Capítulo 11: "Recordando a la bruja"

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"Mis pies se movían casi sin ser conscientes del proceso, ella era quien tomaba mi mano y me impulsaba a caminar por el bosque. Yo era una marioneta para ese momento en el que los recuerdos atiborraban mi cabeza."

Doce años atrás:

Mi brazo era una entrada a los demonios, no podía dejar que nadie lo viese, así que corrí y corrí al bosque mientras los adultos no me veían. Pero ahora que estaba escondido y solo, tenía miedo, ¿y si alguna criatura sin dueño me encontraba para jugar conmigo? Yo no podía jugar con animales grandes porque solo tenía seis años.

Me cubrí la cortada del brazo con la mano, era fea y peligrosa. Mis hermanos mayores siempre decían que si un mago sangraba mucho invocaría a los demonios, ¡yo no quería jugar con ellos! Seguro que eran aburridos y feos.

—¿Hola?

Me puse en posición de atención bien derechito para ver entre los arbustos quién andaba ahí. Solo veía los árboles antiguos y el suelo sucio del bosque.

—Eres Uwe Hargreaves, ¿cierto?

Lancé un grito de espanto por el susto que me provocó escucharla tan cerca. Me volteé y pude ver que se trataba de una niña con un extraño cabello negro y amarillo. Era fea, seguro aburrida, y no me gustaba que me hubiese asustado.

—No me llames "Uwe", soy Brajko.

—¿No te gusta que te llamen Uwe? Entiendo, seguro tienes problemas de confianza y no deseas escuchar tu primer nombre, aunque sea el nombre que tus padres amaron darte y probablemente tu mamá se sienta muy triste y llore por las noches porque su hijo no le gusta usar su nombre. Debes tener peleas en tu casa cuando tus hermanos te llaman, y tu relación no debe ser buena y eso es triste, cuanto dolor de...

—¡Cállate!, llámame Uwe, no me importa, llámame como quieras.

—Pero si no te gusta no es justo.

—¿Qué clase de criatura tú eres?

La niña que había mostrado tristeza por lo de mi nombre sonrió de repente. Era fea, pero tenía una sonrisa bonita.

—Soy Walentyna Huffmoore. A mí sí me gusta mi nombre.

—Presumida, tu nombre es bonito.

—¡Gracias! Aunque el tuyo a mí me gusta, suena a un poderoso mago, ¡el gran mago Uwe Brajko."

¿Qué es esto? Esa niña que me había parecido fea y aburrida, de pronto me pareció muy interesante. Me acerqué un poco más a ella que me mostraba una sonrisa bien grande y sentí calor en mis mejillas.

—Cuando lo dices así... a mí también me gusta mi nombre.

—¡Bien! ¡Bien!, Uwe, ¿podemos ser amigos?

—¿Amigos?, ¿qué es eso?

—¿Nunca has tenido amigos? —exclamó con ojos temblorosos—. Los amigos se cuidan y protegen, juegan juntos y se cuentan secretos que nadie más sabe.

—Interesante, pues te permito ser mi amiga.

Ella me abrazó de pronto mientras chillaba todos los juegos que le gustaban y haríamos juntos. Esto era divertido, nunca había estado mucho tiempo con los otros niños porque ellos solo tenían malas intenciones debido a que mi familia era poderosa. Pero Walentyna no activaba ninguno de mis sensibles sentidos, sabía que podía confiar en ella.

Aquel día de miedo en el bosque se convirtió en el momento donde tuve a mi primera amiga. Ella era divertida, hablaba mucho, y tenía una bonita sonrisa. Tyna se preocupó por mis heridas y me acompañó hasta los adultos para sanarla, me dijo que los demonios no podían usar a magos poderosos, así que estaba a salvo.

El Juego de los Hilos DivinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora