para comprobarlo, primero debía encontrarlo.

Me separé de Dominik y salí corriendo de la biblioteca sin darle explicaciones, no podía perder ni un segundo. Si se trataba de ese chico, no debía estar en clases, así que corrí al segundo patio donde las animadoras entrenaban su rutina.

Levanté la mirada a las gradas y ahí estaba él.

«Tranquila, solo respira»

Terminé por colocarme en frente, al interrumpir su visión me miró furioso, pero no me afectaba.

Tenía claro lo que iba a hacer, no podía dudar ahora. Se trataba de Dominik que siempre me protegía, ahora debía protegerlo yo.

—¿Por qué lo hiciste?

—Para dejarte claro que no voy a rendirme hasta que una escoria como tú abandone esta escuela. Althae Cea no es lugar para una Huffmoore asíngima, eres una deshonra para nosotros, desaparece.

«Con este hechizo conseguirás transformar en amor todo el odio de ese chico, así no podrá atormentarte»

—¿Solo por eso?, ¿solo por eso haces sufrir a Dominik? No te perdonaré.

—Un ser no mágico tan inocente como tú no es capaz de hacer nada en mi contra —rio.

«Si te decides solo deberás hacer una cosa»

Me agaché para acercarme hacia Brajko a una distancia a la que hacía mucho no estábamos. Él me miró de forma retadora, como si quisiera probar mis actos, yo por primera vez en mi vida no pensé en lo absoluto.

«Bésale»

Lo tomé por la cabeza y junté nuestros labios.

«Revertir el hechizo es imposible si usas mi poder. Solo podrás romperlo al dedicarle una ofrenda a una deidad pagana, pero no puedo decirte cuál deidad ni cuál ofrenda. Sería una búsqueda horrorosa»

Querido diario. El destino ganó.

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